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Deportes A TRES AÑOS DE SU MUERTE

Diego Armando Maradona tiene quien lo recuerde: cómo son sus altares en todo el país

El proyecto es impulsado por Verónica Sánchez Viamonte, arquitecta e hija de desaparecidos. La historia de la iniciativa y en qué lugares pueden encontrarse estos tributos.

"En aquellos días de México '86, Dios estuvo conmigo", expresó alguna vez Diego Armando Maradona. Y Verónica Sánchez Viamonte, hija de desaparecidos y adolescente de 12 años en ese momento, considera que el Diez eterno, también permaneció junto a ella.

"Hice una transferencia y lo veía como si él fuese mi papá Gonzalo, que jugaba en La Plata Rugby Club y dicen que era un crack. Ahí empecé una conexión personal con Diego", cuenta en diálogo con Diario Popular.

De la consagración argentina en tierra azteca, esta arquitecta y docente desempolva otra escena maradoniana, una imagen familiar. "Mi abuelo materno había hecho un altar con una foto del diario y le daba de comer. Por ejemplo, si mi abuela cocinaba empanadas, él le ponía un pedacito. Todo para que Diego estuviera bien alimentado y ganara la Copa del Mundo”, comenta desde La Plata.

Cómo surgieron los altares populares dedicados a Maradona

En ese recuerdo, puede decirse, estuvo el origen de la iniciativa que encabeza en la actualidad: Santa Maradona, el homenaje con el que busca recordarlo, a través de altares públicos, en cada barrio del país. “Una forma, también, de militar su persona y lo que nos dejó”, según define Verónica en esta entrevista.

La idea, recuerda la artista plástica, asomó el día de la muerte del exfutbolista, de la que este sábado se cumplen tres años. "Ahí me angustié mucho y el papá de mis hijos me dijo por qué no hacía un altar como los del Gauchito Gil y lo ponía enfrente de mi casa. Se dio esa cosa de transformar el dolor en algo artístico. Entonces, me puse a diseñar uno con los recursos que tenía disponibles y, de repente, dije: 'No voy a hacer uno, sino diez'. Le pedí ayuda a unos amigos y, al final, hicimos esa cantidad de altares dedicados a Maradona", explica.

Desde aquel momento, Verónica lleva instalados más de 200 altares dedicados a Maradona en todo el país. "Hay en La Matanza, Villa 31, los alrededores del estadio de Argentinos Juniors, Nueva Chicago, Atlanta, Merlo, Morón, La Plata y Berisso. También en Jujuy, Ushuaia, Córdoba y Misiones", comenta en una charla telefónica.

Y luego agrega: "La mayoría de las personas se pone a llorar, porque la figura de Maradona es muy fuerte. A través de este proyecto conocí un montón de gente increíble. Es una apertura en la que todos nos sentimos un poco hermanados por Diego, compartimos un montón de cosas desde la base".

Ahora bien, ¿qué características tienen los altares? "Son una caja de madera de terciado fenólico y tienen una imagen de Diego, junto con la bandera de Argentina y una inscripción que dice ‘patrono del fútbol’, o ‘patrono de la alegría’".

"En total, hice 19 patronos. Cuando terminé el primero, en vez de ponerlo enfrente de mi casa, lo llevé al Hogar del Padre Cajade en La Plata. Me pareció ideal que estuviese en un lugar donde la pelean todos los días para que los chicos puedan salir de la calle y tengan una vida mejor. Era como devolver a Diego a sus lugares de lucha", asegura Verónica.

Salvo por un robo en Parque Chacabuco, el resto de los altares se encuentra intacto, algo que no sorprende a la impulsora del homenaje al Diez: "Era lo que esperaba. Mirá que son varios y siempre me dijeron 'Los van a romper, los van a vandalizar', y por suerte no pasó. También puse uno enfrente de mi casa, lo veo por la ventana y es sorprendente mirar cómo la gente pasa y lo toca".

"Había un pibe que venía siempre y se tomaba unos mates con Diego. Una vez pasó un cartonero, se sacó la zapatilla y se la dejó a Maradona. Y siguió caminando con un pie sin zapatilla", rememora.

Los altares populares, destaca Verónica, no sólo son una manera de recordar a Maradona, sino también de "militar su persona".

"Creo que fue un ejemplo de lo que hay que hacer, y también de lo que no hay que hacer -opina-. Un ejemplo de que todos nos podemos equivocar. Más allá de eso, fue un tipo que estuvo en la cima y nunca se la creyó. Siempre dio la cara para pelearse con los dirigentes de la FIFA, pero no sólo por él, sino también por otros. Y ese fue un acto de generosidad enorme, porque nunca pensó primero en él".

A tres años de la muerte de Diego, Verónica imagina en el futuro ir por una ruta y, como en el caso del Gauchito Gil, encontrarse con un altar del excapitán de la Selección Argentina a un costado del camino.

"Lo pienso muchas veces, aunque eso lo vamos a ver dentro de unos 50 años, porque Diego es muy reciente para todo eso. Igual, hay mucha gente que lo quiere con devoción. Y tengamos en cuenta que los santos populares nacen así. Tenemos que empezar a creer un poco más en estos santos o ídolos populares, como la Difunta Correa, el Gauchito Gil, Gilda, Diego, en el sentido de que son más parecidos e nosotros. Todo lo tenemos al alcance nuestro, hay gente que lo hizo posible", dice a modo de reflexión final.

MARADONA ALTARES

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