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Sociedad

Les Eclaireurs, el faro de las tempestades: cumple 105 años un ícono de Tierra del Fuego

Ubicado frente a la bahía de Ushuaia, terminó de construirse el 23 de enero de 1919, pero empezó a funcionar casi dos años después.

Un juguete de Dios. Es lo que parece el faro Les Eclaireurs erguido, rojo y blanco, con su luz titilante y sus segundos de oscuridad, clavado en unas rocas en medio del paisaje sobrenatural del canal de Beagle, frente a la ciudad de Ushuaia, el borde más austral del planeta Tierra.

Eso quizá también pensaron los encargados de la Armada Naval cuando el 23 de diciembre de 1920 lo pusieron a funcionar, radiante, sobre los islotes ya conocidos como “les eclaireurs” (los exploradores) a nueve kilómetros de la costa fueguina. Desde ese momento, el faro arrastró el mismo nombre, nacido como un homenaje a un capitán francés, Louis Ferdinand Martial, quien 40 años antes había llegado hasta este punto del mundo, inhóspito y final, en una expedición por la zona bautizada La Romanche.

Testigo de tempestades, naufragios, olas y nevadas enloquecidas, y base de operaciones de miles y miles de pingüinos, el faro se convirtió con los años y el devenir de la industria del turismo en un ícono de la provincia de Tierra del Fuego, uno de las construcciones humanas más fotógenicas de la isla, estéticamente perfecta para los tiempos de Instagram.

Comenzó a construirse hace 105 años, el 23 de enero de 1919, después de una importante expedición de relevamiento marítimo a cargo del A.R.A. Vicente Fidel López de la Armada. De acuerdo al criterio de los marinos argentinos, el mejor lugar para levantar la torre era uno de los peñones del “noreste de los islotes”.

El faro es de piedra, tiene 11 metros de alto y tres de diámetro, está pintado con dos franjas de rojo y una, en el centro, de blanco, y su linterna está emplazada a 22,5 metros sobre el nivel del mar. Emite luz de color blanco y rojo, en intervalos de cinco segundos. Y la luminiscencia se puede ver con el ojo humano hasta desde 7,2 millas náuticas (13,3 kilómetros).

En otra época había una persona que lo manejaba. Actualmente funciona de manera automática y la energía para su actividad se consigue gracias a un grupo de paneles solares. Por su ubicación, es uno de los faros más famosos del mundo. Aunque está prohibido desembarcar en el islote, habitualmente territorio exclusivo de animales y aves marinas, ese pequeño fragmento de roca sirvió para salvar vidas en enero de 1930, apenas 10 años después de su inauguración. Fue durante el naufragio del buque Monte Cervantes.

FARO TIERRA DEL FUEGO USHUAIA

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