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Política Conmemoración. Día Nacional de la Olivicultura

24 de Mayo: La Rioja, corazón de la Argentina olivícola

Los números hablan por sí solos, y convierten a la provincia en el epicentro de la Olivicultura argentina, respaldados por una tradición olivícola cuatricentenaria, y la única variedad autóctona argentina reconocida en el mundo: la variedad Arauco.

Escribe: Ing. Ivonne Hilal - Especial para NUEVA RIOJALa cadena de valor olivícola, principal actividad agroindustrial de la provincia de La Rioja, enfrenta hoy un 24 de Mayo diferente. Sin embargo, no es la primera vez que el sector debe transitar escenarios plenos de amenazas que afectan su competitividad. Los actores del sector son como la noble planta del olivo, resistentes, resilientes, sobrevivientes de muchas batallas. A pesar de todas las tempestades, la olivicultura no sólo logró sobrevivir en La Rioja, sino que evolucionó hasta llevar a la Provincia al podio de la Olivicultura Nacional. Así lo acaban de confirmar los resultados del Censo Nacional Agropecuario de 2018, cuyos datos preliminares muestran que La Rioja lidera la superficie con olivos en el país, con 26.169  Hectáreas implantadas con olivos, seguida por Mendoza, Catamarca y San Juan, con15.985 Ha, 15.484 Ha y13.212 Ha respectivamente. Somos el corazón de la Argentina olivícola, que late en el interior profundo del país.

El negocio olivícola global en indicadores El negocio olivícola mundial mueve más de 12.000 millones de euros y da empleo a más de 35 millones de personas. Hay 1.500 millones de olivos plantados en 11,5 millones de hectáreas en todo el planeta. El 85 % de la superficie olivícola mundial se localiza en la cuenca mediterránea. Cinco países concentran el 80 % de la producción mundial: España, Italia, Grecia, Túnez y Turquía. El 13.39 % de la producción mundial se dedica a elaborar aceituna de mesa, mientras que el 86, 61 % se destina a la extracción de aceite de oliva.58 son los países productores de aceituna, y 179 los países consumidores. Una oportunidad para seguir apostando al crecimiento y a dirigir nuevas inversiones hacia el sector. La clave, reinventarse comercialmente y diversificar los destinos de exportación hacia nichos de mayor valor agregado.Aceite de Oliva: la producción anual se ubica entre 3,2 y 3,3 millones de toneladas entre 2013 y 2018.Aceituna de mesa: la producción anual se coloca entre 2,6 y 2,8 millones de toneladas entre 2013 y 2018.Tanto la producción como el consumo han evolucionado en alza en los últimos 15 años. El consumo se ha incrementado de 1,6 millones de toneladas en la campaña 1990/1991, a aproximadamente 3 millones de toneladas en la campaña 2017/2018.El aceite de oliva es una grasa minoritaria en el mercado global, sólo representa el 1,7 % de las grasas que se elaboran en el mundo, y por ello constituye otra gran oportunidad de crecimiento. 

Argentina entre los top tenArgentina, primer productor olivícola de América, ocupa el 10° lugar en el ranking mundial de países productores de aceite de oliva, con 43.500 toneladas (campaña 2017/2018), y es el 7° productor mundial de aceituna de mesa (campaña 2017/2018), según estadísticas suministradas por el Consejo Oleícola Internacional (COI). Los volúmenes de producción del país sin embargo, se encuentran muy distantes del líder mundial en aceite de oliva y aceituna de mesa, España, que lidera el ranking con el 37,8% de la producción mundial de aceite de oliva y el 19,5% de aceituna de mesa en el mismo período.

Exportaciones: Argentina ocupa un lugar destacado entre los países exportadores. Se encuentra entre los TOP TEN exportadores de aceite de oliva, ocupando el 6° lugar (con el 3,7%) luego de España, Italia, Túnez, Turquía y Portugal; y también destaca en 6° posición (con el 8%) en las exportaciones mundiales de Aceituna de mesa. Argentina exporta aceituna de mesa a 16 países, siendo el principal destino Brasil, que concentra el 85,5% del volumen exportado, seguido por Estados Unidos, que recepta el 5,3%  . Los números indican una alta dependencia del socio principal del Mercosur.El aceite de oliva argentino, en tanto, llega a 27 países, pero Brasil, USA y España concentran el 88 % de las exportaciones.

La Rioja, epicentro de la olivicultura argentina La Rioja destaca en el concierto olivícola nacional. Con el 30% de la superficie total implantada con olivos en el país, lidera la producción de aceituna de mesa y de aceite de oliva, y ocupa el primer lugar en el ranking de exportaciones olivícolas. Los números hablan por sí solos, y la convierten en el epicentro de la Olivicultura Argentina, respaldados por una tradición olivícola cuatricentenaria, y la única variedad autóctona argentina reconocida en el mundo: la variedad Arauco.La agroindustria olivícola, principal cadena de valor de la Provincia, representa un negocio de U$S 150 millones y da trabajo a 10.000 personas como mínimo, beneficiando y constituyéndose en la fuente de ingresos principal o complementaria de 3000 pequeños productores minifundistas localizados en los departamentos Arauco, Chilecito, Castro Barros, Capital, San Blas de los Sauces, Ortiz de Ocampo y Sanagasta. El trípode de producción olivícola -Arauco, Capital y Chilecito- se proyecta en la integración de la cadena de valor, que desarrolla en el territorio provincial desde la producción, hasta la comercialización, pasando por la industrialización de la materia prima en origen.Las exportaciones olivícolas representaron durante 2019 el 27,7% de las exportaciones provinciales, es decir, de cada U$S 100 que se exportan, U$S 28 corresponden a productos olivícolas.  De hecho, el sector está orientado a la internacionalización del producto por la baja capacidad de absorción del mercado interno.La cadena de valor olivícola riojana se caracteriza por incorporar tecnología de punta en el sector primario, orientada a la producción en el árido, al cuidado del ambiente y a la optimización del escaso recurso hídrico a través de la utilización del sistema de riego por goteo enaproximadamente el 90% de la superficie implantada con olivos.Plantaciones dinámicas, caracterizadas por sistemas de producción intensivos y superintensivos, introducción de nuevas variedades, fertiirrigación, conducción por poda, perforaciones a más de 200 metros de profundidad para obtención de agua, riego electro-dependiente y cosecha mecánica para la optimización de la ecuación económico-financiera, conviven con el sistema tradicional. Las plantaciones tradicionales se caracterizan por el minifundio y la posesión de la variedad Arauco, el riego por manto y cuadros de plantación de no más de 100 plantas por hectárea, con ejemplares de gran porte que se cosechan en forma manual y, fundamentalmente, la raigambre de una cultura olivícola que trasciende el tiempo.El eslabón industrial detenta tecnología de última generación permitiendo obtener y comercializar productos de reconocida calidad internacionalmente aceptada, con certificaciones que le permiten acceder a nichos de mercado de mayor valor agregado: certificación Kosher, Halal, BPM. Orgánica, entre otras, que han obtenido distintos galardones en certámenes nacionales e internacionales.La mayor fortaleza en la última década fue la conformación del Cluster Olivícola Riojano, una alianza estratégica público-privada que coadyuva a fortalecer la competitividad del sector. Lo integran todos los actores de la  cadena -productores, industriales, comercializadores- en todas sus escalas y a través de las organizaciones que los nuclean. Forman parte de él los organismos técnicos de apoyo como el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria, el Instituto Nacional de Tecnología Industrial, el Servicio Nacional de Sanidad Agroalimentaria, el CRILAR (CONICET), la Universidad Nacional de La Rioja -sedes Capital y Aimogasta-, La Universidad Nacional de Chilecito, la Universidad Tecnológica Nacional; los Municipios olivícolas, los Ministerios de Trabajo, Empleo e Industria y de Producción y Ambiente, y sus organismos dependientes. Todos han dicho presente y ha resultado un instrumento invaluable para defender la competitividad de nuestra principal producción regional ante decisiones macroeconómicas que privilegian las producciones de la Pampa Húmeda en detrimento de las economías del interior del país. La Rioja no produce trigo, maíz o soja. Producimos aceitunas, aceite de oliva, vinos, nueces, pistachos. Y las políticas macroeconómicas deberían contemplar la diversidad productiva del país y sus desventajas competitivas al momento de adoptar decisiones que afectan el trabajo de miles de trabajadores y la estabilidad de inversiones millonarias . Amenazas y desafíos para la cadena de valor1) La reconversión de la matriz energéticaLa Rioja no posee agua de superficie aprovechable para riego, y el régimen de precipitaciones pluviales es muy bajo, por lo que las explotaciones agropecuarias riegan sus producciones con aguas subterráneas, de perforaciones realizadas a más de 250 metros de profundidad. El riego es electrodependiente y el costo energético, con los incrementos desmedidos de los últimos cuatro años, ha impactado de lleno en la matriz de costos de las empresas, que necesitan una perforación cada 80 Ha en producción. Esto es decir que el costo energético ha impactado afectando la competitividad de las empresas.Se torna necesario entonces la reconversión energética del sector hacia la generación a partir de fuentes renovables (energía fotovoltaica a partir de la energía solar) para autoconsumo, con la posibilidad de inyectar el excedente a la red (Ley de Energía distribuida). La cuantía de la inversión necesaria torna imprescindible que el Gobierno Nacional ponga en marcha líneas de financiamiento a baja tasa con períodos de amortización que superen los 10 años, para que el sector pueda reconvertirse y mejorar su competitividad.2) Tratado de Libre Comercio Egipto-MercosurEl TLC Egipto-Mercosur entró en vigencia en Septiembre de 2017 y con ello permitió el ingreso de Aceituna a Brasil procedente de Egipto a precios de dumping, afectando negativamente las exportaciones de aceituna de mesa riojana a Brasil, principal destino de nuestras exportaciones olivícolas.La Cámara de Industriales Olivícolas de La Rioja -CIOLAR- ha solicitado la posibilidad de concertar cláusulas con los países del Mercosur para considerar a la aceituna de mesa y el aceite de oliva como productos sensibles y lograr que éstos recuperen los aranceles de protección que eran del 14 % en 2017 y que este TLC anula progresivamente hasta llevarlo a 0 % en el presente año.3) Tratado de Libre Comercio Unión Europea-MercosurEl Tratado de Libre Comercio UE-Mercosur ha incluido el aceite de oliva entre los productos negociados. Y si bien aún no ha entrado en vigencia, nos encontraríamos en una lucha similar a la de David y Goliat. España es el principal productor y exportador de aceite de oliva, y la disminución del consumo en la cuenca del Mediterráneo hará que busquen colocar el excedente en otros destinos.La principal amenaza que el TLC representa son los subsidios que la Política Agraria Común de la Unión Europea (PAC) destina a la producción agrícola. Resulta imposible competir en ese marco de asimetrías ya que la política de subsidios enmascara el costo y el aceite que ingrese a los países del Mercosur podría hacerlo a precios de dumping, afectando el mercado interno cuyo consumo, como se sabe, no supera los 200- 250 gr de aceite de oliva /  persona / año.Como ejemplo baste citar que Estados Unidos aplicó desde fines de 2017 y principios de 2018 un arancel del 35 % a la aceituna negra española (15 % para compensar ayudas de la PAC y 20 % en concepto de arancel antidumping).4) Plantaciones tradicionales- reconversión sistemas de riego y tratamientos fitosanitariosDe las plantaciones tradicionales, que en superficie representan algo más que el 10 % del total provincial, sólo el 30 % supera las 10 Ha, mientras que el resto está en manos de 3.000 pequeños productores,  siendo éste el sector más vulnerable. Urge la reconversión del sistema de riego por inundación a riego por goteo. De esa manera se optimizaría el uso del vital elemento y se estaría coadyuvando a mejorar los aspectos sanitarios de la variedad Arauco, fundamentalmente. También se torna imprescindible continuar avanzando sistemáticamente en el Plan de Tratamientos Fitosanitarios y el Manejo Integrado de Plagas. La sanidad de los frutos incide directamente en la calidad del producto y ésta acciona sobre el precio, afectando los ingresos del sector y, por ende, la ecuación económico-financiera de los productores.

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