Por Martín Ezequiel Farina
Pisar el terreno arenoso de Talampaya genera desolación. El aire seco y el clima nos dicen que estamos en medio del desierto. Solos, en el desierto.
En el cauce de un río ahora inexistente se distinguen las huellas de un ñandú que hace solo unos días corrió por la arena. O se puede patear una roca que solo un experto reconocería como hueso de dinosaurio.
El Parque Nacional Talampaya abarca 213.000 hectáreas en la Provincia de La Rioja. En 1975 fue declarado Parque Provincial y desde 1997 depende de Parques Nacionales.
En 2000 fue declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO. Su fama se debe a su rica historia natural, que comenzó en el período Triásico, hace 235 millones de años.
Este cronista acompañó en el trabajo de campo a un grupo de paleontólogas y paleontólogos en la tarea de rescatar el patrimonio fósil.
"Lo particular de Talampaya son los cambios de fauna. Se ve claramente cómo los dinosaurios pasan a convertirse en los animales dominantes. Pero no siempre fue así”, dice Adriana Mancuso, investigadora principal en el Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales (IANIGLA-CONICET).
"Los dinosaurios no siempre fueron los animales dominantes. Lo particular de Talampaya son los cambios de fauna."
Fuente: Clarín
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