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Cultura Su relación con La Rioja. Lo dijo en una entrevista con LA NACIÓN

La gran revelación que Javier Calamaro tuvo en Vinchina

"La verdadera riqueza de la Argentina está en el interior del interior", dijo el artista en La Rioja.

Los paisajes de La Rioja, la hospitalidad de la gente y esa tranquilidad que llega a todas partes es lo que cautivó al cantautor argentino Javier Calamaro. En una entrevista a La Nación, recordó su paso por La Rioja y lo que le significó para su ser espiritual. 

En un momento de la entrevista y hablando de su vida lejos del caos urbano, Calamaro afirmó: No puedo vivir rodeado de ruidos, por eso me mudé, después de los cuarenta años, a Don Torcuato, habiendo nacido frente a la estación Retiro. Pero opté por la vida de pueblo. Allí la gente se maneja diferente, es más respetuosa. Y estoy solo a cinco minutos de la avenida General Paz. En el final del octavo episodio de Concierto extremo , en Vinchina, La Rioja, dije: "La verdadera riqueza de la Argentina está en el interior del interior". Con esas palabras, Calamaro se encontró con su ser interior. Cabe resaltar que grabó en Corona del Inca, mientras que compartió vivencias con el pueblo riojano

"En 2008 me convocaron para cantar embarcado en Puerto Pirámides", cuenta Javier Calamaro en el comienzo de una intensa charla con LA NACION . "La persona que organizó el evento me mostró una suerte de embarcación en la que yo me tenía que introducir, pero no totalmente, ya que mis pies tocarían el lecho marino. Eso fue el inicio de algo que me abrió otro camino en mi vida. En 2018, una década después, cerré un año donde me aventuré a la montaña junto con mis amigos Dani Oroño, compañero del programa Concierto extremo y Facundo Arana. Terminamos cantando en el Aconcagua para nosotros. Ahí tomé conciencia que esa era mi motivación de vida. Lo que yo quiero es cantar mis canciones no sólo en el escenario, sino también en experiencias donde pueda combinar mi pasión por los viajes, por llegar a lugares extremos y mi amor por la música".

Concierto extremo es uno de los desafíos que más lo motivan en este presente creativo, al punto tal que ya piensa en la tercera temporada que se grabaría en julio. Las anteriores pueden verse aún en las plataformas digitales de Contar y de la Televisión Pública. "Se me ocurrió que, como somos tres músicos los conductores del programa, más que ir a cantar a la escuela podemos brindar un taller, generar un coro con los chicos con orientación musical y terminar cada episodio haciendo un cruce en una escuelita rural de cada lugar que visitemos".

"Pensamos mucho en qué le podemos servir al trabajo de la educación. No estoy adoctrinando, ni soy educador, pero puedo colaborar. Esta idea la compartimos con mis dos compañeros de programa. Por eso me reuní con el ministro de educación, Nicolás Trotta, de quien encontré todo el apoyo para llevar adelante nuestra idea. Como también me apoyaron gobernadores e intendentes, de todos los partidos, en las temporadas anteriores", dijo.

Javier Calamaro pone primera y su verborragia da cuenta de su convencimiento, en un momento personal y artístico en el que disfruta del reciente lanzamiento de una versión de "Sweet Home Buenos Aires" junto a Charly García, acontecimiento que permitió, además, la reunión de la ya mítica banda Los Guarros a treinta años del debut con Calamaro.

"Sweet Home Buenos Aires", tema que ya había vinculado a Javier Calamaro con García en 1999, se convierte en una experiencia estética y poética, a partir de un tema icónico. "El escenario es una ceremonia hermosa, donde la gente te aplaude, pero no canto solamente por eso".

"Creo en eso mismo que motivaba a los Incas a buscar las alturas. Creo en la esencia que nos hace superarnos", confiesa Javier Calamaro"Creo en eso mismo que motivaba a los Incas a buscar las alturas. Creo en la esencia que nos hace superarnos", confiesa Javier Calamaro.

"Terminé haciendo el concierto más alto del mundo, que conformó el episodio 3 de la primera temporada de Concierto extremo , en el volcán Corona del Inca, a 5400 metros sobre el nivel del mar y con 13° bajo cero. Para las comunidades originarias, preincaicas y para los Incas, la montaña tenía un significado muy especial", destacó el artista, quien lo comparó con "lo más cercado de Dios que podés estar. Y la música, desde siempre, es algo sagrado para mí".

Faceta religiosa

"Soy creyente de esas cosas que a uno lo motivan a superar sus propios límites. Creo en eso mismo que motivaba a los Incas a buscar las alturas. Creo en la esencia que nos hace superarnos. No soy creyente en Dios, en ninguno, aunque respeto a todas las religiones. Entiendo que el hombre se tiene que unir para ordenar el caos", aseveró. Contó que en su juventud tuvo su paso por el anarquismo, pero a medida que fue creciendo, se alejó de ello. "Siempre me consideré anarquista, pero, con los años, eso se va suavizando. Eso se cambia por otra idea que está más allá de la preestablecida. En mi propia búsqueda encuentro los valores que van marcando mi camino. A los 18 años era "anarquía o muerte" porque, cuando sos chico, tenés la necesidad de pertenecer a un gueto. Con los años uno se va de ese círculo. Yo me fui", confesó.

"Aprendí a convivir con las cosas horrorosas de la raza humana. La pandemia es un elemento creado por las potencias para obtener beneficios personales. El sistema es perverso. Mi miedo es que el ser humano no se de cuenta de esas cosas. Y no hablo de una utopía, donde no haya hambre ni enfermedades. Espero que el hijo de mi hijo Romeo lo pueda ver. Soy un humanista, pero no soy partidista. Y tampoco soy un ingenuo, pero intento ver las cosas con claridad", declaró.

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