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Sociedad PASIÓN INEXPLICABLE

Un grupo reúne a los amantes de los autos clavos

Vehículos invendibles, imposibles de arreglar, con repuestos inconseguibles, flojitos de papeles, que no arrancan en invierno y calientan en verano. Miles en nuestro país prefieren los autos clavos. El secreto de la incomprensible pasión clavera.

“Hasta que la muerte los separe”, reza la frase consagrada en los votos nupciales para sellar una unión que se pretende para siempre. Pero lo cierto es que, aunque el trámite resulte engorroso, a menudo, el hombre consigue separar aquello que Dios a unido. Lo que muy difícilmente logre es vender un Fiat Marea diésel, una Chevrolet Lumina de los noventa o un Ford Orion ex taxi con titular fallecido al que le salta la tercera. Sucede que hay autos que implican un vínculo para toda la vida. Y no porque el dueño tenga un apego especial por el vehículo ni porque lo fetichice o le otorgue cualidades cuasi humanas, sino porque no hay más nadie que lo quiera. Para consuelo y regocijo de muchos, no están solos, sino que hay otros muchos más como ellos. No los une el amor, sino el clavo.

Clavo, perno, remache, estaca… hay muchas maneras de nombrar a aquellos autos invendibles y una que define a todos aquellos que, de manera incomprensible, los aman: los claveros. No se trata, vale aclarar, de gente ingenua o demasiado vulnerable a las estafas del mercado automotor. No son engañados ni víctimas. En realidad, son víctimas del propio e inescrutable deseo que los mueve hacia la consabida toxicidad vehicular. Es que, aún a sabiendas del clavo que les espera, proceden impávidos al ensartamiento. Poco les importan las advertencias de los entendidos en la materia, el reproche de la pareja de turno, el periplo interminable por los talleres mecánicos, la odisea de conseguir repuestos que ya no existen y, si existen, salen lo mismo que un riñón en el mercado negro asiático de órganos. Vislumbran un futuro de renegadas y padecimientos varios, de vanos esfuerzos económicos, de inminentes quedadas a gamba y allá van, sin embargo, cegados de deseo, al encuentro con ese clavo que hará de sus vidas un auténtico suplicio. Dicen los viejos sabios que sarna con gusto no pica. Y si es que pica, al menos ahora tienen con quienes rascarse: el grupo de Facebook Autos Clavo de Argentina; un grupo que reúne a más de 60 mil claveros de alma.

Hay muchos criterios para que un modelo de automóvil sea considerado un clavo, pero el más preponderante, sin dudas, es su escaso mercado y precio de reventa. Para decirlo en criollo, un clavo es un auto que no lo quiere ni la mama. Eso sí, siempre y cuando, no se cruce en el camino de un clavero. También hay otros factores que tienden a clavificar un vehículo como pueden ser sus reconocidas falencias mecánicas, una estética poco favorable, la complejidad que supone su reparación por parte de los mecánicos, la falta de repuestos o el elevado precio de los mismos, entre otros. ¿Quién no escuchó alguna vez decir “de ese auto no se consigue ni el aire de las gomas”? Les pasa, por ejemplo, a algunos modelos demasiado exóticos o que se discontinuaron. Autos que pueden ser facheros y hasta verdaderas joyas automotrices, pero que tienen destino de futuro macetero.

En el popular grupo de Facebook, los claveros ostentan orgullosos sus clavos, comparten autos clavos que se encuentran a la venta, entablan acalorados debates acerca si tal o cual modelo es o no clavo, relatan sus penurias con los pernos que tienen o tuvieron y, sobre todo, brindan el apoyo que otros necesitan a la hora de decidirse y empernarse hasta la médula con alguna garompa que les quita el sueño. Sí, para un clavero kamikaze capaz de adquirir cualquier poronga, no hay nada peor que otro clavero igual o más inconsciente.

Muchas de las publicaciones son hilarantes, como esta de Tolo Gallego donde recopila las frases más usadas por aquellos que quieren encajar un perno:

1. Lo vendo solo a entendidos

2. Lo vendo porque no tengo lugar para guardarlo

3. Nunca remis

4. El humo es porque recién le cambie el aceite

5. No consume aceite

6. Controlale el refrigerante a diario

7. Hace poco le cambié la bomba de agua

8. Las cubiertas tienen meses

9. No me acuerdo cuándo le hice el cambio de correas, pero fue hace poco

10. Le anularon ese sensor porque no servía para nada

11. Solo le falta cambiar la batería porque no lo usaba.

12. Esas manchas de aceite abajo del auto son del auto del vecino

¿Filia exótica, pasión inexplicable o masoquismo automovilístico? El amor por los autos clavos es un fenómeno que le quita el sueño a científicos de todo el mundo. Hasta ahora no hay una explicación satisfactoria para este fenómeno que afecta a cada vez más empernados ¿Y vos? ¿Con qué auto te clavaste?

AUTOS GRUPO

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