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Internacionales ENERGÍA

Gobierno mexicano nacionaliza el litio y patea el tablero energético

Qué hay detrás de la iniciativa de impedir la explotación extranjera de este recurso natural, considerado vital en la transición energética.

Por decreto el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), decidió el pasado fin de semana avanzar en la nacionalización del litio y de ese modo poner al Estado y los capitales aztecas en el centro de la escena del sector energético.

Como es sabido, el litio es un mineral esencial en la actualidad y en la transición energética en la que ya ha ingresado el mundo entero, en el almacenamiento de energía eléctrica en baterías de ion-litio de uso en la industria informática, las comunicaciones e incluso la creciente fabricación de autos eléctricos.

Sin embargo, México no es un país que tenga grandes salinas ni reservorios de litio. De acuerdo a fuentes de la Secretaría de Energía de México, el país ocupa la décima posición mundial en cuanto a reservas de litio. Se estima que son alrededor de 1,7 millones de toneladas, diminutas frente a las 17 millones de toneladas de Argentina y los 21 millones de Bolivia.

Además, aún no está claro en qué concentraciones se encuentra en el país norteamericano, ni si es económicamente rentable su explotación.

Un paso más

El sábado 18 de febrero el presidente López Obrador firmó el decreto que pone las concesiones del mineral en manos de la Secretaría General de Energía de México.

“Con esto se está nacionalizando el litio para que no lo puedan explotar extranjeros, ni de Rusia, ni de China, ni de Estados Unidos. El petróleo y el litio son de la Nación y del pueblo de México”, aseguró el presidente en relación al decreto, que en algún punto surgió de la reforma a la Ley Minera de 2022.

Desde el momento de la sanción de aquella reforma, la industria ha mantenido una posición cautelosa ante el avance del sector público sobre una actividad que requiere grandes y constantes inversiones para ser redituable.

El principal cuestionamiento al nuevo decreto es que deja varias zonas grises, que habrá que ver cómo se saldan en la reglamentación. En primer lugar, qué pasara con las concesiones ya otorgadas y en vigencia, como la que tiene la china Ganfeng Lithium, que lidera el único proyecto de litio en etapa avanzada en México.

Hay algunas contradicciones y habrá que ver cómo se saldan. En paralelo al decreto, Andrés Manuel López Obrador firmó una disposición, publicada el mismo sábado en el Diario Oficial, según la cual quedan resguardadas para explotación exclusiva del mineral por parte del Estados 234.850 hectáreas, ubicadas en siete municipios del estado de Sonora, al noroeste del país, lindantes con Estados Unidos.

No obstante, el artículo transitorio tercero asegura que “quedan a salvo los derechos y obligaciones de los titulares de las concesiones mineras vigentes, que se encuentran dentro de la zona de reserva minera de litio “Li-MX 1”.

Bienvenido Elon

La movida del gobierno mexicano sobre el litio continúa a una reforma del sector en abril de 2022, que determina que el litio es propiedad de la Nación. Tras esa decisión el gobierno de AMLO lanzó el llamado Plan Sonora, en el que el Estado liderará la explotación del mineral, pero tiene la intención de que haya participación privada.

De hecho, el canciller mexicano Marcelo Ebrard anunció que en las próximas semanas habrá una llamada telefónica entre el primer mandatario y Elon Musk, el magnate sudafricano y propietario de Tesla, empresa líder en la fabricación de autos eléctricos, para que radique una planta en la región.

En cuanto al resto de los jugadores que ya tenían un pie en México para explotar el litio, en septiembre de 2022 el propio presidente López Obrador, había dejado entrever la posibilidad de que los privados puedan mantener una participación minoritaria en la recientemente creada compañía estatal LitioMx.

Sin embargo, a poco de andar se restringió esa chance a las empresas provenientes de los socios del T-MEC o USMCA por su acrónimo en inglés, es decir el Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos, Canadá y México. Tal vez, más por pragmatismo que por convicción de López Obrador, para evitar roces con sus socios comerciales y políticos, y hasta para esquivar alguna cuestión legal incluida en el acuerdo.

MEXICO ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR

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