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Cultura La columna de Paula

El nuevo Truman show

Nuestro Siglo XXI trajo aparejado un cambio de paradigmas, que han influído en la dinámica cultural social familiar, donde la línea entre lo privado y público se disipa.

Por PAULA MONSBERGER

Nuestro Siglo XXI trajo aparejado un cambio de paradigmas, que han influído en la dinámica cultural social familiar, donde la línea entre lo privado y público se disipa.

Estamos asistiendo a ser actores (ad honorem, bueno, algunos no) de la famosa película : "El Show de Truman",  historia de una vida del año 1998. Truman cree llevar una vida normal, pero no se percata que las cámaras lo graban 24 horas al día,  como miembro de un set de grabación para una serie televisiva...

Al salir del cine, me dije asustada: "muy pronto la sociedad va a experimentar la (in)cultura de ser parte de un show". Que penoso pensaba para mis adentros. 

Veinte años después, asistimos a una vida o cultura de realities que no son reales pues son realidades armadas acorde al tipo de impacto que quieren generar. Es esa cámara (la de Truman) que nos sigue todo el tiempo y como sabemos que hay millones de personas mirando...creamos un show que se desdobla en auténtica realidad ficticia y en aparente duda. 

Los seres humanos podemos discernir (a veces) qué está bien de lo que no, qué queremos de lo que no, pues tenemos la libertad y madurez para hacerlo...¿la tenemos? 

Pero, ¿no será que éstos realities están forjando el utópico mundo real que hoy no puede experimentarse de manera certera? Para decirlo de otra manera, esos seres humanos del mundo real que hoy no se entienden, pasan a ser los participantes reales de un mundo reality que sí se entiende, pero sólamente cuando se enciende la cámara.

Mi pregunta es, ¿cómo influyen los realities en las cabecitas de jóvenes, niños y algunos adultos? 

¿Cómo éstos estereotipos de perfección y fama, hacen eco en las neuronas de una sociedad que ni monetariamente ni en posibilidades se asemeja a los realities que consume? 

¿Pero qué pasa con el éxito que provocan éstas ganas de aparentar algo que no se es o que se pretende ser?

Así como Truman que vivía sumergido en esa realidad ficticia que ni él se percataba, hasta que su "cotidiana realidad" se volvió "patética costumbre", es cuando sus ojos empiezan a observar aunque navegando hacia un horizonte de telas blancas

¿Qué pasa sociedad con la ficticia realidad que no vemos nada; que nos somete a vivir en realities de ficción como "actores de reparto no pagos" (bueno, depende quién), cuando en el fondo se trasluce la soledad y miseria más profunda de cada participante porque en realidad la película para la cual trabaja es ficticia?

Actores que como peones solitarios en un gran juego de ajedrez, tratan de llegar al otro lado del tablero para convertirse en Reina, así como la hermanastra quiere ser princesa al entrar en el pequeño zapato de Cenicienta. 

Cómo Truman, diría en la película, al darse cuenta que su vida era un gran Show.

Pero..."aún tú no has puesto una cámara en mi cabeza"...

Me gustaría modificar esa respuesta: "por ahora para algunos tampoco en el alma"...

¡Esperemos así sea, amigo Truman!

Hasta la próxima Columna, amigos.

PERFIL. Paula Monsberger es: Magister en Relaciones Internacionales. Lic. en Ciencia Política, Relaciones Internacionales y Comercio Internacional. Profesora de Alemán. Maestra en Declamación y Recitado. Conductora de Radio y TV. Actriz.

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