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Sociedad DIÓCESIS

Consagraron el Altar de la Parroquia Señor del Milagro

“El Altar nos representa a Cristo, que es centro de nuestras vidas y de la comunidad”, dijo el obispo Dante Braida, en el marco de los festejos de los 60 años de este Templo.

La Parroquia Señor del Milagro llegó a los 60 años, brindando un servicio espiritual y social en la comunidad riojana, especialmente a vecinos del barrio 3 de Febrero. El Obispo de La Rioja, Dante Braida, ofreció la misa y consagración del Altar de esta Parroquia.

Cabe resaltar que durante el año 2022 se restauró toda la sacristía. En ella se custodia una antigua imagen de San Nicolás que data del año 1700 y que fue donada por la comunidad de El Rodeo. Se restauraron las imágenes del Sagrado Corazón, la Cruz mayor del templo y se bendijo la capilla de los Beatos Mártires riojanos que consta de 5 cuadros pintados al óleo con el rostro de cada Beato Mártir. También se restauraron las dependencias de uso pastoral: sala comunitaria y 5 aulas para el dictado de la catequesis.

Durante los meses de junio y julio se llevó a cabo la construcción de un cinerario destinado para el depósito de las cenizas de los difuntos que son cremados. La obra se llevó a cabo en el atrio del templo y es la única en su tipo en toda la provincia.

Desde agosto de 2023 se dieron inicio a las obras de arreglo de paredes y nueva pintura en el presbiterio, para avanzar en el mes de agosto con la intervención más importante: el reemplazo de todo el piso del presbiterio y la restauración completa del altar. Obra que estuvo coordinada por el Pbro. Pablo Delgado, el Maestro Mayor de Obra Cesar Orlando Marino Tanquia, Álvaro Pedro Tanquia Cano, Francisco Tanquia Cano y del Arquitecto José Esteban Mercado.

Siguiendo el modelo de la Catedral Basílica de Salta, los altares del Señor y Virgen del Milagro se ubican hacia los costados de la nave central del templo, en los cruceros. En ambos altares se accede por detrás de las urnas para guardar las imágenes. Mirando de frente el Señor se ubica hacia el lado izquierdo y la imagen de la Virgen hacia el lado derecho.

Al respecto, el padre Pablo Delgado, Administrador Parroquial de la Comunidad Señor del Milagro contó la historia de este Templo. “Quiso la Divina Providencia inspirar, hacia el año 1958, al Presbítero Felipe Pelanda López un ferviente apostolado misionero en la zona periférica de la Ciudad de La Rioja. Su alma visionaria le animó a iniciar, con el consentimiento del entonces Obispo Diocesano Mons. Froilán Ferreira Reinafé, la creación de distintos Centros Catequéticos y capillas en las zonas periféricas de la creciente ciudad. Con el consentimiento del Obispo inmediatamente comenzó la gestión ante el Gobierno Provincial para la adquisición del terreno necesario para la edificación de un centro catequético y un templo en el Barrio 3 de Febrero”, aseveró.

“El edificio, de 720 m2 cubiertos, se levanta sobre el terreno donado por el Gobierno Provincial al Obispado de La Rioja durante la gestión gubernamental del Sr. Gobernador Don Herminio Torres Brizuela. El proyecto de la obra fue realizado por la arquitecta Emelí Bestani (primera mujer arquitecta de la Provincia), y responde al estilo arquitectónico: español colonial,- los cálculos de estructura estuvieron a cargo del ingeniero Luis Maciel, y la dirección fue ejercida por el mismo Padre Felipe Pelanda López”, detalló.

“La construcción se inició hacia el año 1959 con la colocación de la Piedra Fundamental, contándose para las sucesivas etapas con la colaboración de todos los fieles. El edificio fue inaugurado el 22 de noviembre de 1963 –aún sin concluir- en una ceremonia de la que participaron numerosos peregrinos llegados de la Provincia de Salta. Aquel 22 de noviembre Mons. Horacio Gómez Dávila, relatan las crónicas de la época, realizó una simple pero sentida bendición del templo”, añadió.

El edificio, tiene una superficie de 720 m2. Consta de tres naves y un coro, su fachada es de estilo clásico colonial peruano y basilical en el resto del conjunto.

El edificio, tiene una superficie de 720 m2. Consta de tres naves y un coro, su fachada es de estilo clásico colonial peruano y basilical en el resto del conjunto. </p><p>
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El edificio, tiene una superficie de 720 m2. Consta de tres naves y un coro, su fachada es de estilo clásico colonial peruano y basilical en el resto del conjunto.

El proyecto de la obra fue realizado por la arquitecta Emelí Bestani (primera mujer arquitecta de la provincia), los cálculos de estructura estuvieron a cargo del ingeniero Luis Maciel, y la dirección fue ejercida por el mismo Padre Felipe Pelanda López.

Repetía siempre el Pbro. Pelanda López: “Esta es una iglesia de la luz y de la claridad”, ya que la disposición estratégica del edificio le da plena luminosidad durante prácticamente todo el día, haciendo necesario el uso de energía eléctrica sólo en las horas de la noche. Precisamente la luz que ingresa por los ventanales es aprovechada para la ornamentación: llevan a modo de enrejado, artesanías realizadas a martillo y cortafierros, que representan el pensamiento de Dios, la Redención, la organización de la Iglesia, y los sacramentos.

El Vía Crucis, que rodea el templo, realizado sobre paños en las naves laterales. Las escenas fueron pintadas al óleo por el artista plástico Prof. Alberto Crulsich, Claudio Samos y Vicente Cafieri.

Las parábolas: Por encima de los arcos se realizaron ocho pinturas al óleo que representan las parábolas del Evangelio: “La oveja perdida (Lc. 15,-1-7) El Hijo Pródigo (Lcc. 15,11-32) El Rico Epulón y Lázaro (Lc. 16-19-31) Del Sembrador (Lc. 8,4-15) Del Buen Samaritano (Lc. 10, 25-37) La Red (Mt. 13,47-50), Los Obreros de la Viña (Mt. 20,1-16) Fariseo y el Publicano Lc. 18,9-14)” Las obras fueron encargadas por el padre Pelanda al Pintor Horacio Luna y tuvieron un costo total de 100.000,00 pesos Moneda Nacional de 1983.

“La Resurrección”, pintada sobre toda la pared norte del templo fue ejecutada por los artistas plásticos Andrés Mirwald y Diego Blanchard. Al respecto expresaba el Padre Pelanda: “Esta obra representa el instante en que Cristo se eleva del sepulcro ante el temor de los guardias romanos. Es perceptible la atmosfera casi apocalíptica de un mundo que se debate entre el miedo y la fe, sumido en las sombras de muerte, mientras sobre ellas comienza a derramarse la luz de Cristo. Detrás, el universo gigante en espirales de diversos tonos azules como síntesis del infinito”.

En su homilía, Braia indicó: “Al consagrar el Altar, estamos haciendo poniendo en relieve la presencia de Cristo en el Sacrificio Eucarístico. El Altar es el centro del Templo y nos representa a Cristo que es centro de nuestras vidas y de la comunidad. En él somos UNO, en él encontramos el SENTIDO más profundo de nuestra vida. El Amor que se expresa en su Muerte y Resurrección nos inunda para que siempre nos sintamos amados por Dios y portadores de ese Amor para llegue a los demás y anime sus existencias.

Ante la presencia Eucarística que surge del sacrificio de Cristo en el Altar la primera respuesta que nos viene es la Adoración. Por eso nos arrodillamos en el momento de la Consagración y también cuando exponemos el Santísimo”, así se refirió a este acontecimiento.

“Este templo y cada templo es un lugar propicio para la Adoración. Para ese encuentro personal y directo con el Señor en el silencio y la Alabanza. Adorar es un modo concreto de Amar a Dios. Damos gracias a Dios por cada Eucaristía celebrada en este Templo y por cada momento vivido de adoración aquí compartido”, afirmó.

"El Templo es, además, nuestra casa, la casa de nuestra familia donde nos reunimos en fraternidad para crecer juntos", dijo el obispo Dante Braida.

“El Templo es, además, nuestra casa, la casa de nuestra familia donde nos reunimos en fraternidad para crecer juntos”, concluyó.

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