La Rioja transita el segundo día de alerta amarilla por Zonda, con ráfagas que levantan polvo, aumentan la temperatura y bajan drásticamente la humedad. Además de daños materiales, el fenómeno tiene efectos fisiológicos y emocionales que requieren prevención, especialmente en personas con enfermedades crónicas, niños y adultos mayores

Qué dice la evidencia local sobre el zonda y el corazón
El Instituto de Cardiología y Cirugía Cardiovascular de La Rioja (INCOR) participó en una investigación multicéntrica coordinada por la Sociedad Argentina de Cardiología sobre la influencia del Zonda en enfermedades cardiovasculares. El trabajo —realizado junto a centros de Mendoza, San Juan y Catamarca— halló incrementos de eventos coronarios e hipertensión en jornadas con Zonda.
En su oportunidad, la doctora Ana Verónica Uliarte cardióloga de INCOR detectó que durante los periodos o días en que el viento zonda se hace cada vez más fuerte, las consultas por hipertensión arterial e internaciones en Unidad Coronaria por causas cardiovasculares asciende un 50%, lo cual constituye un dato muy significativo.
El Cardiólogo Lucio Barbero explica que la presión atmosférica cambiante del zonda provoca contracción vascular, elevando la presión arterial en personas con hipertensión. Recomienda controles regulares, evitar la exposición durante el fenómeno y no suspender la medicación.
Vías respiratorias: irritación, asma y alergias
El aire extremadamente seco y polvoriento favorece la irritación de ojos, nariz y garganta, y puede descompensar asma y EPOC, puede disparar crisis por la combinación de aire muy seco, polvo en suspensión y cambios bruscos de temperatura y presión.
Estos factores irritan la vía aérea, aumentan la inflamación bronquial y facilitan el broncoespasmo, con tos, silbidos y sensación de falta de aire. Se recomienda evitar la exposición al exterior en las horas de mayor ráfaga, usar barbijo si es imprescindible salir, mantener la medicación de mantenimiento y de rescate según indicación médica y reforzar la hidratación.

Salud mental y neurología: cefaleas, irritabilidad y más
Según las observaciones clínicas del Dr. Benigno Gutiérrez, el viento Zonda no solo impacta en lo físico sino también en el plano emocional y neurológico.
Durante estos episodios, se registran con mayor frecuencia síntomas como ansiedad, dolor de cabeza persistente, irritabilidad, alteraciones del ánimo e incluso episodios depresivos. En pacientes con antecedentes de migrañas, asma o trastornos neurológicos como epilepsia, el Zonda puede funcionar como un disparador que intensifica las crisis o acelera su aparición.
Los especialistas señalan que las personas llamadas "meteorosensibles" —aquellas que reaccionan de manera aguda a los cambios bruscos de presión y condiciones climáticas— son particularmente vulnerables: en ellas el malestar aparece de forma inmediata y puede extenderse durante todo el período en que se mantenga el fenómeno. Por ello recomiendan anticipar rutinas de descanso, no interrumpir tratamientos en curso y buscar contención médica si los síntomas se vuelven intensos o repetitivos.
Además de la incomodidad ambiental, el Zonda ya provocó en la provincia caída de postes y voladuras de techos y antenas, con potenciales interrupciones eléctricas. Ante cortes de energía, se recomienda priorizar la hidratación, ventilar sin generar corrientes peligrosas y evitar fuentes de calor inseguras. (riojapolitica.ar)
Cómo cuidarse hoy (y qué vigilar)
Hidratación y ambiente: beber agua a intervalos regulares; mantener ambientes cerrados con rendijas selladas y limpieza húmeda para bajar el polvo suspendido.
Exposición: reducir actividades al aire libre y esfuerzos físicos intensos en horas de ráfagas; usar protección ocular y, si hay síntomas respiratorios o alergias, mascarilla.
Medicaciones: tener a mano inhaladores/recetas; no duplicar dosis sin indicación médica.
Conducción y calle: extremar precauciones por baja visibilidad y objetos sueltos.
Cuándo consultar: dolor de pecho, falta de aire que no cede, mareos intensos, cefalea súbita y severa, palpitaciones sostenidas o desorientación.
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