Por Sebastián Bertolosso
El pasado 25 de mayo se cumplió un nuevo aniversario de “Kiss Me, Kiss Me, Kiss Me”, séptimo trabajo de la banda británica The Cure quienes en 1987 sorprenderían al mundo con un magistral álbum doble producto del trabajo conjunto de una gran formación estable con la que Robert Smith logró el éxito masivo. Este séptimo disco de The Cure tuvo una importancia fundamental para la agrupación como parte del proceso de proyección global que se había iniciado con “The Head on the Door” de 1985 y que llegaría a su punto máximo con “Disintegration” de 1989 donde tenían al planeta musical en la palma de la mano.
Toda esta época tanto previa como posterior, significó una era de creatividad total en la que The Cure se encontraba en un estado de gracia único, con una alineación que se mantenía estable desde 1984 que conformaban Porl Thompson (guitarra, teclados), Simon Gallup (bajo), Boris Williams (batería) y Lol Tolhurst (teclados), quien tuvo que ser sustituido en medio de la gira por sus serios problemas con el alcohol. Para remplazarlo la banda convoco a Roger O’ Donnel de los Psychedelic Furs. Si nos guiamos por la inmensa cantidad de material compuesto por la banda, “Kiss Me, Kiss Me, Kiss Me” pudo haber sido un disco triple, pero finalmente se decidió que fuera un doble LP cuya duración alcanzo los 74 minutos en los cuales pudieron desplegar su sonido hacia nuevas fronteras.
El disco recorre varias atmósferas, pasando de lo tenebroso a lo melódico, de lo siniestro a lo subyugante. Ya el inicio con “The Kiss”, es bien denso y oscuro lo que nos remite un poco a su primera etapa a comienzos de los ‘80, para luego cambiar rápidamente de atmósfera en “Catch”, que es uno de los temas más nostálgicos, emotivos y melódicos que The Cure haya compuesto. A continuación llega “Torture”, que lleva el distintivo sello de ese dark rock que tantos fanáticos generó y bandas inspiró, para luego pasar sin prisa pero sin pausa a “If Only Tonight We Could Sleep”, un hipnótico track de atmósfera etérea y oscura.
Luego llega “Why Can’t I Be You”, que era uno de los tres singles de difusión y que por la época se escuchaba absolutamente en todos lados, ya que su ritmo frenético y acelerado con un típico sonido de los ‘80 marcado por la sonoridad de los teclados y el pulso de la batería invitaba al baile inmediato. “How Beautiful You Are”, aparece en forma refrescante con una gran melodía producto de una genial línea de bajo que dotan al tema un increíble encanto. Luego llega la canción más larga del album, “The Snakepit”, que con sus siete hipnóticos minutos y un ritmo en forma de loop constante, navegan con sus guitarras entremezcladas y la voz llena de reverb de Smith que le otorgan a la misma una identidad muy característica.
Siempre y cuando lo estemos escuchando en vinilo, el lado B del primer disco lo cierra “Hey You”, que es el track más corto y que no fue incluido de la primera edición en CD pero si se corrigió para la reedición de 2006 y en la que el saxo de Andrew Brennen le otorga mucha personalidad. Por aquella época, en la que los vinilos comenzaban a ser desplazados por los CD, todavía era algo natural retirar el primer disco, para colocar el segundo en la bandeja giradiscos, afortunadamente y luego de quedar al borde de la extinción durante varios años, los LP han regresado como un furor para luego estabilizarse y tener una gran base de adeptos tanto de la primera hora como nuevas generaciones que no se pudieron resistir al encanto de lo analógico.
Volviendo nuevamente a lo que nos convoca, el disco dos abre con la fantástica Just Like Heaven, que no por nada terminó siendo la canción más conocida y exitosa del disco, un verdadero himno de principio a fin. A continuación y marcada por el sello inconfundible de The Cure, llega una enorme canción como “All I Want”, que aunque es de las preferidas de los fans, el grupo no la suele tocar mucho en vivo.
El álbum tuvo como tercer single “Hot Hot Hot!!!”, demoledor y pegadizo funk pero con el estilo de The Cure, dueño de un groove y un pulso tan adictivo como hipnótico, verdaderamente uno de los puntos mas altos del álbum. La misma es seguida por la balada “One More Time”, que con sus aires calmos y románticos nos muestran otra faceta de la banda pero sin perder su identidad y para cerrar el lado A del segundo disco, llega la ecléctica “Like Cockatoos”, un tema de aura misteriosa caracterizada por un quebradizo ritmo de percusión combinando guitarras acústicas y eléctricas junto a capas de teclados con sonidos playeros de fondo. Para abrir el último lado de este gran LP, aparece “Icing Sugar”, con una demoledora base rítmica tribal que nos recuerda a lo que Budgie y Steve Severin desarrollaron con Siouxsie and The Banshees, grupo del que Robert Smith fue guitarrista en dos períodos y se nota en el aura de esta canción que además tiene un fuerte protagonismo del saxo de Brenner.
A continuación y para dejar otro gran momento de manufactura pop llega “The Perfect Girl”, muy alineado al espíritu de otro gran tema de este disco como “Catch”, a la que le sigue otra oscura balada “A Thousand Hours”, que mezcla un ritmo tenebroso y romántico por igual con una larga intro hasta que finalmente hace su aparición Robert Smith.” El tramo final de la placa, llega con mucha contundencia de la mano de la potente “Shiver and Shake” y la intensa “Fight”, que conforman un magnifico tándem de cierre para un grandioso y ecléctico álbum que representa uno de los momentos mas altos de la extensa y prestigiosa trayectoria de The Cure que con los años ha ido influenciado a infinidad de músicos de varias generaciones.
Hasta la próxima.
Artista: THE CURE.
Álbum: KISS ME, KISS ME, KISS ME.
Fecha de Lanzamiento: 25 DE MAYO DE 1987.
Duración: 74:31 MIN.
Producción: DAVE ALLEN/ROBERT SMITH.
Sello discográfico: FICTION/ELEKTRA RECORDS
Comentarios