Para dimensionar lo que está generando la vuelta de Marcelo Gallardo a River alcanza con repasar la revolución que ha causado el regreso del nuevo deté y CEO del fútbol: el club pasó de haberse retirado del mercado a acelerar para asegurarse ya no sólo el regreso de Germán Pezzella -a detalles de trasladarse a los documentos- sino también el fichaje de Maxi Meza. Un futbolista/hincha que en las próximas horas estará volando a la Argentina para sumarse al plantel que dirigirá MG.
Los dirigentes de River y sus pares de Rayados llegaron a un entendimiento en los números finales del acuerdo por MM: desde la Tesorería de Núñez se comprometieron a abonar u$s 2.000.000 a modo de compensación por la interrupción del contrato del volante de 31 años, quien proyecta despedirse del Monterrey este sábado a las 23, aprovechando el cruce en Austin ante Pumas por la Leagues Cup. Un adiós que si no se daba ahora, estaba previsto para fin de año, cuando vencía su vínculo en México.
De este modo, mientras se prepara para su presentación protocolar agendada para el arranque de semana, Gallardo comienza a darle forma a su nuevo River: Meza estará aterrizando el lunes en Ezeiza para realizar lo antes posible la revisión médica correspondiente y firmar su contrato hasta diciembre de 2026, lo que le permitirá al Muñeco incluirlo como uno de los cinco cambios permitidos por Conmebol en la lista de buena fe de la Copa Libertadores.
Por lo pronto, Napoleón le dará la bienvenida a un futbolista que viene con ritmo. Meza disputó 48 partidos en el último año, con nueve goles y una versatilidad apetecible: jugó en cinco posiciones diferentes, todas del medio. Otro valor agregado que asegurará un revulsivo que llega para cubrir un puesto que había quedado vacante por la venta de Esequiel Barco al Spartak Moscú.
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