El papa Francisco recordó este sábado desde Marsella a las "tantas personas que emigran". Así lo hizo al celebrar una misa para 50.000 personas con la que cerró su visita de dos días a la ciudad francesa, al que asistió también el presidente Emmanuel Macron.
Durante su intervención en los Encuentros Mediterráneos, una iniciativa de la Iglesia Católica, Francisco pidió una acogida justa de los migrantes y, “en la medida de lo posible, ampliar las entradas legales” porque “el rechazo no es la solución”.
En el salón de actos del Palais Du Pharo, ante Macron y cerca de 60 obispos y grupos de jóvenes que participaron en los encuentros, el Papa se hizo eco del “grito de dolor que es el que más retumba de todos, y que está convirtiendo al Mare Nostrum (nombre latino con el cual se llama al Mediterráneo) en Mare Mortum".
Luego, Francisco lanzó un llamamiento a Europa: "El Mediterráneo ha pasado de ser cuna de la civilización a tumba de la dignidad. Es el grito sofocado de los hermanos y hermanas migrantes”.
"Las dificultades para acoger, proteger, promover e integrar a las personas no deseadas están a la vista de todos, pero el criterio principal no puede ser la conservación del propio bienestar, sino la salvaguardia de la dignidad humana”, remarcó el Santo Padre.
Y agregó: "Nuestras ciudades metropolitanas y los numerosos países europeos como Francia, donde conviven culturas y religiones diferentes, son en este sentido un gran desafío contra las exasperaciones del individualismo, contra los egoísmos y las cerrazones que producen soledades y sufrimientos".
Después de haber asistido a la última sesión de los Encuentros Mediterráneos, el Papa se retiró junto a Macron —a quien tomó afectuosamente del brazo antes de instalarse en su silla de ruedas— para una reunión privada.
Según ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, alrededor de 178.500 inmigrantes llegaron a Europa en lo que va del año a través del Mediterráneo, mientras que alrededor de 2.500 murieron o desaparecieron en el camino.
Un total de 133.000 inmigrantes arribaron a Italia en lo que va de 2023 por mar, de acuerdo con datos del gobierno, casi el doble que en el mismo período de 2022.
Los esfuerzos de rescate marítimo de Italia y Grecia fueron objeto de cuestionamientos tras dos grandes naufragios. El gobierno conservador italiano también enfrentó críticas por restringir las actividades de los barcos de rescate de inmigrantes gestionados por organizaciones benéficas.
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