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Espectáculos ABEL PINTOS ES FAN Y TAMBIÉN COMPARTIERON SHOW CON ENANITOS VERDES Y DECADENTES

El fenómeno Sabroso, el grupo de cuarteto que tiene 22 años, 50 discos y ama a Pink Floyd

La popular banda hace poco festejó su aniversario en el inmenso Superdomo de La Rioja ante 15 mil personas.

Abel Pintos es fan y también compartieron shows con Enanitos Verdes y Los Auténticos Decadentes.

Así como algunos grupos de rock se involucran con el cuarteto a lo largo de estas décadas, también sucede a la inversa.

El caso más llamativo es de la agrupación cordobesa Sabroso, que este año festeja sus sólidos 22 de vida, llena estadios por el interior del país y cuenta con fanáticos que se organizan para seguirlos por ciudades o provincias, con un modus operandi similar a las huestes rockeras: a dedo, viajes en traffics, micros y autos, con banderas que elevan en los conciertos.

Más allá de que lo suyo sea el cuarteto como base musical, en su sonoridad se filtran estilos como el funk y el ska, además de influencias de la música progresiva, pues se consideran fanáticos de Pink Floyd, algo inusual dentro del ambiente cuartetero.

Con alrededor de 50 trabajos discográficos en los que se entrelazan versiones de la música popular con canciones propias, Sabroso a esta altura es una “banda de culto” con enorme poder de convocatoria en muchas provincias del interior del país.

Pronto se viene nuevo disco y están adelantando singles, tal como está en usanza hoy en día dentro del mercado discográfico.

Una charla en camarines

Es un fin de semana caluroso en La Rioja, con una temperatura que ronda los 38 grados de día y no baja de los 30 por la noche.

El estadio Superdomo es un gigante circular con techo redondo, similar al Movistar de Santiago de Chile. Con lucecitas de colores en su techo, llama poderosamente la atención en un enorme predio abierto, en cuyas calles abundan puestos callejeros de hamburguesas, choripanes: otro ítem similar a los encuentros de rock.

Adentro, los fanáticos están enardecidos, flameando sus "trapos". Todos corean sin cesar el nombre del grupo que los convoca: Sabroso.

Mientras tanto, en los camarines se produce el encuentro de la banda con Clarín.

El responsable del moderno estadio que alberga a 15 mil almas, Yamil Menem (sobrino del ex mandatario argentino) otorga, de manera gentil, un despacho con aislante acústico que impide que se filtren los cánticos de los simpatizantes del grupo de la Docta.

El conjunto cordobés está conformada por una veintena de músicos, pero sus caras principales son el tecladista Marcelo Settembrini, el animador Carlos “Tuta” García, además de los cantantes Waldemar “Wally” Mercado y Ever González.

Los dos primeros son los fundadores de Sabroso, quienes toman voz de mando en la primera de las dos partes de la charla.

“Nosotros dos salimos del grupo La Barra. Nos fuimos y armos este proyecto. Pudimos haber compuesto solo canciones, pero como somos muy pasionales quisimos abrirnos un camino propio, siempre nos gustó pasarla bien y compartir con la gente la diversión, que se diviertan, por sobre todo”, recalca Tuta, apenas toma la palabra.

A su lado, el tecladista y director musical del conjunto, también apela a la memoria.

“Nosotros dos convivimos juntos por aquel entonces, teníamos veinticinco años. Nos peleábamos por ver quién usaba el mejor perfume y fumábamos cigarrillos L&M. ¡Imaginate cómo nos divertíamos! Cuestiones juveniles que se combinaban con hacer maquetas para un grupo nuevo de música”.

Con una amplia sonrisa y la complicidad de su compañero, prosigue:

“Vivíamos en Nueva Córdoba. Sucedió que antes nosotros dos sentíamos que La Barra era nuestra, pero en realidad éramos empleados. Nos cansamos y nos fuimos. Deseábamos armar lo nuestro, un grupo en serio, con dos cantantes, hacer música popular, con un cuarteto más elaborado, con arreglos de Funky, jazz y rock”.

"Somos una mezcla rara"

De mirada penetrante y con su cabello peinado hacia atrás al estilo Danny DeVito en el film Buenos Muchachos, Tuta considera, tal como su coequiper, que el grupo no focaliza en el purismo sonoro.

“Estamos dentro del género cuarteto, pero no somos por completo del estilo. Lo nuestro es bailable, pero somos una mezclar rara, tenemos cosas de Luis Miguel, cumbia, algo de los Auténticos Decadentes, somo un menjunje raro”, explica con seriedad.

Sin embargo, la cuestión del carácter parecido al de una banda de rock no es un tema menor que enseguida el animador se encarga de recalcar y, de paso, adhiere su posición con la del tecladista.

“A mí me gusta el rock, soy fanático de Pink Floyd. De hecho, fui a ver a David Gilmour y a Roger Waters las veces que fueron a cantar a Buenos Aires. ¡Ni loco me los perdía!”, exclama con sus ojos bien abiertos.

Toda esa influencia de la que los dos fundadores del grupo hacen mención es el resultado de su propuesta distinta dentro de la escena cordobesa, que contagia tanto a un público cuarentón como a nuevas generaciones que rondan los veinte años. O sea, el fanatismo por su propuesta se traduce de la misma manera en adultos como en jóvenes.

“Lo de nuestra relación con el rock data de años en los que festejábamos nuestros aniversarios en eventos a los que invitábamos a participar a grupos como Rata Blanca, los Decadentes, Ratones Paranoicos, Damas Gratis y otros tantos más”, profesa Tuta, toma aire y continúa:

“Los Decadentes, por ejemplo, aparecieron con sus pedidos de catering, con sus pretensiones, su forma de manejarse y de inmediato adoptamos todo eso que vimos a nuestro grupo, porque en Córdoba el cuartetero era visto como ‘cabecita negra’. Nosotros rompimos esa estigmatización”.

-En uno de sus primeros conciertos, Damas Gratis tocó de soporte de ustedes, ¿qué recuerdan de esa velada?

Tuta: -Llegamos al lugar donde tocábamos y había un montón de gente. Tocó Damas Gratis primero y cuando fue nuestro turno quedaron solo cincuenta personas. ¡Se fue el noventa por ciento de la gente!

Después de esa experiencia nos dimos cuenta que había que cambiar de método: tocar nosotros y después nuestro invitado. Entonces cuando trajimos a Rata Blanca, los hicimos tocar a mitad de nuestro show.

Shows con famosos

Entre su largo historial, Sabroso atesora un sinfín de recuerdos que lo tiene como gran protagonista y que también generó un aporte no conocido en el mundo de la música argentina.

“Yo me di el gusto de algo importantísimo. Traje a tocar con nosotros a Enanitos Verdes cuando no estaban tocando. Estaban sin tocar juntos hacía muchísimo tiempo. Marciano Cantero estaba en México y los otros dos integrantes en Argentina. Insistí tanto para que se juntaran que al final tocaron en un show nuestro”, relata con cierto orgullo Tuta, además de recordar con respeto y admiración al cantante mendocino, quien falleció el año pasado.

Respecto de la relación que se produjo con otros consagrados de la música local, con celeridad aparece el nombre de Abel.

“A diferencia de contratar a otras bandas para que tocaran con nosotros, Abel Pintos vino por propia cuenta porque es fanático de Sabroso. Cantó con nosotros en el Estadio Mario Alberto Kempes. De hecho, cantó seis temas suyos y cinco nuestros. No me olvido nunca del tweet que publicó: ‘Más allá de los estilos musicales, no se vayan de esta vida sin ver a Sabrosos en vivo’”, anexa el animador del grupo.

Algarabía en vivo

De pronto, es momento de la primera parte de su set sobre el escenario. Los lanzallamas generan furor y los papelitos plateados invaden todo el estadio.

Las canciones se suceden, el público y su algarabía es una constante. Llueven trapos de ciudades del país sobre el escenario. La banda suena como un reloj de pared, a la perfección.

Luego se produce un impasse. Los líderes del conjunto se trasladan a un camarín especial, en donde se los esperan con bebidas y un catering especial.

Ya son las tres de la madrugada y es el turno de la segunda parte de la entrevista. Ahora se suman los dos cantantes: el histórico Wally y la última incorporación, Ever, quien cuenta con un rostro parecido al de Luis Miguel.

-Ever, vos sos el más joven de los que lideran a la banda sobre el escenario, ¿tu aporte atrajo a un público más joven?

-Aquí sucedió lo siguiente: era fanático del grupo y los seguía a todos lados, hasta que me convocaron a cantar. ¡Yo bailaba en sus recitales! Imaginate lo que significó para mí su convocatoria. Aprendo mucho de ellos.

A su lado está sentado Wally que, cual estrella de rock, pero para el caso de cuarteto, nunca se saca sus lentes oscuros, del mismo modo que no deja de beber gin tonic con hielos dentro de un copón, tal como lo hace sobre el escenario.

“Antes bebía champagne, ahora se me da por el gin tonic. A mí el alcohol no me hace nada al subir al escenario. El único requisito es haber dormido cuatro horas antes de un show”, aclara el cantante, quien antes se dedicaba a cantar folklore y rondaba por peñas riojanas.

Un disco con versiones del rock

Asimismo, además de manifestar típicos vicios de rock star, el vocalista tampoco pasa por alto lo que los rockeros aportaron a su profesión dentro de Sabroso.

“Cuando hicimos el disco Sabrosos & Roll nos ocupamos de versionar a grandes canciones del rock argentino: temas de Soda Stereo, los Redondos, Los Fabulosos Cadillacs y otros tantos. Eso pegó fuerte”, dice.

Y añade: “Ale Sergi de Miranda! se copó en grabar con nosotros. Un divino el flaco. Incluso cuando presentamos el disco tributo al rock, buscamos presentarlo en un lugar bien rockero en Córdoba Capital. ¡Estuvo impresionante! ¿Otro que se enganchó con nosotros? Ciro Pertusi vino a vernos e incluso cantó con nosotros. Sucede que grabamos Hacelo por mí, se enteró y se sumó. Después lo posteó en sus redes. Un genio”.

Acerca de su relación con el público, Wally destaca circunstancias bisagra: “Me nutro de la energía del público. En su momento venía gente de diecisiete años que con el paso de las décadas siguen viniendo. Una vez se acercó una pareja y me dijo: ‘Íbamos a verlos a los bailes. Nos conocimos en un show de ustedes, después nos casamos y ahora tenemos dos hijos’”.

El apoyo de La Mona

Y sobre lo que significó el apoyo de la Mona Jiménez hacia el grupo, renglón aparte para sus integrantes.

“Nosotros grabamos con la Mona en el disco Muchacho de barrio. Fue un honor para nosotros. Aparte cantamos juntos en el Estadio de Racing de Córdoba. ¡Cómo no admirarlo!”, recalca Wally.

A lo que Tuta aprovecha para meter bocado: “Hace poco nos cruzamos en Villa María, en el Festival del Cuarteto. Para nosotros La Mona es grandioso, lo consideramos el Napoléon de la música”, sostiene y sus compañeros asientan con la cabeza.

-Qué paradoja, porque la Mona, tal como ustedes, es un cuartetero-rockero y conquistó Buenos Aires. ¿Cuál es el plus que necesita Sabroso para que los porteños se rindan a sus pies?

Tuta: -Nosotros cantamos en el Teatro Gran Rex y en el Luna Park, pero siempre con baches. Queremos focalizarnos en ese tema; estamos dispuestos a hacerlo. Sin embargo, nunca dejamos de ir. Principalmente tocamos en clubes barriales del conurbano bonaerense, en ciudades como Pergamino, Chascomús y otras tantas.

Incluso esta noche, cuando llegamos, nos cruzamos con público que vino desde Buenos Aires a festejar con nosotros. Pero yo no sé si a esta altura del tiempo Dios solo atiende en Buenos Aires, ¿o sí? Respetamos muchísimo a nuestro público, sea de la provincia que sea. Lo que importa es llevar alegría a la gente.

SABROSO ANIVERSARIO

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