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Espectáculos LUIS MIGUEL

Luis Miguel en Córdoba: cuándo y cómo fue el último show en nuestra ciudad

El astro mejicano volverá a la ciudad en marzo de 2024. ¿Hace cuánto que no nos visita?

Fénix Entertainment Group anunció que Luis Miguel actuará en Córdoba el próximo 14 de marzo de 2024.

Aunque el posteo de la productora argentina no revela el espacio en el que se presentará el cantante mexicano, Quality Producciones confirmó que éste será el estadio Juan Domingo Perón del Instituto Atlético Central Córdoba.

Así, se terminó por confirmar una primicia de VOS y Mundo D del 24 de abril de este año, que tenía textuales tanto de referentes de Quality Producciones como de la dirigencia del club de Alta Córdoba.

Aún no hay información con respecto a la venta de entradas.

Así, el “Sol de México” añade fechas al tramo argentino de su Luis Miguel Tour, que por estos días desarrolla una serie en el porteño Movistar Arena (quedan por ofrecer los shows del 8, 9, 12, 15, 17 y 18 de agosto.

Luis Miguel Tour 2023 está producido por Cardenas Marketing Network, Inc. CMN, y Fénix Entertainment. Y el nuevo tramo que incluye Córdoba comenzará el 20 de enero en Santo Domingo (República Dominicana) y terminará el 16 de junio en Greensboro (Carolina del Norte, Estados Unidos).

CÓRDOBA Y VARIOS AÑOS SIN VISITAS DE LUISMI

Ahora bien, ¿cuánto duró la sequía de shows de Luismi en Córdoba? ¿Una veda de cuántos años sin él interrumpe esta confirmación? Veamos.

El último show de Luis Miguel en Córdoba tuvo lugar en el Orfeo Superdomo, el martes 26 de febrero de 2019.

El espectáculo fue explosivo, y tuvo una audiencia aproximada a las 14 mil personas.

Contribuyeron para ello un repertorio imbatible, que mezcló clásicos pop de todas las épocas con baladas y boleros, y una audiencia cautivada desde el mismo día en el que se confirmó el show.

Así, resultó lógico el ensordecedor grito tras el apagón inicial, que se produjo a las 21. 53 de aquel anochecer, casi una hora después del horario previsto.

La multitud liberó tensiones luego de esa preocupante demora, y la energía resultante de la acción convirtió en una caldera al domo de Rodríguez del Busto, que hoy luce como un gigante dormido.

Esa sensación sólo se aplicó a la plaza Córdoba, ya que ese show fue el único indoor que el Sol de México ofreció por entonces en Argentina (los otros dos de aquella gira por el país se realizaron en el Campo de Polo, de Ciudad Autónoma de Buenos Aires).

“Presentaciones a cielo abierto, claro, en las que las señales de amor se las lleva el viento en dirección al río. Aquí, en cambio, no tuvieron por donde escaparse”, señaló la crónica de VOS.

El show comenzó con la proyección de un video en el que un elegantísimo Luis Miguel apuraba el paso en las escaleras marmoladas de una mansión, que, inevitablemente, tuvo por destino final el escenario.

Ese recorrido estuvo acompañado por una música apenas tensa, con un clímax cuando el telón dejó ver su silueta estilizada, de perfil, aproximada a la pose de la tapa de Segundo Romance (1994).

El Luis Miguel (real) que apareció segundos después nada tuvo que envidiarle a aquel Luis Miguel (virtual). En ese momento, el divo se mostró sonriente, exultante, y se tomó un minuto largo para contemplar al público, para testearlo.

Luego, muy suelto de cuerpo, y con un estado vocal formidable, interpretó el funky Si te vas.

“No hay mejor pieza que ésta para shockear con una banda de acompañamiento exquisita, que a lo largo de la noche alardeó con buen gusto y ductilidad. Y que siempre mostró un carácter orgánico, consecuente con un jefe, Luis Miguel, que nunca se dejó tentar por los vaivenes de la música pop y eligió cultivar un clasicismo a partir de r&b lustroso y sin tiempo, y rescatar al bolero”, añadió el texto, firmado por Germán Arrascaeta.

En consecuencia, todo se tocó en vivo y no se reprodujo música pregrabada. No hubo ninguna referencia a “lo urbano”, en definitiva.

Por debajo de la mesa, No sé tú, Historia de un amor, La barca y Contigo a la distancia formaron el set de aquellos boleros que él añejó con estilo y soltura, siempre y cuando no hubiera problemas con el sistema de monitoreo y lo domine el fastidio. Eso sucedió en algunos tramos, pero no en una medida que lo haya obligado a abstraerse del show.

Por el contrario, en aquella oportunidad se vio a un Luis Miguel feliz de ser cantante popular, satisfecho con su destino, comprometido a devolver cada peso del costoso precio de la entrada. “¿Se la saben?”, fue lo primero que le dijo al público, antes de interpretar Culpable o no.

Esa visita del ídolo, en rigor, comenzó en la noche previa con su arribo a la ciudad, cuando lejos de mostrarse hermético, distante e intocable saludó afectuosamente a las fanáticas reunidas en el acceso del Sheraton.

Y continuó con la orden de la organización de respetarles los primeros lugares a las chicas que acamparon desde comienzos de enero.

En la antesala de este espectáculo, ningún sector involucrado tuvo pudor en admitir que Luis Miguel está sacando provecho del impacto de la bioserie que autorizó para Netflix.

Así como contar sus verdades en torno a una vida hecha de abusos y dolor le permitió liberarse y renacer, también logró reposicionar una parte de su cancionero rara vez interpretada durante las últimas giras.

Sobre todo, aquella relacionada a las canciones de su fase “niño estrella” como 1+1= 2 enamorados, Los muchachos de hoy, Directo al corazón y Decídete.

Todas sonaron en el Orfeo acompañadas por el estruendo voraz y emocionado, que sumaba a incondicionales de siempre con, supuestamente, algunas nuevas más advenedizas. “No hay que engañarse, este show fue un éxito porque muchas tenían la fantasía de encontrarse con Diego Boneta en el escenario”, le soltó a VOS una fuente cercana a la producción.

Pero en aquella crónica no estuvimos para ser sommeliers de emociones ajenas sino para describir que clásicos como Suave y Cuando calienta el sol, que llegaron al comienzo y al cierre, respectivamente, suenan más estimulantes al calor de esta masa y de este revival circunstancial, que mostró a La incondicional potenciada en las pantallas por su clip original. Allí se ve a un Luismi jovencito como piloto, paracaidista y boxeador.

“Vale la imagen para trazar un deseo de cara al futuro: que este renacimiento obligue al divo a volar, saltar al vacío y a pelearle a sus fantasmas con mayor determinación”, dijo la crónica de VOS.

“A juzgar por cómo se regocijó con su propia voz, y por cómo estiró su despedida (en la eterna coda de Cuando calienta el sol soltó “Córdoba, eres un público bello, bello, bello, bello, bello”), algo de sanación parece haber conseguido”, cerró.

LUIS MIGUEL CÓRDOBA

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