Escribe: Alejandro Hugáz
Fotografías: Carlos Herrera
Una bandera que se despliega a lo largo y a lo ancho de toda una tribuna. Los cánticos que se escuchan a varias cuadras de distancia. Los simpatizantes agigantando la casaca con los colores distintivos del equipo por el cual fue a alentar. Así no hay calor intenso y solamente el agua que les proporcionan los bomberos mediante una manguera, puede menguar todo ese aguante, ese agite que vivieron durante más de 90 minutos.
Así es la pasión que sienten los hinchas y que fácilmente pudo verse ayer en el Estadio de Vargas, tras jugarse la semifinal de la Copa Total Argentina entre Lanús y Central Córdoba de Santiago del Estero.
Las hinchadas jugaron su propio partido y le dieron ese color necesario a un evento de estas características.
Durante la mañana se pudo ver a hinchas de ambos equipos dispersos por toda la Ciudad. Eso armó el clima necesario para un cotejo de importancia. Alrededor de las 14.00 comenzaron a rondar por las calles periféricas del Estadio Carlos Augusto Mercado Luna.
Así comenzaron a ubicarse en las respectivas tribunas. Los "trapos" fueron colgados y la fiesta comenzó a tomar otra dimensión.
Apenas entró Central Córdoba se desplegó una bandera gigantesca, con una leyenda de una canción de los Manseros Santiagueños. Del otro lado, la hinchada granate expuso sus tradicionales banderas con "La barra 14". Acá jugó mucho las distancias. Central Córdoba tuvo un acompañamiento total de la hinchada en cuanto a números. Lanús fue más precavido e inclusive su acompañamiento en cánticos fue opacado por una ruidosa hinchada santiagueña.
De hecho, esa supremacía comenzó a los pocos minutos, puesto que ante un avance del "ferroviario" y en una atajada de Rossi, los cánticos de Central se hicieron más presentes.
Y cuando transcurrían 10 minutos y ante el gol de Cristian Vega, la algarabía de esa hinchada fue digna de las fotos, los videos y atención de los ojos del público neutral, los riojanos que fueron a ver el encuentro.
El partido avanzaba y más allá de la diferencia, el partido se inclinaba a favor de Lanús, en varias oportunidades. Fue entonces que las manos de Diego Matías Rodríguez, el arquero de Central Córdoba, avivaron la hinchada. Así la gente comenzó a alentar nuevamente a su equipo, en los minutos finales del encuentro.
Ni hace faltar cronicar lo que fue esa alegría tras el pitazo final de Patricio Loustau. Central Córdoba se fue de La Rioja siendo finalista de la Copa Argentina. Y se vieron ojos con lágrimas de alegría en esos rostros santiagueños.
El evento ayudó a la venta ambulante Toda vez que se realizan este tipo de eventos y máxime un encuentro de fútbol, con equipos de primera división, puede verse el comercio ambulante, que se pone "momentáneamente" para generar una mayor economía familiar. Por eso es que ayer se vieron puestos ambulantes de comida y bebida en las calles adyacentes al Estadio de Vargas. De hecho, en un portón de una vivienda familiar, se vendía vasos de gaseosa, mientras que en un puesto a pocos metros, las hamburguesas y choripanes abrían el apetito a los simpatizantes, que entraban o salían del Estadio. También, en un patio se generó un estacionamiento de motos.
Entradas y salidas efectivas Las entradas para las diferentes tribunas y plateas fue rápida, al igual que las salidas e inclusive la posibilidad de salir en un vehículo, Las avenidas Alem y Ramírez de Velasco funcionarios a la perfección, para que en pocos minutos, los rodados estén en el centro de la Ciudad. La Rioja se mostró, de esta manera, como una generadora de eventos futbolísticos de estas características y se pudo ver que está a la altura de las grandes ciudades.
Comentarios