Colón vive una verdadera pesadilla. Lleva doce partidos sin conseguir una victoria, no logra salir del fondo de la tabla de posiciones y la gente le hizo saber su malestar con una lluvia de silbidos una vez terminado el pálido empate sin goles ante Atlético Tucumán.
El Decano tuvo de figura a su arquero, Tomás Marchiori, quien aportó un par de atajadas clave en el segundo tiempo y le contuvo un penal a José Neris los 43 del primer periodo.
Atlético llegaba con la expectativa de ganar fuera de casa después de 200 días. Anteúltimo, es cierto, pero con una imagen menos gris que el colista Colón. Y esa mínima pizca de mayor confianza que la del dueño de casa la demostró en gran parte del primer tiempo: fue el que más veces llegó al área de Ignacio Chicco.
En primera instancia buscó poblar el ataque con su tridente ofensivo compuesto por Ramiro Ruiz Rodríguez, Marcelo Estigarribia y Mateo Coronel, ante una línea de tres que desnudó algunos baches. Entonces se comenzó a acercar la visita y al cuarto de hora estuvo cerca con una chilena de Estigarribia que pasó cerca.
El Sabalero era el que jugaba con mayor presión. Con un estadio que se fundía en reproches, el equipo demostró reacción solo de a ratos. Y luego de algunos avisos prometedores, gozó de una inmejorable oportunidad a los 43 minutos, en un penal cobrado a José Neris por empujón de Bruno Bianchi. Sin embargo, el propio uruguayo, con un débil remate a la derecha, se la sirvió a Tomás Marchiori y dejó pasar la chance.
En el segundo tiempo se agigantó la figura de Marchiori. El guardameta sabalero fue otra vez una pesadilla para Neris y a los 10 minutos le tapó un remate a quemarropa que era gol en cualquier arco menos en el del Cementerio de los Elefantes.
Colón mereció ganar, sobre todo con lo hecho en el complemento. Pero se topó con un arquero contrario invencible y una maldición que todavía no puede cortar: lleva 7 sin ganar de local. El coro de silbidos no faltó y Pipo, a poco de llegar, está en la cuerda floja.
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