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Opinión

La diversidad cultural en Argentina: oportunidades y desafíos para las organizaciones

Estas estadísticas demuestran que aún queda mucho por hacer para promover la diversidad y la inclusión en las organizaciones en Argentina.
María Luján Bianchi

Por María Luján Bianchi

El pasado 21 de mayo se celebró el Día Mundial de la Diversidad Cultural para el Diálogo y el Desarrollo. En Argentina, la diversidad cultural es una parte integral de nuestra identidad y de nuestra historia. Sin embargo, aún existen desafíos en la promoción de la diversidad y la inclusión en las organizaciones.

Según el “Estudio Global de Capital Humano 2021” de Mercer, el 90% de los trabajadores en Argentina creen que la diversidad es importante en el lugar de trabajo. Sin embargo, solo el 20% cree que su organización la promueve activamente. Además, el mismo estudio muestra que el 42% de los trabajadores en Argentina han experimentado discriminación en su lugar de trabajo en función de su género, etnia, religión u orientación sexual.

Estas estadísticas demuestran que aún queda mucho por hacer para promover la diversidad y la inclusión en las organizaciones en Argentina. Las empresas que abrazan la diversidad y la inclusión no solo son más innovadoras y creativas, sino que también pueden atraer y retener a los mejores talentos. Además, la diversidad cultural es una ventaja competitiva para las empresas que buscan expandirse en mercados globales.

En resumen, la diversidad cultural es un elemento clave de la identidad argentina y debe ser celebrada y promovida en las organizaciones. Sin embargo, aún existen obstáculos significativos para lograr una verdadera inclusión en el ámbito laboral. Como lo demuestran las estadísticas, la discriminación sigue siendo un problema importante en las empresas, por lo que aún hay mucho por hacer para fomentar un ambiente de trabajo verdaderamente inclusivo.

Para superar estos desafíos, es fundamental que las empresas adopten políticas y prácticas efectivas para promoverlo. Esto incluye implementar códigos de conducta claros, fomentar la educación y capacitación sobre la diversidad y la inclusión, favorecer la diversidad en la contratación y promoción, y crear un ambiente de trabajo que valore los distintos pensamientos y perspectivas.

A su vez, es igualmente importante y prioritario que las organizaciones se enfoquen en desarrollar un liderazgo inclusivo. Debemos recordar que las personas no siguen códigos, sino que siguen a sus líderes. Aunque el marco normativo interno es relevante, ya que establece límites entre lo permitido y lo prohibido, también es crucial el tono, el compromiso y las reglas claras establecidas por un jefe que se involucre en las iniciativas de diversidad e inclusión. Este debe tomar decisiones inclusivas a diario, incorporarlas en su rutina, fomentar la curiosidad y el interés por los demás en sus equipos. En definitiva, se necesita un líder auténtico que reconozca sus propias limitaciones y trabaje en ellas con responsabilidad y acciones, ejemplificando estos valores a diario.

Si bien aún queda mucho por hacer para lograr una verdadera inclusión en el lugar de trabajo, los esfuerzos para impulsar la diversidad y la inclusión son fundamentales para construir empresas más fuertes, resilientes y exitosas en la Argentina del futuro.

(*) Directora de la consultora Build The Future y especialista en compliance, diversidad y género.

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