Gabriel Omar Batistuta fue uno de los emocionados en el vestuario de Newell's. "Yo viví dos años arriba. Sentí cosquillas en la panza cuando entré porque no había vuelto nunca más", dijo el Bati, quien agradeció que lo tuvieran en cuenta para la despedida de Maxi Rodríguez. "Los jugadores que vestimos la camiseta se la selección estamos hermanados. Con Maxi salimos además los dos de acá, le tengo una gran estima y cuando me invitó no dudé en acompañarlo", dijo.
"Me hizo muy bien ver a gente que hacía mucho no venía. Ya estoy contento con que no me duela nada", dijo sonriente el Bati, quien señaló que "la había perdido totalmente por los dolores, no podía caminar, así que estar en pie ya lo es todo", apuntó en relación a los padecimientos por las lesiones sufridas en su etapa de jugador, sobre todo en los tobillos.
Batistuta también le dio mucha importancia a que "haya gente de Central compartiendo este momento. Lo importante es la amistad y dan un mensaje bárbaro", dijo en relación a las presencias de Ángel Di María y el Pocho Lavezzi.
"Desde que me fui no entré nunca más al club, así que estoy emocionado. Son momentos que rejuvenecen", expresó. "Sentí cosquillas en la panza. Viví dos años arriba de este vestuario. Esta fue mi casa por dos años. Fueron muy buenas experiencias que pude aprovechar. Siento que todo el esfuerzo valió la pena".
En relación a de dónde conocía a la Fiera Rodríguez, Bati señaló que "los que representamos alguna vez a la selección estamos como hermanados de alguna manera". Y expresó que "los chicos que salieron campeones del mundo se lo merecen. Son grandes profesionales, compañeros. Es un orgullo compartir este momento con ellos".
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