En una movida que sorprendió a propios y extraños, el Gobierno oficializó la renuncia del ministro de Infraestructura, Guillermo Ferraro, en medio de las cruciales negociaciones por la Ley Ómnibus. La dimisión, anunciada el pasado jueves, se enmarca en fuertes acusaciones sobre filtraciones de información reservada del presidente Javier Milei, en un contexto de tensiones crecientes entre la Casa Rosada y los gobernadores.
El comunicado emitido por la Oficina del Presidente señaló que la renuncia de Ferraro, por razones personales, permitirá avanzar en la fusión del área de Infraestructura dentro del Ministerio de Economía. Este movimiento, según el Gobierno, aportará coherencia a la política económica nacional y facilitará la adaptación del presupuesto al actual escenario de crisis. Asimismo, se retomará la disposición de ocho ministerios, un plan que el presidente Milei había prometido durante su campaña electoral.
La salida de Ferraro había sido anticipada por versiones que circularon el jueves pasado, cuando el Presidente tomó la decisión de apartarlo del gabinete por presuntas filtraciones y declaraciones que involucraban directamente al jefe de Estado. Este episodio se desarrolla en un contexto álgido de tensiones entre la Casa Rosada y los gobernadores, en plenas discusiones sobre la Ley Ómnibus en el Congreso.
La segunda parte de este inesperado cese de funciones se materializó este sábado con el traspaso formal del área de Infraestructura a Luis Caputo, actual titular de Economía. Este movimiento no solo redefine la estructura del gabinete, que ahora contará con ocho ministerios, sino que también revela una tensa relación entre Guillermo Ferraro y su superior directo, el jefe de Gabinete, Nicolás Posse.
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