A raiz de los despidos en el Instituto Nacional de la Agricultura Familiar, Campesina e Indígena (INAFCI), la iglesia riojana puso foco en esta problemática y el obispo Dante Braida le planteó la situación al vicepresidente de la Nación, Victoria Villaruel. En tanto que el Padre Gonzalo Llorente, referente Diocesano de la Pastoral Campesina junto a dicha área se reunieron con el Gobernador y la Vicegobernadora de la Provincia.
El sábado 6 de abril la Vicepresidenta de la Nación, Dra Victoria Vilarruel, visitó el Santuario de la Virgen del Valle en Catamarca y participó de la ceremonia de la bajada de la Virgen.
Monseñor Braida, junto a monseñor Urbanc, obispo de Catamarca y el gobernador de dicha provincia, Lic Raúl Jalil y otros funcionarios provinciales participaron de una reunión con ella en una de las salas de la Catedral de Catamarca.
Monseñor Braida le expuso la vida de la agricultura familiar, de las familias que la apoyan y el Área de Pastoral Campesina que posee la Iglesia. Dicha área acompaña de modo integral la ruralidad en donde los organismos que se ocupan de la parte productiva y laboral son elementales para que la gente viva en el campo y no se produzcan situaciones de desarraigo sino más bien de desarrollo.
“La Dra Villarruel escuchó atentamente, no estaba al tanto de la problemática y se comprometió a investigar sobre el tema y buscar respuestas al respecto. Nuestro Obispo le entregó una carpeta con notas y cartas del INAFCI para que se interiorice.
Monseñor Braida consideró que fue muy importante la reunión para poder transmitir la realidad de los pequeños productores y los organismos gubernamentales que la apoyan”, dijeron oficialmente desde la Diócesis de La Rioja.
Reunión a nivel provincial
El Padre Gonzalo Llorente, referente Diocesano de la Pastoral Campesina junto a dicha área se reunieron con el Gobernador Quintela y la Vicegobernadora Madera, mientras que le hicieron llegar una misiva, explicando la situación. “Con el fin de expresarle nuestra profunda preocupación por el cierre del INAFCI (Instituto Nacional de la Agricultura Familiar, Campesina e Indígena). Cierre que deja en un alto grado de indefensión al imprescindible colectivo de las y los Agricultores Familiares, en nuestra Provincia”, así comenzó la carta.
“Haciéndonos eco de las recomendaciones de la FAO y la ONU (2014), sostenemos que “la agricultura familiar es un sector clave para lograr la erradicación del hambre y el cambio hacia sistemas agropecuarios sostenibles en todo el mundo”, particularmente reafirmamos estos conceptos, en nuestro frágil ecosistema productivo de La Rioja”, dijeron.
“El 80% de las producciones agropecuarias en nuestra provincia, pertenecen al sector de la Agricultura Familiar, presentándose como la principal fuente de empleo agropecuaria de nuestra provincia. Estas Familias que viven en la ruralidad necesitan fortalecerse con políticas activas del estado, y así disminuir el desarraigo”, acotaron.
“Vemos con satisfacción, que las familias de la agricultura familiar pueblan los territorios rurales de nuestra provincia, practicando y promoviendo sistemas de vida y de producción que preservan la biodiversidad y generan procesos sostenibles de transformación productiva, cuidando el agua y la tierra de nuestro territorio riojano. Consideramos que un gran aporte a la riqueza cultural que aún conserva nuestro ser riojano, es generado a través de estas fuertes y valiosas relaciones que generan en su entorno las familias campesinas riojanas. Con sus vecinos del territorio, con la tierra, el agua y su crianza, con el Dios de la Vida. No podemos perder este acervo cultural en nuestra provincia, fruto de las familias rurales con tierras, y de las tierras con familias rurales en ella”, aseveraron.
“En virtud de la Ley Nacional 27.118, de reparación histórica de la Agricultura Familiar para la construcción de una nueva ruralidad, se declara de interés público la agricultura familiar, campesina e indígena por su contribución a la seguridad y soberanía alimentaria de nuestro pueblo. esta Ley pone en valor a la agricultura familiar, creando un régimen de reparación histórica, que vemos también necesario en nuestra provincia, con la finalidad de incrementar la productividad, seguridad y soberanía alimentaria y de valorizar y proteger al sujeto esencial de un sistema cultural y productivo, ligado a la radicación de las familias en el ámbito rural, sobre la base de la sostenibilidad medioambiental, social y económica”, indicaron.
“En nuestra provincia desde un trabajo articulado de instituciones nacionales (INAFCI, INTA), provinciales (Provincia, Municipios), de la sociedad civil (Iglesia), han ido naciendo Organizaciones, Cooperativas, Movimientos, Mercados de proximidad, desde la Agricultura Familiar; participando en la generación de políticas para el sector y el consiguiente fortalecimiento de nuestra democracia, acercando al pueblo campesino con su estado”, aseveraron.
“El gran servicio que hace 30 años (Programa Social Agropecuario, Secretaría de Agricultura Familiar, Inafci) vienen prestando las y los profesionales y técnicos, a los pequeños productores de nuestra provincia y sus organizaciones. Antigüedad que les ha brindado un gran conocimiento del territorio y sus capacidades productivas, como también un fuerte vínculo con las familias del campo riojano”, acotaron.
“Valoramos su asistencia técnica, asesoramiento y capacitación a las y los agricultores familiares, con una presencia activa en los territorios rurales.
Ha sido imprescindible su involucramiento en la formulación, gestión y acompañamiento en la ejecución de más de 200 proyectos participativos, beneficiando a 5000 familias, solo en los últimos 4 años se ejecutaron 125 proyectos, logrando el financiamiento de 1650 millones de pesos, a valores actuales, fondos que llegan directamente a los agricultores, y en su mayor parte provenientes de organismos financieros internacionales”, subrayaron.
“Proyectos que han permitido, fortalecer la infraestructura básica para el acceso al agua (cisternas, represas, redes, perforaciones) mejorar la producción primaria (chiqueros, mejoras de raza, exposiciones y ferias), agregado de valor en origen (dulces, quesos, curtidos de cueros, talabartería, etc..), abastecimiento local de alimentos y desarrollo de cadenas de comercialización en mercados de proximidad. (ferias, mercados). El sector fue caminado hacia su visualización y protagonismo, a través de la formalización, registración y organización del sector (monotributo, Registro Nacional de la Agricultura Familiar, inscripciones de marcas y productos, cooperativas y organizaciones de pequeños productores)”, remarcaron.
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