Esta fecha se estableció por un acuerdo entre el Centro de Enólogos y Consejo Profesional de Enólogos de San Juan en el año 2002, eligiendo la fecha por el día en el que Domingo F. Sarmiento inauguró la Quinta Normal en 1862, que luego pasaría a llamarse la Escuela Nacional de Fruticultura y Enología.
Su protagonismo ha ido creciendo y se ha tornado una figura fundamental en la comunicación de sus vinos y en la creación de nuevas variedades y sus combinaciones. Hoy se consideran los grandes protagonistas del vino del momento, porque es gracias a sus decisiones que se logran vinos tan diversos y en tantos lugares.
Gabriel Torres, enólogo de Bodega Casa India y de bodega de Don Pedro, miembro del equipo de enólogos de bodegas San Huberto y profesor de cata de Vinos en el IES Pomán de Catamarca, nos cuenta que "ser enólogo es diseñar un vino, hacerlo, cuidarlo, criarlo, darle nombre, venderlo, defenderlo con prestigio para que el consumidor una y otra vez lo descorche".
Cuenta como curiosidad del oficio que "los enólogos trabajamos sabiendo que otros van a disfrutar de nuestra labor. Los enólogos no tenemos feriados ni fines de semana. Pasamos más tiempo en la bodega que con la familia. Somos amantes de esta profesión".
Pero concluye que "todo eso y mucho más lo hace esta profesión que no tiene techo. Ser enólogo es trabajar con amor, dejando un sello de pertenencia y pasión por el mundo del vino".
Asimismo, destaca cómo la creatividad forma parte del proceso de creación de un vino: "El proceso creativo se logra mediante la experimentación y a eso nos dedicamos gran parte del año: a experimentar, a probar cosas nuevas, a investigar. Este proceso creativo se logra dejando influenciarse por diferentes exponentes de la viticultura y enología exterior, interior, jóvenes, profesionales. Es constante, continuo y diario en nuestra bodega".
Ana Belén Benítez, enóloga y emprendedora vitivinícola nos cuenta que "para mí elaborar un vino es un arte, más allá de que es todo química y física, es arte, es muy subjetivo. Tenés que tener todos tus sentidos a flor de piel y tenés que saber reconocer un buen vino, los aromas".
Hace hincapié en que "quien hace un vino busca siempre una mejor versión de sí. Cada elaborador de vino busca expresar algo en él, una identidad; por eso para mí es un arte. Un 100% de vos en una bebida que la van a beber muchas personas y que ojalá que a todo el mundo le guste".
Continúa diciendo que "más allá de que es alcohol, el que elabora el vino tiene que ser consciente de que está haciendo un alimento que otra persona va a consumir y eso tiene un riesgo y una responsabilidad".
Y culmina diciendo que "en resumen la enología es arte. Te tenés que expresar, encontrar tu identidad para transmitirlo en el vino".
Por su parte Diego González, enólogo de la Bodega Pituil ubicada en el Departamento de Famatina, nos cuenta que para él "enólogo se nace, se hace y se cultiva; es una pasión. Se nace porque es importante dónde uno nace; se hace porque lo tenés que tener; y se cultiva porque necesita mucha preparación y de esta forma se mete en tu vida como una pasión".
Por último Rodolfo Griguol, gerente de enología de La Cooperativa La Riojana y director de la Lic. en Enología de la Universidad Nacional de Chilecito, nos cuenta que "ser enólogo es para mí un sueño cumplido. Es continuar la tarea de mi padre, lo que me permite tenerlo presente cada día. Es un trabajo que une la ciencia con el arte, donde en cada vino que elaboramos tenemos que expresar el terruño y el amor a esta hermosa profesión".
Comentarios