A pura valentía, Platense consiguió un agónico empate por 1-1 ante Gimnasia de La Plata, en el estadio Juan Carmelo Zerrillo, por la vigesimoséptima y última fecha de la Liga Profesional. A los 93 minutos, cuando jugaba con uno menos por la expulsión de Raúl Lozano, Marco Pellegrino estampó la igualdad. Eric Ramírez, en el primer tiempo, había abierto la cuenta para el Lobo.
El Calamar puede sentirse satisfecho con el camino que recorrió en la Liga Profesional. Está claro que desde los puntos la cosecha no fue tan buena como se podría esperar de antemano, pero con un plantel escueto, un entrenador nuevo y un equipo que fue de menor a mayor pudo mantenerse aislado de los puestos de descenso.
Esa garra con la que jugó a lo largo del torneo quedó reflejada justamente en esta, su última presentación. Terminó el partido con uno menos, pero nunca bajó los brazos y consiguió un puntazo en el Bosque para quedar a nueve unidades del casillero rojo en la general y dos puestos por encima de Arsenal en los promedios.
Por su parte, el Lobo cerró el torneo a cinco puntos de Huracán y Colón, los dos equipos que jugarían un desempate por el segundo descenso por tabla general. Se las arregló como pudo con los pibes y hasta dos de ellos (Benjamín Domínguez y Guillermo Enrique) fueron buscados por grandes del fútbol argentino. Es más, Ignacio Miramón jugó el mundial Sub-20.
Ante el Calamar fue protagonista en el primer tiempo y encontró el gol a los 21 minutos, cuando Eric Ramírez cabeceó, Macagno atajó y en el rebote no falló el del Lobo para el 1-0 que hizo justicia. En el segundo periodo gozó de chances para estirar la ventaja: Bautista Barros Schelotto sacó un gran derechazo y el arquero de Platense se lució con una buena atajada, y luego Ramírez desperdició otra ocasión.
A ocho minutos para el final, Platense se quedó con diez por la expulsión de Raúl Lozano, que metió un planchazo advertido por el VAR. Pero el marrón siguió insistiendo y en el tercer minuto de adición Marco Pellegrino la empujó en el área chica tras una serie de rebotes para estampar el empate agónico definitivo.
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