Al menos una persona murió debido a las lluvias torrenciales en Grecia, recientemente afectada por devastadores incendios, como el que arrasó el parque nacional de Dadiá, en Evros (noreste).
Según indicó el meteorólogo Panayotis Giannopoulos a la cadena pública ERT, "la cantidad de agua caída en 24 horas" equivale al "conjunto del agua habitual durante todo el otoño", consignó la agencia AFP.
Se trata del "fenómeno más extremo en términos de cantidad de agua caída en 24 horas desde que Grecia tiene archivos sobre el tema", explicó en rueda de prensa el ministro de Protección Civil, Vasilis Kikilias, citando a meteorólogos.
De momento, las lluvias se cobraron una vida en el departamento de Magnesia (centro), donde un hombre fue hallado muerto, informó el portavoz de los bomberos, Yannis Artopios, a ERT.
Todo apunta a que la víctima habría sido arrastrada por un torrente, indicó el vocero, según quien, en la misma región hay además un pastor desaparecido.
También se está buscando a una mujer que navegaba en canoa en la región de Calcídica, más al norte, anunciaron los guardacostas griegos.
Tanto el departamento de Magnesia como las cercanas islas Espóradas están en alerta roja, según Protección Civil.
En Volos, capital de Magnesia, se registraron 200 milímetros de precipitaciones, y en el pueblo vecino de Zagora, a los pies del monte Pelión, 600, indicó el servicio meteorológico nacional (EMY).
La policía prohibió los desplazamientos en Volos, en algunas localidades de Pelión y en la isla de Skiathos.
El mal tiempo está causando además "numerosos retrasos en las conexiones" aéreas, dijo a AFP Savvas Karayannis, jefe de comunicación de la gestora de los aeropuertos regionales griegos, Fraport.
El lunes, EMY advirtió de graves tormentas en el norte y el sur del país hasta este jueves.
Por otro lado, el portavoz de los bomberos indicó que el gran incendio forestal en Dadiá, que se inició el 19 de agosto y arrasó más de 81.000 hectáreas cerca de la frontera con Turquía, "está bajo control y no hay ningún foco activo".
El fuego causó al menos la muerte de 20 personas, la mayoría inmigrantes, en el departamento fronterizo de Evros.
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