El expresidente de Brasil Jair Bolsonaro, que está internado en un hospital en Florida, dijo que tiene la intención de regresar a su país antes de fin de mes, cuando supuestamente se le vencería su visa.
"Vine (a Estados Unidos) para quedarme hasta fin de mes [enero], pero pretendo adelantar mi regreso. Porque en Brasil los médicos ya conocen mi problema de obstrucción intestinal a causa de la puñalada. Aquí, los médicos no me acompañaron", dijo Bolsonaro.
El exjefe de Estado se instaló en Orlando a fin de año, dos días antes de la asunción de Lula da Silva, sin entregarle los atributos de mando.
Fue ingresado el domingo por la noche en un hospital de la zona por fuertes dolores abdominales relacionados con las heridas que sufrió en un ataque a cuchillazos en 2018.
Cuando llegó a EEUU se mantuvo en silencio por varios días y apenas se lo pudo ver comiendo pollo frito en una casa de comidas rápidas y en un supermercado.
El domingo, cuando miles de sus seguidores asaltaron el Congreso, la sede del Gobierno y la Corte en Brasilia, estuvo callado por varias horas hasta que anunció que se había internado.
Luego buscó despegarse de los incidentes, condenados en todo el mundo, y dijo que eran manifestaciones que habían roto las reglas y rechazó las acusaciones de Lula.
Se especulaba con que el brasileño se había instalado en Orlando no solo para no transferir el poder a Lula sino también para evitar cualquier proceso legal que pudiera sufrir en Brasil.
Pero Bolsonaro, que es amigo de Donald Trump y nunca tuvo buenas relaciones con el gobierno de Joe Biden, es un visitante incómodo para la Casa Blanca.
Comentarios