La pandemia ha impulsado de manera definitiva el trabajo remoto. Pocas veces en la historia el Estado no sólo en nuestro país sino en todos los países del mundo se vio tan exigido como en este momento. Ya al comienzo de la pandemia del COVID-19, el Banco Mundial identificó por lo menos 136 países que implementaron algún modo de trabajo remoto en la administración pública.
Argentina no fue la excepción. El trabajo remoto era un sistema conocido, pero poco utilizado. Porque en definitiva no había infraestructura, no había voluntad, no había demanda. Ahora resulta impensable no utilizarlo. Por ello, resulta vital contar con evidencia respecto a los diferentes aspectos positivos y negativos de su instrumentación para disponer al sector público en los nuevos escenarios posteriores a la pandemia.
En el día de hoy se realizó oficialmente el lanzamiento de una iniciativa que permitirá a las autoridades provinciales plantear algunas líneas de acción para el futuro inmediato luego de la pandemia, como promover las capacitaciones para el trabajo remoto, establecer procesos sensibles a los horarios y tareas de cuidado y fortalecer herramientas y plataformas informáticas que faciliten la comunicación y desarrollo de tareas por parte del sector público.
Luego de la valiosa encuesta sobre las condiciones de trabajo remoto en la Alta Dirección Pública de la Administración Pública Nacional realizada por el CEDyAT (Centro de Desarrollo y Asistencia Tecnológica) junto con el CIPPEC (Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento) y la la UMET (Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo), a partir de agosto del 2021 se suma el Instituto de Investigación y Educación Económica (I+E) para encuestar sobre dicha situación a los gobiernos provinciales.
El objetivo de esta nueva encuesta es conocer las condiciones de trabajo remoto de los y las agentes que ejercen funciones directivas en la Administración Pública Provincial en el contexto del aislamiento y distanciamiento social debido a la pandemia del COVID-19 durante el año 2020 y los primeros meses de 2021.
Todas las provincias han adoptado iniciativas de teletrabajo o trabajo remoto. En lugar de lamentarse por la situación, han reaccionado de forma positiva y han decidido no dejar paralizadas las administraciones públicas. El planteamiento ha sido, inmediatamente, desarrollar este trabajo remoto, en todas y cada una de las administraciones, incluso en aquellas localidades de menor infraestructura electrónica o digital. Los daños a los servicios públicos se han minimizado, ahora hay que ver si se ha conseguido prestar los mismos servicios que hipotéticamente se realizaban con la actividad presencial. Y en consecuencia, lo que era «más normal» era continuar desarrollando los trabajos en las administraciones públicas de forma únicamente presencial. La pandemia lo cambió todo. Lo importante es no demorar más.
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