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Sociedad Riojanos por el mundo

"Extraño abrazar a mi familia"

Agustin Malamud es riojano, tiene 34 años y hace dos que vive en Paris, Francia. Es Diseñador, Proyectista y amante de la música. En una charla íntima con NUEVA RIOJA, relató cómo surgió la idea de emprender viaje al continente Europeo y de qué ma

La historia de Agustín

Nació en La Rioja, hijo menor del Dr. Leon y la Dra. Juanita

Malamud con un hermano dos años mayor.

Terminó  sus estudios secundarios

en la escuela Gabriela Mistral y viajó a Córdoba para estudiar ingeniería civil.

Cuando ingresó a la carrera, empezó a trabajar en una

empresa de ingeniería termomecánica donde se especializó en cálculo y diseño de

cañerías para plantas industriales.

El tiempo libre lo empleaba para estudiar música, hasta que

un día decidió hacerlo de tiempo completo. "Por el momento lo de viajar al

exterior era un chiste", expresó. Actualmente se encuentra estudiando  la carrera de músico profesional en un

instituto de jazz.

¿Por qué migraste?

Me fui por una especie de crisis de los 30 años; llevaba

varios años trabajando mucho, con muchísimas responsabilidades y carga horaria,

la carrera estancada y ya sin ganas.

Por otro lado, el tiempo libre que tenía lo usaba para

estudiar música como podía, pero también se hacía difícil hasta que un día

decidí hacerlo en tiempo completo.

¿Cómo  surgió ese amor por la música?

Música empecé de chico siempre haciendo algo, como a los 16

años me compraron una batería, y desde ahí siempre estudiando en forma

particular.

Cuando me fui a estudiar a Córdoba aprendí a tocar guitarra

por que no daba tocar la batería en un departamento.

A los 23 años retome percusión, me regalaron un bombo muy

bueno, un Froilán. Ahí comencé a tocar en bares con amigos, a conocer músicos,

pero siempre como hobby, hasta que me cansé y le dediqué más tiempo, empecé a

mejorar y decidí hacerlo como una futura carrera.

¿Cómo vive la

sociedad francesa la pandemia? ¿Qué cambios puede haber?

Realmente no creo que haya grandes cambios, la sociedad está

muy cansada y la situación de encierro ayuda a reafirmar e intensificar

posturas y creencias a veces peligrosas.

Hay gente que se cree rebelde y revolucionaria por no usar

barbijo, o estar en contra de las vacunas poniendo en peligro a los demás. Y

sobre todo las oposiciones políticas que ven como una amenaza el triunfo de las

campañas de vacunación y operan sin vergüenza para entorpecer el proceso.

Personalmente espero que esta situación nos ayude a modificar

nuestros hábitos de consumo y el valor que damos a ciertos trabajos, en

especial los más precarizados, que resultaron en muchos casos ser de los más

esenciales.

¿Cómo afecto tu

trabajo?

La pandemia me agarro trabajando como diseñador para una

empresa de ingeniería que apenas se decretó el confinamiento en Francia nos

mandó a hacer teletrabajo.

Tuve la posibilidad y la suerte de seguir trabajando durante

todo el año y mantenerme ocupado sin exponerme mucho, sobre todo en los peores

momentos de circulación del virus. Me pasé la primera ola en casa trabajando y

estudiando, creo que para mí fue bastante productivo.  Pero bueno, sé que no es la realidad de

muchísima gente.

Luego en el verano todo se relajó, volvimos a la oficina,

los comercios empezaron a abrir, y también las escuelas.

Pude comenzar las clases presenciales en septiembre, pero en

noviembre nos volvieron a confinar así que de nuevo a casa. Tomando las clases

online y esperando poder volver a las aulas del Conservatorio Nacional Superior

de Música y Danza de París (CONSER).

¿Te contagiaste de

covid-19? ¿Qué mirada tenés sobre la vacuna?

No me contagié. Ojalá la implementación de la vacuna sirva

para poner al día los carnets de vacunación y volver a la concientizar a la

gente sobre la importancia de las vacunas en general como métodos de cuidado

colectivo.

Me gustaría ver un poco de madurez política en la oposición para

poder acompañar y facilitar los planes de vacunación, como así también responsabilidad

del oficialismo, porque tienen en sus manos una gran responsabilidad para con

toda la sociedad.

Acá en Francia tienen un sistema de salud pública muy

completo, y si bien al principio arrancaron muy lento, luego pudieron

acelerarlo.

¿Cómo crees que vamos

a salir después de la pandemia?  La forma

de viajar, el trabajo, etc.

Creo que es necesario replantear muchas cosas sobre nuestra

forma de vida, nuestras prioridades, responsabilidades y cómo nos relacionamos

con la comunidad, creo que entramos en un ciclo donde este tipo de eventos van

a ser cada vez más comunes y globales y vamos a tener que aprender a ayudar al

otro, aunque sea de manera indirecta cumpliendo los cuidados y recomendaciones

establecidas. Digo, no es tan difícil, nos acostumbraremos más a respetar

protocolos, los barbijos se volverán algo más en la mochila y sumaremos una

vacuna al carnet de vacunación.

Pero, una vez controlado el virus, la gente se va a volver a

amontonar, los abrazos van a volver como también las rondas de mate y el día a

día va a volver a la normalidad.

¿Cómo es el vínculo con

tus familiares en La Rioja?

Con mi familia hablo seguido. Desde que me fui en 2019 no

pude volver, pero por suerte siempre estuvimos muy bien conectados. Por

supuesto que los extraño, ya llevamos dos años sin un abrazo, pero sabiendo que

están bien, todo es más fácil.

Curiosidades

¿Qué cosas extrañás

de Argentina y qué te gusta de las costumbres del país en el que estás?

Extraño una buena mila

o un locro más que un asado, pero definitivamente la comida se extraña mucho. Y

bueno, justo ahora en febrero me agarra una nostalgia y unas ganas de chayar

tremendas.

Pero en general, lo que más me falta son las amistades,

estar en los pagos, la sencillez de la gente. Acá para hacer amigos hay que

concretar una cita, respetar horarios, asumir compromisos, nadie te golpea las

manos a la siesta sin avisar solo para chusmear un rato y tomarse unos mates

No hace falta que lo diga yo, pero Francia es un hermoso

país, hay mucho para visitar y conocer. Yo justo me quede en Paris, que como

buena capital es donde está todo el caos y el mundo anda a las apuradas. Pero

también está súper bien conectado, y apenas salís de la capital el paisaje es

mucho más hospitalario.

¿Cuáles son tus

planes a futuro?

Por el momento, si todo sigue bien, tengo planes de

quedarme, seguir estudiando música y trabajando, que es lo que me permite

mantenerme y pagar los estudios.

Eventualmente veré para dónde sopla el viento, pero siempre

con un pie en Argentina y un latido vidalero en el corazón donde sea que me

encuentre.

Colaboración: Yanina Espinosa 

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