Saltar menú de navegación Teclas de acceso rápido
Deportes DIEGO MARADONA

Convivió 16 años con Diego Maradona: el custodio que conoció los mitos, los miedos y las alegrías del ídolo

En el día en que el la estrella del fútbol hubiera cumplido 63, Walter Montero recuerda al tipo común que llegó a la cima del mundo, pero tenía miedo de quedarse solo. “Maradona era mucho más difícil que Diego y con el paso del tiempo, peor”, sentencia.

Los millones de fieles que Diego Armando Maradona tiene alrededor del mundo podrían pensar que saben todas sus anécdotas, que vieron cada foto que le sacaron y que conocen sus pasos. Sin embargo, siempre aparece algo o alguien que derriba esa creencia: algunas veces surge espontáneamente una imagen en las redes sociales y en otras ocasiones hay que revolver el pasado para encontrar un nuevo capítulo desconocido de una de las vidas más apasionantes de la humanidad.

Walter Montero fue custodio de Maradona durante 16 años y se convirtió en su amigo personal. En la fecha que cumpliría 63 años, el recuerdo de Diego transcurre entre los mitos, los miedos y las alegrías.

Fernando Signorini, histórico preparador físico del 10, una vez aseguró que con Diego compartiría toda la vida, pero con Maradona ni un minuto. Montero coincide: “Maradona era mucho más difícil que Diego y a medida que pasaban los años, peor”.

Cuando trabajaban, tenían una relación profesional, pero después Walter y Diego eran amigos: “Compartíamos muchísimo tiempo. Tuvimos muchas charlas largas, el tema más recurrente era hablar de la familia, sobre todo cuando estás afuera, porque se extraña. Siempre me decía que había que proteger a los suyos”.

¿Cómo hace un mortal para seguirle el ritmo a Maradona? Viajes por todo el mundo, días largos y noches interminables. Montero resumió aquellos años con un ejemplo ilustrativo: “Es terrible la velocidad con la que vivís, estás siempre a fondo en un auto Fórmula 1″.

No es nada sencillo estar al lado de uno de los hombres más conocidos del planeta: “Quieras o no, postergás tu vida: pensás que es un trabajo más, pero no lo es por la magnitud del personaje, en el día a día no te das cuenta”.

Antes de profundizar en cualquier tema, Walter prefirió hacer una aclaración contundente: “Primero, para la gente que le gusta hablar boludeces: desde que dejó la droga, Diego no consumió nunca más. Cada vez que venía al país, se hacía los estudios de sangre y tengo guardados todos los papeles que lo demuestran”.

Muchos videos exponen al ídolo fuera de sí, como en otro plano: “El tema es que vivía empastillado, obviamente con la receta de un médico: tomaba pastillas para la ansiedad, unas para dormir y otras para despertarse. Entonces se levantaba lento, como cualquiera o un poco más”.

En todos los años compartidos, conoció a muchos Maradona: el jugador del showbol, el conductor de La Noche del 10, el entrenador de la Selección argentina y el hombre dolido por tantos desamores, entre otros. También anduvieron juntos en el barro, con todo lo que eso implica.

“Desde que me convertí en su amigo, siempre lo quise ver bien por él. Pero si vamos a lo económico, por ejemplo, también lo necesitaba entero: si estaba sano y vivo, facturaba y laburábamos todos”, aseguró con total sinceridad.

Siempre se habló del entorno de Maradona como algo con entidad propia, él fue parte de ese círculo íntimo durante una década y media. “En 14 años no entró nadie, pero en el último año sí. Ahí tuve una charla con él, le dije lo que no me gustaba y que debíamos cambiar; me respondió que no quería empezar de cero de vuelta, ya no tenía la voluntad. Ahí me alejé, aunque seguí hablando por teléfono con mi amigo y asesorándolo en cuestiones logísticas”.

Walter, como tantas personas, está convencido de que no lo cuidaron lo suficiente: “En el último tiempo, él estaba aislado, era un extraño en su propia casa porque veía caras que no conocía. Lo rodeó mucha gente que quería sacar ventajas”.

También contó cómo era el trato con una persona tan especial: “Le gustaba tomar alcohol y teníamos estrategias... Si éramos cinco, por ejemplo, nos servíamos una copa de champagne cada uno y vaciábamos una botella. Siempre nos servíamos todos, aunque no tomáramos. Cuando Diego se levantaba para ir al baño, tirábamos todas las copas y servíamos de nuevo. Así parecía que nos habíamos bajado diez, pero en realidad habían sido dos o tres. Era una forma de cuidarlo, porque también era difícil decirle que no, pero no era imposible: cuando estaba en una situación límite, sabía escuchar”.

Diego, un tipo común que amaba a cualquier Selección argentina

A Maradona lo conoció todo el mundo, pero a Diego un puñado de personas. Walter fue un afortunado: “Era un tipo común. Hoy estaría en el sillón tomando mates y viendo todo el día los Juegos Panamericanos, probablemente le pegaría un llamado a algún deportista que lo emocionó. Amaba a cualquier Selección argentina. Le gustaba comer asado y jugar un picadito”.

La charla telefónica con Walter Montero fue distinta cuando habló de Pelusa, ese que “andaba en ojotas, pantalón corto y en cuero”. Su fiel ladero no pudo o no quiso o no supo contenerse: “Sus amigos seguimos esperando su llamado, lo extrañamos y lo lloramos todos los días. Hoy es el cumpleaños y no le vamos a poder dar un beso”.

Sin embargo, Maradona está cerca: “Para la gente, estuvo en el Mundial de Qatar. Lo vivimos así: yo tengo un muñequito de Diego y lo acaricio, le agradezco. Para mí está presente todos los días. Yo pude despedirme, pero siempre tengo el deseo de que un día va a sonar el teléfono y va a ser el pequeño diciéndome hola”.

Diego siempre fue un tipo común, aunque salió campeón del mundo y dirigió a la Selección argentina. Sin embargo, nunca perdió su esencia: “El Mundial 2010 lo vivió como un nene, estaba feliz, aunque después fue terrible: quedar afuera significó una tristeza parecida a cuando perdés a alguien cercano. Fue muy cuesta arriba, un dolor inexplicable, todo llanto. Por suerte la gente fue a recibir al plantel a Ezeiza y fue un mimo al alma para todos”.

De tantos Maradona que convivieron en una sola persona, hay uno para cada quien. El justiciero que no cedió ante las presiones, el fanfarrón que creció en el barro, el pobre que llegó a la cima, el hijo que lloró a sus padres, el padre que desperdició a sus hijos, el crack que hizo trampa, el negrito que regaló arte, el amigo de Fidel que vivió en Dubai, el millonario que revivió en Cuba, el genio de frases inolvidables y el bocón que nunca buchoneó... Básicamente, el Diego.

MARADONA AMIGO

Comentarios

Últimas noticias

Te puede interesar

Teclas de acceso