Las primeras voces que tuve que callar, incluso fueron de mi propia familia, que me decía que no dejara de recibir un salario fijo por estar dependiendo de mi propia empresa, que en la vida uno tenía que estar en lo seguro y no en lo incierto… y yo pensaba que lo incierto precisamente eran mis sueños y mi felicidad y sentía en lo profundo de mi corazón que hacia allá debía moverme.
Durante más de 21 años en el sector financiero y bursátil de Colombia había conseguido mucha experiencia sobre estrategia, planificación, táctica, desarrollo de productos, servicio al cliente, mercadeo y muchas fortalezas más, pero al mismo tiempo había aprendido a cómo no ser jefe, a cómo no trabajar en equipo, a trabajar bajo burocracia, incoherencia y poca o nula comunicación entre los jefes (porque sólo a pocos se les podía llamar líderes) y los colaboradores.
También luego de que tuve que atravesar por varias enfermedades graves, unas por exceso de estrés, otras por malos ambientes de trabajo y culturas organizacionales tóxicas, sentía que debía empezar a buscar aquellos temas por los que me había preparado durante tantos años. Estaba llena de ilusiones, con ganas de romper el molde, de dejar de ser una marioneta en donde mis jefes me decían siempre qué hacer y cómo hacerlo… y la verdad no estudié tanto para que no me dejaran innovar, crear, inventar y en mi caso súper importante: "volar".
Mi último cargo en una de las empresas de la bolsa de valores de Colombia fue como Directora de Experiencia de Cliente y Mercadeo, así que primero tenía el reto en mi cabeza y luego en la ejecución, de dejar lo seguro para salir a un mundo algo inhóspito frente a los temas de mi empresa basados en Felicidad Organizacional.
Lo primero que pensé al dar este importante paso fue que mis amigos, colegas y hasta proveedores me ayudarían, del mismo modo en que en el pasado yo lo hice; pero esto no ocurrió tan fantástico como pensé y debí armarme de valor, buscar caminos diferentes y seguir adelante por otros rumbos, tocando puertas y puertas en distintos caminos.
Ese "sexto sentido" que tenemos las mujeres (que además está comprobado desde las neurociencias que es la inteligencia intuitiva de las mujeres) fue clave en mi emprendimiento de todos estos años, e hizo que las fronteras no fueran un límite, que los sueños se pudieran lograr, entendí que el trabajo valía la pena realizarlo, y que al final del túnel siempre he encontrado una luz hermosa y resplandeciente que espera por mí.
MUJER: este mensaje es para ti hoy en este gran día, que no importa lo que estés pasando, todo tiene solución con inteligencia emocional, amor y mucha acción. Las mujeres tenemos todo para romper el molde con el cual nos quieren esquematizar y controlar, para que podamos llegar a SER donde lo queramos HACER.
Feliz día.
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