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Opinión

¿Por sí o por no?

Por sí o por no, la ciudadanía debe escoger entre exigir más a los gobernantes y oposición, o por el no y permanecer en la indiferencia de la decadencia y el abandono.
Dr. Ricardo López Göttig

Por Dr. Ricardo López Göttig

¿Por sí o por no? Resuena ese latiguillo en nuestros oídos, y quizás se transforme en una de esas frases que se repetirán durante años en la jerga popular. Más allá de que la realidad no es binaria, a pesar de que la segunda vuelta presidencial intente transformar la complejidad en algo tan simplón, los grandes temas pasaron inadvertidos.

A casi cuarenta años de vida democrática ininterrumpida, un tiempo en el que hasta grandes crisis se resolvieron dentro del marco constitucional, se torna urgente hablar de lo importantísimo, que es cómo sacar de la pobreza a más del 40% de la población en la República Argentina. Pobreza que se ha vuelto estructural, que es la naturalización de una situación dolorosa en un país que podría ser rico –no confundir con tener recursos naturales, que es otra cosa-. Por sí o por no, nuestro próximo presidente de la República, gobernadores provinciales, Congreso de la Nación y legislaturas provinciales, deberían responder, por sí o por no, si realmente se van a enfocar en las cuestiones más importantes y, a la vez, más urgentes: educación, salud, movilidad social ascendente, seguridad personal y jurídica, estabilidad monetaria, multiplicación de la inversión privada, reforma del Estado para que sea eficiente y profesional, impulso a la ciencia y tecnología. No sólo tenemos una cifra más que preocupante de crecimiento de la pobreza, sino también de la deserción escolar, del analfabetismo, de los severos problemas de comprensión en la lectura y de escasos conocimientos elementales de matemática. Sin estos aprendizajes tan básicos, es cada vez más difícil ser competitivos en un mundo que se basa en la economía del conocimiento y que incorpora día a día nuevas tecnologías en la producción.

Por sí o por no, la ciudadanía debe exigir –sí, exigir- a sus representantes a que se aboquen a los problemas reales, dentro del respeto a la vigencia de la Constitución y de las leyes, con reglas de juego claras y transparentes para erradicar la corrupción y el crimen organizado, y establecer los cimientos que nos impulsen hacia el bienestar general. Por sí o por no, ¿estamos cada uno de nosotros, como ciudadanía, con la motivación para que se eleve la vara de los gobiernos y de la oposición? Depende de lo que hagamos, preguntemos y nos informemos, más allá de divertirnos con los memes que circulan por las redes sociales. ¿Y si empezamos a actuar a favor del sí?

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