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Sociedad

Recuperados de las adicciones, un testimonio de Resurrección

El Área de Comunicación de la Diócesis de la Rioja conversó con miembros del Grupo Esperanza Viva que son los que han pasado ellos, sus familiares o amigos por un proceso de recuperación de adicciones. Son llamados Embajadores de Esperanza porque la esperanza les señala el andar.

Hoy compartimos el Testimonio de Rosa

Mi nombre es Rosa. Yo soy una mamá de un E.S. (embajador de la Esperanza).

Hace cuatro años que persevero en el grupo GEV. El grupo funciona todos los lunes en La Parroquia Espíritu Santo a las 20 horas. El grupo consiste que somos acogidas todo familiar, esposa, mamá, hijos, hermanos de un adicto.

También vienen los chicos que terminan la Fazenda, otros que también deciden hacer su caminata acá en el grupo. Es un grupo que, no solo es para el adicto, sino para las personas que sufren depresión, anorexia, etcétera. Todo lo que nos lleva a estar vacío nuestro corazón.

Bueno, nosotros estamos para acompañamos mediante la palabra. Nuestro carisma es de la espiritualidad, el trabajo y la convivencia. El trabajo es lo que dignifica a cada uno de nosotros.

La espiritualidad es la Palabra del Señor, es la que nos sostiene. Y bueno, la convivencia es saber aceptar las normas, la vida cotidiana, saber convivir en el caso que estamos en el grupo. Yo como mamá de E.S., cómo convivir con un adicto en recuperación.

Porque mi hijo es un adicto en recuperación. También tengo mi otro hijo que él está perseverando. Él no ingresó a Fazenda, pero bueno, él persevera en el grupo.

También tengo otro hijo que todavía no da el sí, pero bueno, mi esperanza está puesta en el Señor. Es lo que a mí me sostiene esa fe, ese amor, esa esperanza. Por eso me siento que soy una elegida.

Tengo mi hija del corazón que está perseverando en una Fazenda de providencia, una Fazenda de mujeres. Ella nunca llegó a un consumo de sustancia, pero sí con depresión e intento de suicidio. Por eso, un día me dijo que tenía toda la esperanza en el Señor, que él la podía sanar. Está hace siete meses. Luego tengo mi otra hija que, por la adición de sus hermanos y por perseverar en el grupo, tuvo ese llamado del Señor. Ella no consume, pero tampoco tuvo depresión, intento de suicidio, pero dio el sí.

Imagínese la gracia que tengo, que soy una elegida del Señor. Yo y mi familia, todavía tengo la esperanza puesta en mi hijo, más chico, Nahuel, que el Señor sabe cuándo son los tiempos de él, pero ahí estoy firme y bueno.

¿Qué es lo que ustedes le llaman la caminata?

La caminata consiste cuando estamos dentro de la Fazenda, en la Fazenda, los chicos hacen un proceso adentro, que es un proceso de un año, que es lo que la obra los invita a hacer el proceso de un año, pero ellos pueden dar el tiempo que ellos deseen. El proceso es un año, ahí ellos reciben un diploma, van pasando por distintas etapas en ese proceso y luego, una vez que ellos reciben el diploma, tienen que seguir perseverando en el grupo o estar también al servicio del Señor, porque no solo es perseverar en el grupo, sino estar también al servicio. También cuando tenemos servicio, siempre, es amar al otro.

Ese es el proceso de recuperación de un año y bueno, como les digo, ellos tienen que estar siempre meditando la palabra, sosteniendo seca del evangelio y bueno y amando, amando para poder, primero amándose ellos para poder amar al prójimo.

Fuente: Diócesis La Rioja

RECUPERACION

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