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Cultura EDUCACIÓN Y CULTURA

Estrenan serie animada "made in La Rioja"

Pakapaka estrenará la primera serie animada riojana, que está basada en la “maestra de la patria”, Rosario Vera Peñaloza. La directora, Hebe Estrabou, explica por qué es importante reivindicar a la educadora e incentivar el crecimiento de la industria audiovisual fuera de territorio porteño.


El Ministerio de Cultura de la Nación, la Dirección de Cine del Ministerio de Turismo y Culturas del Gobierno de La Rioja y el Canal infantil Pakapaka crearon en conjunto Rosarito y sus Pizarras Mágicas, la primera serie de animación producida en la provincia de La Rioja.

Este dibujo animado se propone no solo entretener sino también ser una herramienta pedagógica para los niños: la historia gira alrededor de la infancia, las aventuras y las enseñanzas de Rosario Vera Peñaloza, una educadora y pedagoga riojana que nació en 1873 y que es reconocida como la “maestra de la patria” por su esfuerzo y dedicación en pos de la educación. Ejerció múltiples roles a lo largo de su vida profesional: maestra jardinera, docente de grado, directora, supervisora e inspectora; fundó varios jardines de infantes en todo el país y creó el Primer Museo para la Escuela Primaria en el Instituto Félix Bernasconi, ubicado en el barrio porteño de Parque Patricios. Falleció el 28 de mayo de 1950 a los 77 años, fecha en la que se conmemora, en su memoria, el «Día Nacional de los Jardines de Infantes» y «Día de la Maestra Jardinera» en Argentina.

Hebe Estrabou, directora general de Cine del Ministerio de Turismo y Culturas de La Rioja, dialogó con ANCCOM sobre el proceso de producción de la serie infantil y la importancia de reivindicar la figura de Vera Peñaloza y motivar el desarrollo de la industria audiovisual nacional fuera de los límites de la ciudad de Buenos Aires.

¿Cómo surgió la idea?

A nosotros siempre nos piden desde el Ministerio de Turismo y Culturas que en la Dirección de Cine trabajemos sobre la obra de nuestra gente, rescatar la memoria de nuestra provincia. Elegimos a Rosarito porque es una mujer que ha salido de los llanos de La Rioja y ahora es considerada maestra de la patria. Es un personaje muy importante para nosotros, entonces dijimos: “¿Por qué no reivindicarla si nadie la conoce tanto?”

¿Cómo fue el proceso de investigación sobre su vida?

Es difícil encontrar material sobre ella. Había una historiadora de La Rioja que había escrito sobre ella, pero su investigación quedó inconclusa y no ha podido presentarla. Entonces, empecé a buscar qué había hecho y cómo la había investigado y me encuentro con que Rosario había trabajado sus últimos 30 años, ya jubilada, en el Museo Bernasconi. Allí dejó material didáctico: 300 pizarras con contenidos que se trabajan en la escuela primaria. Como este proyecto comenzó en pandemia no lo podíamos conocer, así que hablamos con Florencia Ortolani que, junto a su equipo del museo, nos brindaron toda la información posible y hasta nos permitieron hacer un recorrido virtual. Tomamos 13 de esas pizarras para inspirarnos e hicimos la serie sobre eso.

¿Por qué se enfocaron en su infancia?

Con el equipo de trabajo nos preguntamos: “¿Cómo hacemos para sincronizar La Rioja con ella?” Entonces, todas las aventuras que vive son en Atiles, el pueblo donde vivió hasta los 7 años porque tuvo que empezar la primaria y en esa zona no había, por eso se fue a San Juan. Todos los capítulos terminan con ella en el Bernasconi pintando sus pizarras, motivada e influenciada por todas sus vivencias en La Rioja. De Rosario niña, por supuesto, no hay nada escrito ni cómo fueron sus relaciones ahí, excepto que ella quedó huérfana y la crió la tía.

¿Por qué te parece importante reivindicar su figura?

Todo lo que ella estudió y que después lo plasmó en esas pizarras… Para poder pintar eso tuvo que viajar y recorrer todo el país sola y estar en cada lugar y observar. Era una observadora de la realidad, una mujer política, la única en esa época. Tuvo a veces bastantes problemas con su trabajo porque peleó por el reconocimiento de las horas de trabajo, por las vacaciones, por la cantidad de horas pagas, o sea una militante muy fuerte para la época y para ser mujer. También, todo lo que hizo con los jardines de infantes. Es una gran pelea decir: «El Estado se tiene que hacer cargo de esas infancias, no puede ser que las familias tengan los chicos hasta los 6 años, no socialicen, no sepan quién es el otro”. Tuvo una discusión fuerte con la familia, con el Estado y finalmente logró que todas las regiones tengan sus jardines de infantes, la educación desde muy temprana edad como un derecho que ella no tuvo.

Animando por primera vez

Rosarito y sus Pizarras Mágicas tendrá trece capítulos de siete minutos de duración cada uno. Se estipula que su estreno en el canal infantil Pakapaka sea en marzo, en coincidencia con el inicio del ciclo escolar. Estrabou participó de la presentación a nivel nacional de este proyecto el viernes 2 de diciembre del año pasado, en el Centro Cultural Kirchner, junto al Ministro de Cultura de la Nación, Tristán Bauer; el Ministro de Turismo y Culturas de La Rioja, Gustavo Luna y la Gerente General de Contenidos Públicos, Jésica Tritten, entre otros funcionarios e invitados. “Toda esta maquinaria que se puso en marcha es hermosa y no queremos que se corte, queremos seguir produciendo la segunda temporada”, señaló la Directora de Cine mirando de forma pícara al Ministro Bauer y todos los presentes aplaudieron.

¿Cómo fue el proceso de producción de la animación?

Ha sido realmente mágico, fue todo un aprendizaje. Siempre decíamos: “Bueno en seis meses la tenemos lista”. Nada que ver. Es un proceso largo la animación, lo fuimos descubriendo a medida que avanzaba. Primero se convocó a la guionista, Luz Marquez, que es chileciteña, pero vive en Buenos Aires. Con ella empezamos a crear este universo: cómo sería la Rosario de niña, qué características psicológicas o sociales tendría; adaptarnos a que, al ser la primera animación, no podía tener miles de personajes; pensar cómo era el Atiles de esa época, así que ahí empezamos a convocar ilustradores. Se presentaron en su mayoría mujeres y luego de varias instancias quedaron seleccionadas Juani de La Vega, quien es la creadora de los personajes; Camila Carrión, quien se encarga de los fondos naturales, y Manuela Cortez, de los fondos de arquitectura.

Entonces, ¿todos los involucrados en el proyecto son riojanos?

No, de Córdoba convocamos como productora a María Eugenia Ferrer, a Carla Gratti como directora de arte y a Patricia Gualpa y Milena Llois como directoras de Animación. De Santa Fe, convocamos como asistente de dirección a Ita Romero y como asistente de producción a Carla Casas, de La Rioja, así que lo consideramos un proyecto riojano y federal, además de mayoritariamente femenino. Los animadores son riojanos y venían desarrollando su trabajo en solitario, esta es la primera experiencia en conjunto: Luciano de La Fuente, Jonathan Morales y Mirko Torres. En la banda de sonido participa Aníbal Estrabou, en música Monchi Navarro y en montaje Martín de La Fuente, que tienen una vasta experiencia en La Rioja.

¿Qué elementos de La Rioja están presentes en la serie?

Hay cuatro personajes. El oso melero, el compañero que sale con la Rosarito a las excursiones. Flordelina, un personaje muy sabio con rasgos indígenas y que nosotros intuimos, por lo que ella dejó en las pizarras, por los cuentos que ella escribe, que tuvo influencia de alguien de procedencia indígena en la Rioja. Entonces, pusimos este personaje ficticio, pero que para nosotros si alguien influyó en Rosario para valorar la cultura aborigen que siempre resalta. Efrain, su mejor amigo, tiene características afro, pensando que hacía el 1600 en La Rioja la mitad de la población era traída de África porque ya habían matado al 50 por ciento de los indios, entonces necesitaban más mano de obra y trajeron muchos africanos. Los paisajes son todos nuestros, inspirados en nuestras montañas. Las voces son con nuestra tonada. Primero habíamos empezado a hacerlo neutro y no, Rosario no podía hablar neutro. La voz de Rosarito es Sofia Pelliza Macias, actriz de la Comedia de la Provincia y la voz de Flordelina y Efrain es Carolina Ibáñez, actriz de doblaje egresada del ISER. Ambas son riojanas y salieron seleccionadas de un casting de voces en el que se presentaron más de 45 postulantes.

¿La tía de Rosario no aparece?

Como no sabemos cómo era, no la queríamos tener tan presente. Entonces está en off, es la que la llama a comer. No queríamos meternos con personas que no hay registros, pero tampoco no queríamos faltar a esa verdad: que ella fue criada por la tía.

Una mirada federal

La serie animada sobre Rosario Vera Peñaloza forma parte de un proceso más grande que encabeza la Dirección de Cine de La Rioja: el desarrollo de un polo audiovisual en la provincia que incentive la filmación tanto de producciones nacionales como locales. Para este último caso, se vienen efectuando convocatorias, castings, talleres de actuación frente a cámara, entre otros estímulos para generar poco a poco la profesionalización de todos aquellos riojanos que quieran formar parte de esta industria, ya sea desde el lado de la actuación como de la producción de contenido.

¿Por qué es importante incentivar la industria audiovisual en La Rioja?

Por varias cosas. Es una industria que maneja mucho dinero, entonces producir localmente genera una gran industria cultural que produce más puestos de trabajo calificados. Eso sí lo vemos económicamente. Si lo vemos culturalmente, permite que se conozca la cultura de La Rioja a través de sus historias, de su mirada particular, de sus actores y de su gente. Realmente nosotros sentimos el monopolio cultural de CABA.

¿En qué sentido?

Es un monopolio al cual nosotros nos debemos sentir identificados porque “eso es ser argentino”. No todo lo que presenta CABA es propio de acá o tiene que ver con la idiosincrasia o nuestra forma de ver el mundo. Entonces, ampliar esas formas de ver el mundo, esas formas de conocer al otro, me parece que es imprescindible y urgente. Por eso esto de conquistar federalmente las pantallas es una lucha que tenemos todas las provincias. En 2010, cuando empezó la TDA, comenzaron los concursos donde todas las provincias tenían que participar y había un premio por provincia. Empezamos a ver lo que hacía Río Negro, Jujuy, Chaco, Misiones… ¡Eso es la Argentina! Descubrías un montón de gente que no tenías idea que existía, un montón de miradas que fueron una revolución y eso no se puede apagar, tiene que seguir creciendo. Por eso esto de Rosarito, de respetar hasta nuestra tonada, implica querer mostrar al otro que nosotros acá hablamos así y no por eso hablamos mal.

¿Cómo se ven de acá a diez años con el polo audiovisual?

El gobernador quiere que se haga cine, por eso se creó la Dirección de Cine. El Ministro de Cultura quiere que se haga cine, por eso estamos dentro de su órbita. O sea, el primer año que estuvimos justo tocó la pandemia, pero igual tuvimos que hacer una película. A fines del 2020 Sabrina Farji filmó Ex Casados y generó que otros vean los paisajes de La Rioja, porque hasta ese momento buscaban viñedos y para ellos decir viñedos es Mendoza y listo, no hay otro lugar: “¿Cómo que hay viñedos en la Rioja? ¿Cómo que hay una industria vitivinícola ahí?” Si, hay. Entonces empieza a mover otros mercados, no tan solo el cinematográfico. En diez años espero que tengamos muchas películas, varios directores, gente que tenga que venir desde otros lados y se considere a La Rioja un polo de producción importante para la industria.

¿Qué esperas de esta animación?

La serie cuenta las aventuras de una niña que todo lo que encuentra casualmente en su universo lo convierte en imaginación para su futuro y lo transforma en información que le va a servir para su vida. Por eso creo que este material lo tienen que usar los docentes: para incentivar a los chicos a buscar, a investigar cada cosa que les intrigue o que les llame la atención y que no sean espectadores pasivos, sino activos. Entonces, nosotros les dejamos algunas cositas para que después quieran investigar el tema que trabajamos. Cada uno de los capítulos es un contenido que se trabaja en la escuela, así que cualquiera de esos temas les sirve para continuar investigando, explorando, descubriendo, ahora googleando, que era lo que no podía hacer Rosarito porque no tenía en esa época. Es motivar al conocimiento.

Por Axel Schwarzfeld para ANCOMM (Agencia de Noticias de Ciencias de la Comunicación de la UBA)

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