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Deportes TRAS LA FINAL EN BRASIL

Boca Juniors: La Copa Argentina o el abismo

La derrota en el estadio Maracaná no solo dejó el dolor de no haber podido alcanzar la séptima Copa Libertadores. El futuro es complejo para el Xeneize.

La derrota por 2-1 frente a Fluminense duele por sí misma. La ilusión de unos 100.000 hinchas que viajaron a Río de Janeiro se sumó a la de millones que quedaron en el país y otros que deambulan por el mundo. Un dolor intenso ante una caída que fue justa. Más allá de la voluntad que pusieron los jugadores en el complemento y el suplementario, el equipo brasileño fue más.

Pero el dolor no es para siempre, se apaga y hay que seguir adelante. El problema es el futuro inmediato, porque quedan pocos partidos en el año y Boca se jugará mucho en cada uno de ellos. Los futbolistas y el cuerpo técnico deberán olvidarse de lo que pasó en el Maracaná y enfocarse en lo que viene o el 2024 puede ser terrible.

Es que hoy, el Xeneize está quedando afuera de la Copa Libertadores 2024 y hasta podría quedarse sin la posibilidad de jugar la Copa Sudamericana si no suma los puntos necesarios en los tres partidos que restán de la Copa de la Liga Profesional.

Hasta el momento, en la tabla anual, Boca está séptimo con 55 puntos, en zona de Sudamericana y a tres de Defensa y Justicia que al momento es el último clasificado para la Copa Libertadores. No está lejos, más allá que restan nueve puntos en disputa, pero tampoco está lejos de quedar fuera del segundo certamen continental, ya que Racing, que es el que por ahora está quedando al margen, tiene 53 unidades. En el medio hay tres equipos más.

Obviamente, no será la principal ruta para acceder a la Libertadores del año que viene. Boca está en las semifinales de la Copa Argentina, en la que deberá medirse con Estudiantes de La Plata. Si gana ese trofeo, no sólo celebrará por primera vez en el año sino que también accederá al principal torneo continental de clubes del año venidero. Pero si no lo gana...

El panorama es bastante complicado, como se ve. Además, hay elecciones en un mes y habrá que esperar el resultado para ver qué sucede con el plantel y cuerpo técnico. La suerte de Almirón y sus ayudantes parece estar echada. La apuesta era a la Copa Libertadores y si bien el equipo avanzó a la final, lo avalaban los resultados y nada más.

En realidad, en el camino al encuentro decisivo, Boca no ganó ni un partido: solo impuso su clase en los penales. Y en el certamen local el rendimiento tampoco fue óptimo, no solo a nivel resultados sino en lo que respecta al juego. Recién en estos últimos encuentros coperos Almirón mantuvo un esquema fijo, tardó en encontrar el rumbo. Y del lado del plantel, se esperan varias bajas.

Las derrotas hay que asimilarlas, no queda otra. Sobre todo cuando son justas, no como en las dos ediciones anteriores de la Libertadores en las que Boca mereció pasar y no lo puedo hacer en una ocasión por haber sido despojado por los árbitros y en la otra por mala puntería en los penales. En el Maracaná cayó bien, Fluminense fue un justo campeón.

Pero esa frustración llegó en un muy mal momento. Se apostó casi todo a la Copa y ahora no queda margen para el error. Será la Copa Argentina o el abismo.

BOCA JUNIORS

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