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Interior

Divulgan investigación realizada en el CRILaR

El objetivo de este estudio fue aislar, identificar y caracterizar cepas nativas que controlan patógenos del olivo.

Victoria Miranda, del laboratorio de Micología del CRILaR, ubicado en la localidad de Anillaco, departamento Castro Barros, junto a Sebastián Fracchia del INMIBO y colegas del INTA, compartieron una publicación realizada en el marco de la maestría de Franca Carrasco (INTA). El trabajo fue dirigido por el investigador Sebastián Fracchia y es el resultado de una colaboración conjunta entre ambas instituciones (CRILaR e INTA).

“Detección de cepas nativas de Trichoderma como potenciales biocontroladores del patógeno del olivo Verticillium dahliae”, es el título de la ponencia.

Allí se explica que Verticillium dahliae es un patógeno del suelo que causa importantes pérdidas en los cultivos de olivo del noroeste argentino. El control biológico a través de microorganismos antagónicos como cepas de Trichoderma, tiene un gran potencial en el manejo de la marchitez del olivo por el patógeno Verticillium.

El objetivo de este estudio fue aislar, identificar y caracterizar cepas nativas de Trichoderma, efectivas para el biocontrol de V. dahliae. Se aislaron 39 cepas de Trichoderma de suelos de olivares y espacios naturales y se caracterizaron morfológica y molecularmente. Se evaluaron características fisiológicas de las cepas, respecto al crecimiento y bioprotección de las plantas, como la producción de ácido indol acético, el endofitismo y el potencial antagónico contra el patógeno.

Se identificaron trece especies de Trichoderma, pertenecientes a los clados Trichoderma, Longibrachiatum, Virens y Harzianum. La caracterización fisiológica reveló que catorce cepas produjeron índoles, mientras que diez mostraron capacidad endofítica. Los parámetros antagónicos cuantificados fueron muy variables: se detectaron ocho cepas con valores elevados de inhibición del crecimiento (PI > 65%), mientras que seis cepas alcanzaron valores de micoparasitismo (PM) superiores al 90% para ambos patógenos.

De total de aislamientos, tres fueron endófitos, exhibieron producción de indoles y actividad antagónica contra V. dahliae, convirtiéndose en candidatos potenciales para la bioprotección de los olivares.

Además, el cultivo de olivo en las regiones áridas del noroeste argentino está sometido a fuertes condiciones de estrés debido principalmente al tipo de suelos con bajo contenido de materia orgánica y retención de agua. Así, las cepas seleccionadas de Trichoderma con más de un atributo beneficioso son una herramienta fundamental para el cultivo sostenible, no solo como antagonistas de patógenos emergentes sino también como mitigadores de las condiciones de estrés abiótico que prevalecen en estos ambientes.

ANILLACO CIENCIA QUE AVANZA

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