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Política ENTREVISTA EXCLUSIVA DE NUEVA RIOJA

La bondad de la escasez, la clave israelí

A fines de julio próximo deberá finalizar su misión en la Argentina y volver a su Israel natal. Pero Galit Ronen, actual embajadora israelí, afirma que las acciones emprendidas entre ambos países continuarán.
Julio Aiub Morales

Por Julio Aiub Morales

Galit es afable y sus ojos celestes dicen más que el español que domina bien, pero con el lógico sonido de garganta que hace acordar al francés. Diplomática de carrera, fue recibida el lunes por la intendenta Inés Brizuela y Doria y por la noche cenaba con el gobernador Ricardo Quintela.

La embajadora ya sabía que uno de los principales problemas de esta región es la falta de agua, porque ella acompañó primero al presidente Fernández y luego a la comitiva de siete gobernadores y autoridades nacionales que fueron a Israel a buscar apoyo para este problema. En esa oportunidad viajó el ministro Adolfo Scaglioni, pues Quintela tenía otras actividades.

En la reunión que mantuvo con industriales de La Rioja, le plantearon que "uno de los principales problemas es la extracción del agua del subsuelo, así como las cloacas" y en ese sentido ella cree que "vamos a firmar un convenio para que Mekorot, que es compañía de aguas de Israel, brinde asesoramiento a nivel federal".

Recientemente el ministro del Interior, Wado de Pedro, recibió al coordinador de Proyectos Especiales Internacionales de Mekorot, el argentino Diego Berger, para poner en marcha un masterplan con el foco puesto en la gestión inteligente del agua en Argentina.

Destaca que el problema del agua "supera la grieta argentina, por eso fueron a Israel mandatarios oficialistas y opositores e independientes como Anabela Carreras, gobernadora de Río Negro." Ese acuerdo posibilitaría que venga una misión técnica en el mes de octubre, para tratar in situ los problemas y sus posibles soluciones concretas.

Entrevista exclusiva con la Embajadora Galit Ronen
Entrevista exclusiva con la Embajadora Galit Ronen
Sacar agua del aire

Precisamente Galit va a lo concreto: "a los industriales les pedí que me manden un mail con los problemas concretos que quieren resolver, en orden de importancia. Por ejemplo la extracción del agua, cuya extracción a 200 metros es muy costosa. Lo que hace la embajada es abrir las puertas de Israel y sus empresas. Buscamos cuáles empresas trabajan con los temas requeridos y actividades conexas y los ponemos en contacto. Porque quizás el problema esté en (el costo de) la energía que se usa para extraer el agua".

En ese sentido apuntó que tras su reciente visita a la provincia de San Juan, esa provincia recibirá una máquina que extrae agua del aire. La misma succiona el aire a través de un ventilador. Después, un sistema de filtración que conduce al intercambiador de calor extrae el agua a través de la condensación, la procesa a través de un sistema de filtración multinivel que incluye luz ultravioleta y la almacena en un depósito.

Galit explica que después del contacto inicial donde se explicita el problema las dos partes lo analizan y ven la posible solución, "que el negocio sirva para los dos lados. Porque si sirve para un solo lado, va a funcionar una vez y yo quiero que funcione muchísimo más. Y eso se logra cuando los dos lados ganan. Es lo que buscamos".

Su gestión en Argentina

La diplomática recuerda que llegó a la Argentina en agosto del 2019, después de haber cumplido la misma labor en Uruguay. En enero del 2020 fue a Israel con el presidente argentino. "En febrero," recuerda, "fui a Corrientes para el carnaval y a Mendoza para la vendimia, regresando a Buenos Aires el 10 de marzo del 2020, y diez días después se declaró la pandemia y comenzó el aislamiento. Eso me frenó en los viajes a las provincias que yo quería hacer, por eso lamentablemente llego tan tarde a La Rioja".

No obstante ello, "la embajada siguió trabajando, gestionando normalmente, salvo un par de días. Como no teníamos chofer y el tránsito estaba restringido, yo iba a buscar en mi auto a los colaboradores porque teníamos cosas para cumplir y ayudar, pero afortunadamente lo pudimos hacer. Y así pudimos ayudar a volver a los israelíes que habían quedado varados aquí primero. Para lo cual teníamos que hablar con los ministros y otras autoridades".

Incluso en plena pandemia, pudo concretar el envío de carne argentina con corte kosher. Para ello logró que el gobierno argentino autorizara un vuelo de EL AL, la aerolínea israelí -que desde la década del 60 tiene prohibido aterrizar en Argentina- trayendo un centenar de faenadores especializados en el corte hebreo de la carne.

<b>La diplomática  llegó a la Argentina en agosto del 2019, después de haber cumplido la misma labor en Uruguay</b>
La diplomática llegó a la Argentina en agosto del 2019, después de haber cumplido la misma labor en Uruguay
Galit es vegetariana por decisión propia "porque en el kibutz (granja colectiva) donde me crié, desde muy niña no me gustaba ver sacrificar los animalitos. Así que a los 14 años dije basta y no comí más carne, cuando ni se hablaba de ser vegetariano. Pero por suerte en Buenos Aires y en todos lados hay muy buenos restoranes donde hacen muy rica pasta. Y no me molesta que la persona que esté compartiendo mi mesa, u otra, coma carne. Lo que coma, es su gusto y está bien". Toda una diplomática.

La maldición de la abundancia

Pero ¿cuál es la clave, el secreto para que Israel, con una superficie mucho más chica que la Argentina, sin minas, sin bosques y habiendo pasado por severas crisis económicas y manteniendo prácticamente un estado de beligerancia casi permanente, haya logrado avanzar tanto en la ciencia y tecnología?

"Mira, nosotros hablamos siempre de la 'bondad de la escasez'", explica, "y de la maldición de la abundancia. Esa escasez que tenemos los israelíes nos obligó a buscar soluciones que no se veían, que no son obvias. Pero hay un libro, que siempre lo regalo, que explica cómo Israel logró lo que logró".

"Lo primero", añade, "es la inversión del gobierno de turno, no importa cuál, en el emprendimiento del desarrollo, que es uno de los más altos del mundo. Después tiene que ver que somos un país de inmigrantes. Entonces tenemos diferentes culturas, diferentes formas de pensar. Por ejemplo, de la ex Unión Soviética llegaron gente muy capacitada en cosas que no podíamos usar: ingenieros en minas, ingenieros de bosques, cuando no tenemos bosques ni minas. Pero el Estado paga el sueldo del inmigrante especializado por dos años, en una empresa donde aprende algo nuevo. Y en sólo dos años tenemos un excelente nuevo trabajador. Y su familia tiene el tiempo de integrarse a la sociedad".

Otro ejemplo: "Durante la pandemia teníamos que cambiar nuestra forma de trabajar y pensar. Hicimos un hackathon, con el tema de la soledad de la tercera edad durante la pandemia, que es un tema difícil obviamente, pero fuimos como 300 participantes, en grupos de diez. Cada grupo tenía un experto en Inteligencia Artificial, un experto en cuestiones sociales, un anciano, un joven y así. Y también con 50 mentores argentinos israelíes y en los próximos meses el producto que ganó, que es una APP, va a llegar al mercado".

También participaron "varias ONGs argentinas. Y utilizamos los fondos para las actividades culturales que no se podían hacer, para materiales de salud y otros aportes".

Galit es embajadora de carrera, profesional, no designada por política. "Tenemos algunos embajadores políticos, muy pocos. Pero en Argentina todos los embajadores israelíes fueron de carrera. El gobierno israelí actual tiene un año. Pero antes hubo dos años que prácticamente estuvimos sin gobierno, porque era un gobierno interino con cuatro elecciones en su tiempo. Pero eso no importaba. Yo sigo haciendo mi trabajo y los demás también. El país sigue funcionando porque tenemos la columna de la democracia, que no depende del gobierno de este lado o del otro lado. En nuestra cultura, el fracaso es un camino más hacia el éxito".

Soluciones a problemas que todavía no existen

Antes de ser embajadora en Uruguay, Galit era directora de una importante sección de la Cancillería que tenía como objetivo "dar soluciones a problemas que todavía no existen, que uno cree que van a venir. Entonces hay que estar muy metido en el mundo político, cultural, económico y mirar la tendencia adelante y ver qué podría suceder y en ese caso, ver cómo lo vamos a enfrentar" .

Y además el equipo propone "tres soluciones y explicar por qué recomendamos una de las tres. Por ejemplo, la pandemia en mi tiempo no se planteó. Pero sí se planteó si hay un desastre mundial, cómo cooperamos con el resto del mundo. Esto fue pensado antes de la pandemia y lo aplicamos con ella".

Respecto de la invasión rusa a Ucrania, la embajadora dice que "tratamos de ayudar para que se negocie. El primer ministro (Bennett) habló varias veces con Putin y con Zelensky. Hay que recordar que tenemos un millón de rusos que son ciudadanos israelíes. Es una situación delicada".

Sobre la relación con los árabes y especialmente con el pueblo palestino, Galit piensa que la clave es que Israel "ya entendió que no puede tener el cien por cien. Tener un Gran Israel. Y entendimos que ese sueño no va a suceder. Por eso ahora estamos acercándonos más a los países árabes de la región. Y creo que los palestinos no entienden aún que ellos tampoco pueden llegar al cien por cien (de sus aspiraciones). Todavía no entendieron que su sueño no va a pasar".

"Los conflictos siempre son territoriales o religiosos o culturales," explica. "Nosotros tenemos los tres factores juntos, lo que lo hace complejo. Yo como embajadora de Israel, también represento al 18 por ciento de la población israelí que es árabe. Hay jueces árabes, ministros árabes, diputados árabes, médicos, futbolistas. Son ciudadanos nuestros con los mismos derechos. No hay razón por la cual no podamos vivir juntos".

ENTREVISTA EXCLUSIVA GALIT RONEN EMBAJADA DE ISRAEL ISRAEL

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