Por Sara Gonzalez
Lo que comenzó hace más de 10 años como una aventura de unos pocos pioneros, hoy se consolida como un deporte de gran interés en Chilecito. Impulsado por la visión y el trabajo incansable de un grupo de escaladores, actualmente liderados por el tandilense Esteban Miguel.
La historia de la escalada en este rincón de La Rioja se remonta a 2010. En sus inicios, era una actividad casi desconocida, practicada por un puñado de valientes que veían en las imponentes paredes de la quebrada un desafío a la fuerza y la técnica. Para el año 2014, el sitio contaba apenas con 14 vías, una muestra de que el potencial del lugar estaba aún por descubrirse.
Sin embargo, la llegada de Esteban Miguel, oriundo de Tandil, provincia de Buenos Aires, hace ya más de una década, cambió el panorama. Esteban, con su experiencia de años y certificaciones como escalador de Elite, sumado a su amor por este deporte, se instaló en Chilecito y comenzó a trabajar de manera metódica y organizada.
En su propia casa instaló una palestra que funciona a modo de entrenamiento. No solo se dedicó a abrir nuevas vías, sino que también se convirtió en un catalizador para que más personas se sumaran a la escalada. Su visión va más allá de un mero amor al deporte; vio en la Quebrada de La Pelea un potencial centro de escalada, e insta a seguir desarrollando esta actividad de gran destreza física.
El pasado domingo 31 de agosto, el grupo de escaladores se reunió para celebrar un logro. Con la inauguración de la vía 100, el grupo de pioneros liderado por Esteban Miguel formalizó un hito que refleja el crecimiento exponencial del deporte en la zona, con la mirada puesta en las paredes que lo han visto crecer en este deporte a varios escaladores.
"Cuando llegué, había unas pocas vías. Hoy, mirar estas paredes y saber que hay 100 caminos para explorar es increíble". Comenta Esteban.
La belleza natural de Miranda es inmejorable, con paisajes que cortan la respiración y que convierten cada ascenso en una experiencia única. El entorno no solo exige un gran despliegue físico, sino que también conecta a los escaladores con una naturaleza imponente y salvaje. La Quebrada de La Pelea, con sus formaciones rocosas únicas, es el gimnasio a cielo abierto espectacular.
El grupo de escaladores, compuesto por personas de todas las edades, se ha consolidado como una verdadera familia. Se reúnen no solo para escalar, sino también para compartir experiencias, brindar apoyo y celebrar cada pequeño avance. Este logro de la vía 100 no es solo un número; es el símbolo de la perseverancia, la camaradería y la pasión de una comunidad que se atrevió a soñar.
¿Es posible convertir un rincón histórico en un epicentro de la aventura para este deporte?
La Rioja te puede seguir sorprendiendo!!!
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