El secretario de Gobierno del municipio de Chilecito, Ramón Carrizo, reiteró la suspensión de las actividades presenciales de la Chaya 2021 en la zona, haciendo mención también a los últimos casos de COVID-19 registrado en el departamento.
Primeramente, el funcionario expresó que "es la mayor fiesta popular que tenemos en La Rioja, es un mes complicadísimo, llega febrero el retumbar de las cajas hace que salga el pequeño demonio que llevamos todos, la gente deja de ser como es y pasa a ser otra persona por el mes de febrero".
Por ello, Carrizo argumentó que "se tomó una medida enérgica y rápida ese mismo 1 de febrero, para bajar las expectativas de la gente".
También, el secretario recordó que "venimos con dos días de positivos en Nonogasta, y pedimos el acompañamiento de la gente y que los medios sepan transmitir el mensaje: Estamos en una pandemia y fase de distanciamiento social, preventivo y obligatorio. Tratemos de ser responsables y disfrutar febrero pero sin hacer, que sea rendirle homenaje a la chaya pero responsablemente para no tener que pagar las consecuencias", pidió el funcionario.
Por su parte, el comisario Gabriel Páez advirtió que multarán a quienes realicen eventos no autorizados por el COE y el municipio "hasta puede surgir la detención de los propietarios e iniciar causas penales".
Medida acertada
Sin lugar a dudas lo decidido es aceptable con los festejos más tradicionales de la cultura ancestral como lo es la festividad de la Chaya y por eso y contrario al viejo latiguillo de promoción turística que en otro momento se utilizaba, hoy se decide "Chilecito No Chaya en Febrero".
El COE decidió suspender todas las actividades masivas de gran concentración y reunión vinculadas a la festividad de la chaya.
La situación epidemiológica a consecuencia del COVID hoy es muy favorable comparada con los peores momentos que Chilecito atravesó en la pandemia, con colapsos temporarios del endeble sistema sanitario que desnudaron sus múltiples necesidades e históricos descuidos y falta de políticas de asistencia y fortaleza.
Este dato no debe perderse de vista y para reforzarlo se puede plantear que ha sido tanto el trabajo para fortalecer el sistema sanitario, que en algún momento se corrieron las imágenes sagradas de la capilla del hospital "Eléazar Herrera Motta" y allí donde había un espacio para la oración de los internados y sus familiares, se improvisó una batería de camas para pacientes leves y moderados del virus pandémico.
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