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Sociedad AUTISMO

Autismo en mujeres: ¿por qué son más propensas a recibir diagnóstico de adultas?

Hace poco la conductora Maju Lozano confesó que tiene esta condición. La psicóloga Silvina Aguirre (MP: 5832) explica por qué se tarda tanto en recibir el diagnóstico correcto.

Hace días la conductora Maju Lozano dejaba su programa “Todas las tardes” y contó que a sus 51 años fue diagnosticada con autismo. Hace tiempo venía investigando y consultando con profesionales hasta que finalmente obtuvo la respuesta a determinadas situaciones de su vida.

La revelación llevó al interrogante, ¿es posible recibir un diagnóstico de autismo en la adultez? ¿por qué en las mujeres suele detectarse a edad tardía?

Ante estas preguntas desde Diversidad consultamos con la psicóloga Silvina Aguirre (MP: 5832), especializada en autismo en mujeres, quien explicó que hay que pensar la Condición del Espectro Autista desde la neurodiversidad y no desde el paradigma médico y rehabilitador.

“Hay que verlo desde la neurodiversidad y los diferentes modos de conectarnos con otros, con los gustos e intereses e incorporamos la variabilidad de posibilidades de estar en el mundo”, explicó.

En ese sentido remarcó que en el último tiempo la consulta de mujeres sobre este tema es mayor, ya que muchas veces el espectro autista tiene que ver con su forma de vincularse.

“Son mujeres que han transitado espacios con diagnósticos erróneos, con sensación de no encajar en ningún lado y haciendo un esfuerzo enorme para participar de actividades sociales académicas, sociolaborales y con un costo alto de niveles de ansiedad y cuadros depresivos. Pero cuando encuentran características del espectro autista todo comienza a cobrar y cuando se llega al diagnóstico de autismo se siente un gran alivio y mayor entendimiento.

Al respecto aclara que los criterios para diagnosticar son los mismos, hay desafíos desde lo sociocomunicacional, se acompañan ciertos patrones de conductas, formas repetitivas de hacer las cosas y se consideran los perfiles sensoriales. No obstante remarca que “la manifestación clínica en varones y mujeres son diferentes”: los varones suelen tener características conductuales acentuadas y no así las mujeres que tienden a ocultarlas.

Este “camuflaje” muchas veces tiene que ver con la crianza y es por eso que hay niñas con muy buen nivel cognitivo y con intereses que aparecen con cierta profundidad, pero no ligados a los objetos como los varones, sino más bien al arte, a la literatura y a la música. “Se observa a niñas, adolescentes y adultas que participan en lugares sociales pero en la interacción social lo hacen con mucho camuflaje. Aprenden de la conducta humana y aprenden a imitarla de una amiga, una hermana, un pesonaje televisivo al que consideran hábil socialmente”, describe.

De esta manera, aunque las mujeres con autismo pueden participar de encuentros sociales y lo hacen de manera preparada, después necesitan compensar con uno o dos días de silencio para compensar ese agotamiento que les genera atravesar por esa situación.

Así, llegan a la consulta con altísima ansiedad, depresión y suelen tener dificultad para sostener un trabajo por la dificultad en el vínculo con los pares, en el lenguaje, en las sutilezas sociales y en la comprensión de la atracción que implica un costo alto de entendimiento.

En ese sentido remarca que “autismo no es timidez” y recomienda romper con los estereotipos porque al hablar de condición del espectro autista hay un sentido más amplio.

Finalmente subrayó que una persona autista puede ser un adulto profesional y muy buenos. "Ser autista no es sinónimo de incapacidad", remarcó.

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