El Papa Francisco volvió a recordar este domingo el conflicto en Medio Oriente durante la homilía que pronunció durante la celebración de la Misa del Gallo en la Basílica de San Pedro del Vaticano, el primero de los ritos litúrgicos en la que es su décima Navidad en el Vaticano.
"Nuestro corazón esta noche está en Belén, donde el Príncipe de la Paz sigue siendo rechazado por la lógica perdedora de la guerra con el rugir de las armas que también hoy le impide encontrar una posada en el mundo", dijo.
Además, el Pontífice preguntó a los presentes en la Basílica en qué Dios creen: "¿En el Dios de la encarnación? ¿O en el del beneficio? Sí, porque existe el riesgo de vivir la Navidad con una idea pagana de Dios, como si fuera un amo poderoso que está en el cielo, un Dios que se esposa con el poder, con el éxito mundano y con la idolatría del consumismo", advirtió.
En este sentido, indicó que siempre vuelve "la imagen falsa de un Dios distante e irritable" que se porta bien con los buenos y se enoja con los malos, "útil solamente para resolver los problemas y para quitar los males".
Ante ello, explicó que Dios no usa la "varita mágica", "no es el Dios comercial del todo y ahora mismo". "No nos salva pulsando un botón, sino que se acerca para cambiar la realidad desde dentro. Y sin embargo, qué arraigada está en nosotros la idea mundana de un Dios alejado y controlador, rígido y poderoso, que ayuda a los suyos a imponerse sobre los demás. Pero no es así, ha asegurado.
Francisco recalcó que Dios ha nacido para todos y ha pedido mirar "al Dios vivo y verdadero". "A Él, que revoluciona la historia habitándola; a Él, que nos respeta hasta el punto de permitirnos rechazarlo; a Él, que borra el pecado cargándolo sobre sí; que no quita el dolor, sino que lo transforma; que no elimina los problemas de nuestra vida, sino que da a nuestras vidas una esperanza más grande que los problemas", ha descrito.
Para el Pontífice, este es el "asombro" de la Navidad, no una mezcla de "afectos melosos" y de "consuelos mundanos" sino la "inaudita ternura" de Dios, que salva el mundo encarnándose.
Para Dios, cada hombre "no es un número, sino un rostro"
También insistió en que para Dios cada hombre "no es un número, sino un rostro". "¿Por qué permaneces en la prisión de tus tristezas? Como los pastores que dejaron sus rebaños, deja el recinto de tus melancolías y abraza la ternura del Dios niño", exhortó Francisco.
El Papa se preguntó a quién mira a Cristo en "un mundo siempre ocupado e indiferente". Así, recalcó que es el tiempo de la adoración y pidió redescubrirla.
"Porque adorar no es perder el tiempo, sino permitir a Dios que habite en nuestro tiempo (...) colaborar con la obra de Dios que como fermento cambia el mundo", dijo para recordar la frase que "un gran narrador de aventuras épicas", escribió a su hijo, en referencia J.R.R Tolkien: "Te abro la única cosa grande de amar el sur de la Tierra".
Finalmente, sostuvo que esta noche "el amor cambia la Historia" y pidió a Dios que los hombres crean en el poder de su amor, "un poder tan distinto del poder del mundo".
Bendición Urbi et Orbi
El lunes 25 de diciembre, día de Navidad, el Papa impartirá la tradicional bendición "Urbi et Orbi" que significa "a la ciudad [Roma]y el mundo", desde el balcón central del templo, según informó Vatican News. Esta celebración se realiza en dos fechas: el domingo de Pascua y el día de Navidad.
El 18 de diciembre, vale recordar, el Santo Padre cumplió 87 años. El argentino Jorge Mario Bergoglio se convirtió en el papa Francisco —el primero de origen latinoamericano en la historia de la Iglesia católica— el 13 de marzo de 2013.
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