En el marco de las celebraciones por el 54° aniversario, el Museo Folklórico invita a la realización de la Corpachada, celebración comunitaria de agradecimiento a la Pachamama, la Madre Tierra. Será este martes 1º de agosto a las 17:00 en el patio del museo. También se podrá visitar la sala de cosmovisión andina donde se exhibe la colección de divinidades diaguitas, obra del reconocido escultor y ceramista Marino Córdoba.
El Museo Folklórico de La Rioja tiene su sede en una casona antigua y céntrica. El recorrido de sus salas ofrece un panorama de las tradiciones y costumbres arraigadas en la sociedad riojana. Tiene su domicilio en Pelagio B. Luna 811.
Hacia fines del siglo XVII, posiblemente en 1693, el presbítero español, Luis María de Las Cuevas, levantó los primeros muros de una casa, ubicada hoy en la calle Pelagio B luna 811.
Pasaron los años y desde el año 1870 la casa estuvo siempre en poder de la familia Pazos Moreira. Es la típica casa colonial, con dos patios con sectores de servicios, caballerizas, con coche de plaza y uno de transporte de carga (carro), huertas, tambo, corrales. Lo denominaban solar ya que ocupaban media manzana o manzana entera.
En el año 1968 el N.O.A. Cultural solicitó a la familia permiso para organizar una exposición de artesanías tradicionales, donde se exhibieron trabajos presentados por cinco provincias del noroeste argentino. Del éxito de esta exposición surgió la idea de instalar en la casa de los Moreira un Museo Folklórico y los dueños cedieron su residencia para que funcionase la institución. El Gobierno, a través del Ministro de Instrucción Pública, gestionó ante la Secretaría de Turismo de la Nación para adquirir la casona y entregarla a La Rioja para la formación y creación de un museo. Se adquirió la casa un 25 de julio de 1969. El 1° de agosto de 1969, con dos salas de exposición, se inauguró el Museo Folklórico.
Se cumplía así con el objetivo de difundir la cultura popular pero también el de apoyar al artesano. Este objetivo se alcanzó cuando en una de las salas se montó una feria permanente donde se exhiben y venden valiosas creaciones artesanales, realizadas en toda nuestra región, y se dan cita más de 1000 artesanos riojanos. En el año 1973, el prestigio de esta institución se había afianzado ante el público que la visitaba y ante los artesanos de la ciudad y del interior.
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