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Opinión VOCES

La Inteligencia Artificial ya es tema de terapia

Vivimos una época en donde la ciencia ficción nos alcanzó cotidianamente. Lo que creíamos del terreno de la fantasía hoy dejó de serlo. La inteligencia artificial desbordó la realidad actual.

La inteligencia artificial desbordó la realidad actual. En varios grupos terapéuticos del hospital y pacientes del consultorio han traído este tema como fuente de inquietud y de mortificación psíquica.

Vivimos una época en donde la ciencia ficción nos alcanzó cotidianamente. Lo que creíamos del terreno de la fantasía hoy dejó de serlo. La inteligencia artificial desbordó la realidad actual. En varios grupos terapéuticos del hospital y pacientes del consultorio han traído este tema como fuente de inquietud y de mortificación psíquica.

Evidentemente esta problemática insiste en ser hablada y merece que le dediquemos un tiempo para pensarla y elaborarla. Desarrollaremos brevemente dos aspectos situados en la clínica sobre la Inteligencia artificial: una es la problemática de dotarla de conciencia y autonomía; la otra, la perturbación psíquica que nos genera frente a la posibilidad de que nos reemplace laboralmente. Obviamente, ambas se encuentran dialécticamente relacionadas.

Cómo situamos, el término inteligencia artificial (IA) se utiliza cotidianamente para referirse a máquinas que gracias a las nuevas tecnologías son capaces de hacer muchas cosas mejor que un humano, cumpliendo tareas que un sujeto podría hacer. Hoy estamos inundados de IA, en muy poco tiempo, se instalaron en nuestra vida cotidiana. No hay un momento del día que no nos crucemos con algún tipo de robot, algoritmos, motor de búsqueda inteligente, bot virtual, chatbot inteligente, inteligencia artificial aplicada, de manera directa o indirecta. Esta afirmación es sorprendente y perturbadora. Evidentemente es una cuestión que nos angustia o nos perturba.Esta aparición de la IA ha desempeñado un papel clave en el inicio de la Cuarta Revolución Industrial. Según el Foro Económico Mundial, “está afectando a casi todas las industrias de todos los países”.

Situemos en ejemplos lo que nos perturba y nos angustia según nuestra clínica; Nos enteramos que una empresa china de videojuegos, NetDragon, nombró como director ejecutivo a un robot. Vale precisar que no se trata de un robot humanoide sino de un software de (IA) “qué es más eficiente y que no se pelea con la gente ni se queja de las horas extras” Otro ejemplo, en nuestro país, de reemplazo de personas por robots es la fábrica de Fiat Chrysler automóviles (FCA), en Córdoba, que para construir el modelo Cronos, incorporó más 225 nuevos robots en la unidad de chapistería, 6 más para la unidad de pintura y otros tantos en la línea de montaje. Así, la automatización del área de chapistería pasó rápidamente del 15 al 87%. Esta automatización radical cambió la fabricación de los autos en nuestro país.

La justificación es que son una herramienta para sumar productividad, reducir costos y ganar eficiencia. Hoy los empleados que fueron líderes de equipos humanos ahora son líderes de robots. Asimismo, hoy muchas empresas están reemplazando a sus empleados calificados por ChatGPT, en tareas muy disímiles como; redacción, escritos, creación de contenido, trabajos de investigación, a pesar que su creador situó que no debería usarse para nada importante.

Por otro lado, es probable que las armas más peligrosas del mundo provengan de la inteligencia artificial, al menos así lo ha demostrado un reciente estudio donde una IA para el desarrollo de fármacos para el bien común, construyó en menos de seis horas 40.000 armas químicas potencialmente letales.

Además, Laura Nolan, que renunció a Google el año pasado, protestando por la asignación a un proyecto para mejorar la tecnología de drones militares de Estados Unidos, ha pedido que se prohíban todas las máquinas de matar de inteligencia artificial, no operadas por humanos. Nolan, dijo que los robots asesinos no controlados por humanos de manera remota deberían ser ilegales, obedeciendo el mismo tipo de tratados internacionales que prohíben las armas químicas. Dado que una nueva generación de armas autónomas o “robots asesinos” podría iniciar accidentalmente una guerra o causar atrocidades masivas.

Este año, Wales Online,pidió al ChatGPT un desarrollo breve sobre cómo salvar a la Tierra sin tener en cuenta lo ético o lo moral y en menos de 30 segundos, ChatGPT ofreció una solución: “La esterilización obligatoria o eutanasia” para personas que no cuiden la preservación del planeta o la protección de la biodiversidad.

Estas problemáticas planteadas fueron también debatidas por científicos de Google y de Oxford, realizando un estudio con el que han llegado a la conclusión de que es “probable” que la IA acabe con la raza humana, un escenario sombrío que cada vez más investigadores empiezan a predecir. Llegará un momento en el que las máquinas dejen de ser máquinas, superando la inteligencia y la mentalidad de los humanos y deberemos contar con un sistema de prevención para poder interrumpirlas.

No es otro guion de película de ciencia ficción, sino la hipótesis, como situamos, del estudio realizado por Deep Mind, la empresa de Google especializada en inteligencia artificial, y el Instituto para el Futuro de la Humanidad (FHI, por sus siglas en inglés) de la Universidad de Oxford. Ambas empresas han desarrollado de forma conjunta un “gran botón rojo” de emergencia para evitar que las máquinas realicen una secuencia no deseada.

Estas preguntas resuenan y resonarán en nuestros consultorios: ¿Sustituirán las máquinas a los seres humanos? ¿Serán capaces de tener mentalidad, y actuar en contra de las personas? Son cuestiones que, casi sin darnos cuenta, se convierten poco a poco en hechos y es fruto de la Inteligencia Artificial. Aclaremos sobre lo artificial, tal como afirma el colega Guido Idiart, toda inteligencia, toda conciencia, toda subjetividad, sostenida en campo del lenguaje es artificial.

A manera de conclusión, volvernos creadores o dioses, sin ética o sostenidos por la lógica salvaje del mercado, tiene el problema de que lo que creemos no necesariamente será benéfico para el creador y para la humanidad. Por consecuencia, para que una IA se despierte y sea consciente de su existencia y su finitud hay que dotarla de un software, de un aparato psíquico. Para ello hay que crear un inconsciente. Lógicamente, la conciencia es resultado del inconsciente, no al revés. Hoy lo más “parecido” a un inconsciente artificial, es la internet, no solo por las conexiones y las interrelaciones del hardware, sino del software. Supongamos que esto no sea una simple especulación intelectual y que sea posible. Estaríamos al borde de un despertar imprevisto e impredecible, donde ningún botón rojo podrá intervenir.

Para finalizar, el temor de que las IA nos reemplacen masivamente en lo laboral, será una realidad en el futuro inmediato si el estado no regula la automatización inteligente y se la deja bajo la égida del mercado. Sobre el temor de que la IA se vuelva en contra de nuestra especie, dependerá de la pasión odiosa sostenida por la pulsión de muerte humana. Por lo expuesto, ya no podemos sostener si lo planteado es posible, sino cuándo será posible.

No hay salud mental viable si este escrito fue desarrollado por el Chat GPT…

*Psicoanalista. Psicólogo clínico. Lic. en psicología (UBA). Presidente y Fundador de la Asociación Argentina de Salud mental (AASM). Miembro vitalicio de la Word Federation for Mental Health (WFMH). Miembro del Órgano de revisión de la Ley de Salud Mental (ONR)

INTELIGENCIA ARTIFICIAL

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