Hezbollah es la fuerza paramilitar más poderosa de Medio Oriente y, desde el día después del inicio de la guerra en la Franja de Gaza, intercambia disparos con tropas israelíes en la frontera entre el Estado judío y el Líbano.
Ante el recrudecimiento de los ataques de Hezbollah, Israel anunció que se está preparando para "todos los escenarios" bélicos posibles, en caso de que no se encuentre "una solución diplomática". Esta declaraciones fueron hechas por Daniel Hagari, portavoz del Ejército de Israel, dado que "Hezbollah está tratando de llevar al Líbano y a la región hacia la guerra que inició Hamás", afirmó.
Si la organización musulmana continúa sus ataques "asumirán las consecuencias y la responsabilidad de lo que resulte. Las Fuerzas de Defensa de Israel han respondido y seguirán respondiendo", dijo con firmeza Hagari.
Los últimos enfrentamientos
Hezbollah lanzó un misil antitanque desde Líbano que impactó una Iglesia griega ortodoxa en el norte de israel, "hiriendo a dos cristianos israelíes", informó Hagari, quien añadió que, "cuando las tropas israelíes llegaron a evacuar a los heridos, Hezbollah disparó otro misil contra la Iglesia, hiriendo a nueve de nuestros soldados".
Además, el grupo paramilitar "lanzó un ataque contra Israel desde un punto cercano a una mezquita en Líbano", por lo que "está cometiendo crímenes de guerra al disparar de manera indiscriminada contra lugares de culto, al igual que Hamás", aseguró el vocero.
Por último, en una jornada de varios ataques cruzados, Hezbollah reivindicó nueve ataques contra diferentes posiciones del Ejército de Israel en la frontera entre ambos países en represalia por los "continuos bombardeos israelíes contra viviendas y terrenos en las aldeas del sur del Líbano".
La situación en la frontera
Desde el comienzo de las hostilidades en la zona, se registraron más de 168 muertos: trece en Israel -nueve soldados y cuatro civiles- y al menos 156 en el Líbano, incluyendo 121 miembros de Hezbollah.
Israel desplegó más de 200.000 soldados en su frontera norte, donde la violencia también provocó el desplazamiento de miles de habitantes: unas 80.000 personas fueron evacuadas de las comunidades del norte de Israel y más de 70.000 huyeron del sur del Líbano.
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