El gran filósofo inglés Thomas Hobbes, en su libro que data del año 1651, "El Leviatán", dijo una de las frases que más me han quedado grabadas: "El hombre es el lobo del mismo hombre". Triste, ¿no? ¿Quién fue el que dijo que los años traen evolución y que lo nuevo es mejor que lo anterior? ¿Quién dijo que los cambios a través de los siglos que experimentan las sociedades y los seres humanos, evolucionan proporcionalmente a su productividad y libertad?
Está claro que la tecnología y el cambio van de la mano, pero ¿en qué medida afectan a los seres humanos desde lo personal, psicológico, social y físico? Albert Einstein decía: "Temo el día que la gente publique frases que yo no he dicho". Que interesante concepto para desarrollar nuestra columna de hoy, porque yo temo que los excesos que estamos viviendo los seres humanos nos lleven a la deshumanización y a la no evolución de nuestras mentes. Bien, Ustedes se preguntarán, ¿qué quiere decir la escritora con esta afirmación? Desde los inicios de la televisión (la famosa caja boba) como la llamaban, a los fabulosos Smart TV, tablets, I Pads, etc., el salto del cerebro humano a adaptarse a los nuevos inventos que arrasan la temporalidad, ha sido abismal.
Pero yo me pregunto y me baso en distintos enfoques psicológicos, médicos, sociológicos: ¿Ha sido tan productivo que nuestros cerebros experimenten tan abruptos cambios cuantitativos como cualitativos dependiendo de como los usemos en hacer que el nuevo modus operandi de los seres humanos sea tener que hacer todo a la vez?
Me explico: sabemos que en un mundo cada vez más competitivo, el debate sale a la luz, cuando nos preguntamos si tanto mujeres como hombres son capaces de hacer dos o más cosas a la vez. Según psicólogos y neurólogos, entre ellos René Marois, profesor de la Universidad de Vanderbildt, ha establecido que el cerebro muestra un embotellamiento ante la selección de respuestas, cuando se le pide que realice varias tareas a la vez". Nuestros cerebros trabajan más y aceleradamente produciendo un exceso de actividad que no siempre es aconsejable.
Otros profesionales como David Meyer de la Universidad de Michigan, afirman que el cerebro experimenta un control ejecutivo adaptativo, es decir coloca las actividades por prioridad. Pero más allá de las diferentes corrientes, el cerebro humano no se concentra cuando hace múltiples tareas y puede cometer errores.
Todo ésto me lleva a preguntarme, ¿cómo hacemos para no vivir en éste "mundo y cultura multitasking" cuando el mismo sistema en el que estamos insertos nos obliga a tener que hacer todo a la vez? ¿Que vendría a ser ésta nueva cultura multitasking, y cómo influye positiva o negativamente en la evolución interna y en la salud de los seres humanos? Si bien es cierto que la Ciencia ha descubierto que por ejemplo las mujeres son más aptas para hacer varias tareas a la vez, no deja de ser también cierto el avance de enfermedades en mujeres como en hombres que en tiempos pasados no eran tan evidentes. Muchos círculos y ámbitos de la ciencia médica detectan en jóvenes y adultos sanos de mediana edad, problemas neurológicos que no sucedían antes; ACV en personas de 30/40 años sanas y deportistas, infartos masivos en hombres y mujeres jóvenes sin antecedentes. ¡Stop! ¿Qué nos está pasando para que hayamos dejado de lado el sabor cotidiano y lento del desarrollo de la proyección de la vida sin tener que tener que ser un pulpo de varios brazos que realiza todo a la perfección y en el menor tiempo posible? Hay empresas que aplauden a los trabajadores multitask; otras, en cambio, más desarrolladas y de países más avanzados, acomodan el ambiente laboral para sus empleados con actividades recreativas y salas de descanso.
"Mundo multitasking, cultura multitasking, personas multitasking" son conceptos que me recuerdan a mi época de facultad, cuando leí con gran interés el libro del filósofo inglés Thomas Hobbes, "El Leviatán", del año 1651, obra maestra de la literatura que explora los niveles éticos y sociales que regían a las sociedades, ese monstruo de siete cabezas.
Me gustaría finalizar mi columna como la empecé: con una de sus frases que más me ha impactado y que considero que nos aplica hoy como sociedad, 5 siglos después. "La Vida es un perpetuo movimiento que, si no puede progresar en línea recta, se desenvuelve circularmente". Que triste que pasadas las puertas del Siglo XXI sigamos avanzando en círculos, como las ratas de laboratorio en sus ruedas. Empecemos a repensar cómo queremos avanzar.
¡Hasta la próxima Columna, amigos!
Paula Monsberger es: Magister en Relaciones Internacionales. Lic. en Ciencia Política, Relaciones Internacionales y Comercio Internacional. Profesora de Alemán. Maestra en Declamación y Recitado. Conductora de Radio y TV. Actriz.
Comentarios