El gato considerado como el más viejo del mundo falleció a los 31 años en la ciudad de Exeter, Inglaterra. La edad que tenía al momento de su equivale a 150 años de un humano.
La dueña de Rubble, una mujer de 51 años, contó que desde que le regalaron al felino - cuando ella cumplió 20- se convirtieron en compañeros inseparables. "Murió tras tener una maravillosa vida", expresó Michele Heritage.
La mujer considera que su gato vivió por tantos años como consecuencia de los buenos cuidados que recibió. Como ella nunca tuvo hijos, lo mimó, cuidó y le dio tanto amor como si fuera tal. "Siempre lo traté como a un niño, no tengo hijos y tuve otro gato llamado Meg, que murió a los 25 años. Si te importa algo, no importa lo que sea, va a durar", aseveró la dueña.
Michele junto a su gato Rubble.
"Era un compañero increíble con el que tuve el placer de vivir durante tanto tiempo", comentó melancólica. Y agregó: "Lo conseguí justamente cuando cumplí los veinte años, me lo regalaron cuando era un gatito, y desde ese día no nos separamos nunca, hasta el triste día en el que murió".
El animal de raza Maine Coon se había convertido en el más viejo del mundo en mayo del año pasado, al cumplir los 31 años de edad.
"No tenía problemas específicos de salud, pero murió de viejo. Adelgazó mucho y un día cruzó la calle y no volvió", recordó Michele.
Si bien el gato falleció poco antes del mes de mayo, cuando iba a cumplir 32, la noticia se dio a conocer recientemente a través de diversos medios de comunicación.
Rubble superó el límite de gatos más viejos que había alcanzado Scooter, un siamés de Texas nombrado en el récord Guinness a la edad de 30 años antes de morir en 2016.
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