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Política SEMANA SANTA

El Señor de la Peña volvió a convocar a los fieles riojanos

Como ocurre cada año para estas fechas, alrededor de 20 mil personas se hicieron presentes para ofrendar su fe y devoción. Hubo intensos controles en el tránsito y la jornada se desarrolló con normalidad.

Este viernes, toda la atención católica estuvo puesta en el Señor de la Peña, el paraje ubicado en el departamento Arauco, donde se dieron cita alrededor de 20 mil personas para venerar y agradecer a la imagen de Cristo en la piedra.

Para la jornada, que se desarrolló con normalidad, se recomendó circular con todas las normas de seguridad y por ello se concientizó también respecto de los requisitos para circular tanto en moto como en autos y camionetas, en el marco de los intensos controles que se pusieron en marcha por parte de la Provincia para evitar siniestros viales. La actividad principal de la jornada estuvo centrada en horas de la siesta, cuando a las 15, como ya es costumbre, el obispo Dante Braida brindó su mensaje a la feligresía.

Sitio histórico para la fe de los riojanos

El Señor de la Peña es una enorme roca con forma de rostro (perfil y cabellera), desprendida de las estribaciones de la Sierra del Velasco de remota fecha (sin determinar con exactitud). Se encuentra ubicada geográficamente en el Paraje “El Barreal” Departamento Arauco a 95 Kms de la ciudad de La Rioja y 47 de la Ciudad de Aimogasta (cabecera departamental).

Se dice que los habitantes Diaguitas fueron los primeros en encontrarla, tomándola como punto de referencia para cazar y en su sombra resguardarse de las altas temperaturas de la región. Estos lo llamaron primitivamente “Llastay” divinidad diaguita que hace referencia al dios tutelar de los animales del cerro, tal vez por su rostro antropomórfico que asemeja a una persona mirando a la montaña.

Con el paso del tiempo y tras la conquista española llega la misión de cristianizar, aprovechando esta imagen de gran devoción indígena para inculcar que se trataba del rostro de Cristo, desde allí que toma este nombre, “El Señor de la Peña” Señor por Cristo y Peña por la roca, aunque también fue conocida como la “Peña de Arauco”.

Para el siglo XIX se fue haciendo cada vez más conocida por arrieros y baqueanos de Aimogasta y la Costa riojana, es así que Don Vicente Cedano residente del Distrito Machigasta (Dpto. Arauco) en el año 1842 se aventura en escalar y colocar la cruz de hierro que “aún permanece” en su cima.

En un principio la iglesia católica no aceptaba la veneración de esta masa pétrea, hasta se enviaban custodios para evitar su adoración. Sin embargo, los lugareños solían esconderse hasta que la custodia abandonara el lugar, y así poder demostrar su devoción. Con el paso del tiempo, la feligresía fue haciéndose más popular en el resto de la provincia.

La asunción de Monseñor Enrique Angelelli a la Diócesis Riojana en el año 1968 guiado por la orientación Pastoral del Concilio Vaticano Segundo, significó un gran paso para la aceptación “definitiva” de este lugar, como espacio de verdadero regocijo cristiano. A fines de la década del 60 el cura párroco de Arauco, Julio Cesar Goyochea construyó el primer Vía Crucis de piedra y cemento en el lugar.

En el año 1978, el gobierno provincial con su entonces gobernador Llerena, promulga mediante Ley 3.828/78 la adjudicación al Obispado de La Rioja, un total de 30 hectáreas, en un polígono que encierra 8.823 metros cuadrados. Por ser un lugar que se considera sagrado, es decir, que está bajo la protección de Dios es que desde el año 2022 se lo considera como Santuario

En cuanto a los estudios realizados no hay fecha exacta que indique desde cuando está la roca en el lugar, aunque a principios de siglo XX el arqueólogo Eric Boman fue quien determina el desprendimiento en un cálculo estimativo de un poco más de mil años, tal vez por un gran movimiento telúrico debido a la zona sísmica en la que se encuentra, pero también por la propia erosión o una gran tormenta que desprendió esta y otras rocas que se encuentran desperdigadas en cercanías y alrededores.

Para la fe cristiana y miles de personas que llegan al lugar en cada Semana Santa desde distintos puntos de Argentina, caminando, a caballo, en bicicleta o en otras modalidades de transporte, significa más que una simple roca en el desértico paraje, significa una devoción única de agradecimiento por los favores o promesas cumplidas.

Viernes Santo

En el Viernes Santo se conmemora el sacrificio supremo de Jesucristo en la cruz para la redención de la humanidad. Durante este día, se administran exclusivamente los sacramentos de la Reconciliación (confesión) y la Unción de los enfermos. En este día tiene lugar la Celebración de la Pasión del Señor.

Una de las particularidades de esta celebración es que la sagrada comunión se distribuye exclusivamente dentro de la misma ceremonia, resaltando así la importancia y centralidad de este acto litúrgico en el Viernes Santo. Sin embargo, se considera a los enfermos que no pueden participar en esta celebración, permitiéndoles recibir la comunión en cualquier momento del día. El ambiente litúrgico se ve reflejado en la disposición del altar, el cual debe estar completamente desnudo, simbolizando la desnudez y la simplicidad en este día de profundo recogimiento y meditación.

La celebración de la Pasión del Señor se divide en tres partes principales: la liturgia de la Palabra, la adoración de la Cruz y la distribución de la sagrada comunión. Estas etapas estructuran el desarrollo de la ceremonia, la cual se lleva a cabo después del mediodía.

Durante la liturgia de la Palabra, se lee la historia de la Pasión del Señor según el evangelista san Juan. Después de la lectura, es oportuno realizar una breve homilía y, finalizada esta, la liturgia de la Palabra concluye con la oración universal. La adoración de la Cruz es un momento solemne y conmovedor, donde los fieles se acercan procesionalmente para venerar la cruz, enfatizando el sacrificio redentor de Jesús en ella y su importancia como símbolo central de la fe cristiana.

Finalmente, la sagrada comunión se distribuye en el contexto de la celebración de la Pasión del Señor, permitiendo a los fieles experimentar de manera más profunda la unión con Cristo y su sacrificio salvífico.

Mensaje de la Diócesis riojana

En el marco del Viernes Santo, la Diócesis riojana invitó a los fieles a “reflexionar sobre el sufrimiento”. En este sentido, se emitió un comunicado en el que se afirma: “En la sociedad actual, el lema ‘No sufras se ha convertido en una exigencia constante que nos motiva a evitar el dolor emocional a cualquier precio. Sin embargo, esta aversión al sufrimiento y la búsqueda constante de gratificación nos impiden afrontar los retos de la vida y distorsionan nuestra comprensión de la felicidad (cf. Palermo, 2024). No se trata de buscar el sufrimiento ni provocarlo en los demás. Dios no desea ni envía el sufrimiento humano. Tampoco lo impide. Más bien, como indica el salmista: ‘Aunque el justo sufra muchos males, de todos los libra el Señor; él cuida de todos sus huesos, y ni uno solo se quebrará’ (Sal. 34, 20). Esto sucedió con Jesús, ‘el Señor, el Justo, [que]ha sufrido mucho, ha sufrido todo y, sin embargo, Dios lo ha guardado: no le han roto ni un solo hueso’ (Benedicto XI, 2011, p. 262). Además, Dios se vale de ciertas situaciones dolorosas, que no desea ni envía, para obtener de ellas un bien mayor. No se trata de sufrir por sufrir ni de sufrir para agradar a Dios, como si esa fuera su voluntad. La voluntad divina es que el hombre viva en plenitud. Y para lograrlo, implica crecer y desarrollarse emocionalmente, ser capaces de afrontar los desafíos de la vida sabiamente y con la certeza de que Dios nunca abandona. Por lo tanto, evita generar sufrimiento en tu vida y en la de los demás. Pero asume que, como dice el comercial referenciado al inicio, ‘vivir a veces duele’. No evadas el dolor, atraviésalo con Jesús. Parafraseando el slogan: ‘Saber que existe un Dios que no abandona, alivia’. Descubre el propósito que tiene esa situación dolorosa para vivirla con sentido y busca la ayuda del Cielo, que a menudo implica el auxilio de otras personas, para resolverla”.

SEÑOR DE LA PEÑA SEMANA SANTA

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