Un bebé de casi seis kilos nació en San Juan y corre riesgo su vida debido a una bacteria prenatal. Melisa, la mamá, dio a luz a su bebé en el hospital Guillermo Rawson de San Juan, pero el detalle que llamó la atención de todos fue que el pequeño pesó 5,8 kilos y llegó al mundo mediante una cesárea.
Pero con el correr de los días llegaron las complicaciones y menos de una semana más tarde, los médicos aseguran que "está en manos de Dios".
El bebé, que se llama Maicol Balmaceda y pesó 5,8 kilos, nació mediante una cesárea de urgencia y fue internado en neonatología debido a una bacteria prenatal.
Tras atravesar un embarazo sin complicaciones, la mamá del niño fue a uno de sus habituales controles el jueves pasado y al revisarla los médicos le pidieron un análisis de urgencia, que se lo realizaron al día siguiente. Ni bien vieron el resultado del estudio, los médicos la enviaron directo al quirófano para que Maicol naciera de inmediato.
La mamá, una joven sanjuanina, dio a luz al bebé pasadas las 22 del último viernes en el hospital Rawson. "A mi hija le realizaron una cesárea de urgencia, puesto que, debido al gran peso de Maicol, tenía complicaciones. En la última ecografía le informaron que el niño venía un poco grande", comentó Silvia Guevara, la abuela del recién nacido, a Telesol Diario.
El parto se dio sin sorpresas y, feliz por el arribo del nuevo integrante de la familia, la abuela comentó entre risas que a Maicol "le sobresalían los pies de la incubadora".
Todo parecía venir bien, más allá de lo llamativo de su peso. Pero a poco de nacer, el pequeño tuvo que ser internado en neonatología del hospital debido a una bacteria prenatal. La abuela dijo a Diario de Cuyo que Maicol tenía dificultades para respirar, le hicieron estudios y los resultados arrojaron que el pequeño contrajo una bacteria mientras estaba en el vientre de su mamá.
Si bien los especialistas ya identificaron al microorganismo, no pudieron aplicarle inmediatamente un antibiótico porque no le encontraban sus pequeñas venas. Ahora, a menos de una semana de haber nacido, los médicos aseguran que el bebé "está en manos de Dios".
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