La mujer ecuatoriana de 76 años que “revivió” en su propio velorio ha muerto luego de siete días de estar en cuidados intensivos tras un primer diagnóstico de muerte erróneo, en un caso que generó sorprensas dentro y fuera del país andino.
Gilberto Barbera Montoya, hijo de la anciana, confirmó la muerte este sábado vía telefónica a la agencia de noticias The Associated Press.
Barbera Montoya dijo que los médicos del hospital estatal adonde estaba internada su madre le habían advertido que “no tenía ya remedio. Murió a las cinco de la tarde” del viernes, agregó.
El Ministerio de Salud ratificó en un comunicado que la anciana Bella Montoya falleció luego de estar una semana en cuidados intensivos por un accidente cerebrovascular.
El sorpresivo hecho ocurrió hace una semana en Babahoyo, unos 208 kilómetros al suroeste de Quito, cuando se reportó que la mujer que era velada despertó luego de cuatro horas de permanecer en el ataúd.
Sus familiares se percataron del suceso cuando escucharon que la mujer golpeaba el féretro y al acercarse vieron que respiraba con dificultad, luego de lo cual fue trasladada al hospital.
Barbera Montoya indicó a la agencia AP que no ha recibido ningún informe de las autoridades sobre la auditoría médica de lo que pasó y advirtió que “esto no se va a quedar así”. Agregó que una hermana de la fallecida ya denunció el hecho formalmente, en busca de “que se señale cuál es el doctor que... la dio por muerta”.
Según la cadena de televisión Ecuavisa, la anciana ya había recuperado su estatus de persona viva tras haberse archivado el acta de defunción. La emisora indicó que su hijo Gilberto tenía la esperanza de verla salir con vida del hospital, donde la visitaba a diario. “Ella respira y mueve lentamente sus ojitos”, había relatado el hombre el viernes, horas antes de que se informara del fallecimiento de su madre.
La difunta —que era una enfermera jubilada— fue velada nuevamente este sábado en el mismo lugar donde se registró el suceso. Luego de una misa por la tarde, se realizaría su sepultura en un cementerio público, dijo su hijo.
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