Grecia recuperó el lunes otros dos cadáveres, lo que eleva a 80 el número de víctimas mortales confirmadas, tras el naufragio la semana pasada en su costa suroccidental de un pesquero repleto de cientos de migrantes en una travesía que partió de Libia y debía terminar en Italia.
Sólo se sabe que han sobrevivido 104 personas.
Los abogados de nueve presuntos traficantes detenidos por Grecia, todos ellos egipcios, solicitaron y obtuvieron la aprobación de un aplazamiento de su comparecencia hasta el martes por la mañana, según la agencia semioficial de noticias Athens News Agency.
Uno de los abogados afirmó que su cliente negaba ser traficante y que era una víctima que había pagado para que le llevaran a Italia.
"Abandonó su país en busca de una vida mejor en Europa debido a las dificultades económicas", declaró el abogado, Athanasios Iliopoulos.
Grecia seguía rastreando el mar el lunes, aunque la posibilidad de encontrar más supervivientes se consideraba prácticamente nula. El barco se hundió en algunas de las aguas más profundas del Mediterráneo.
Se cree que las víctimas proceden de Siria, Pakistán y Egipto. Se teme la muerte de cientos de personas más.
Grecia ha sido objeto de un creciente escrutinio por su respuesta a la catástrofe, que se produjo a pesar de que el barco había sido vigilado por sus guardacostas durante varias horas.
Pakistán declaró el lunes un día de luto nacional tras contabilizar al menos 21 víctimas en el distrito de Koti, en la zona de Cachemira del Himalaya administrada por Pakistán. Según una investigación inicial, el barco transportaba a unas 800 personas.
Según otras estimaciones, había al menos 400 personas a bordo.
Catorce personas han sido detenidas en Pakistán como sospechosas de presunto tráfico de personas.
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