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Sociedad CATAMARCA

Una multitud manifestó su amor y devoción por la Virgen del Valle

El óvalo del parque Adán Quiroga recibió una vez más a los devotos de la Madre del Valle.

A pesar del intenso calor de la jornada, miles de peregrinos y devotos celebraron a la Inmaculada Concepción del Valle. El obispo pidió a la Virgen especialmente por las vocaciones al matrimonio y la vida consagrada.

El agobiante calor no fue impedimento para que una enorme multitud de peregrinos y devotos de la Madre dijeran presente en una imponente manifestación de fe y amor.

Así, comenzó el desfile ante Nuestra Señora del Valle y el Beato Mamerto Esquiú, de integrantes de parroquias, movimientos e instituciones eclesiales, organismos públicos, fuerzas de seguridad, agrupaciones gauchas, peregrinaciones de distintas provincias, misachicos, con sus respectivos estandartes o pancartas que los identificaban, portando imágenes de la Virgen y de sus santos patronos. Abundaron gestos que evidenciaban el amor filial de tantos hijos que la saludaban con pañuelos, emocionados, agradecidos, reconfortados. Niños, adolescentes, jóvenes, adultos y ancianos fueron pasando frente a la Sagrada Imagen.

Los rezos, cantos y meditaciones, que se escuchaban en todo el extenso óvalo del parque, acompañaban este caminar de las delegaciones que transitaban por su perímetro.

Cuando restaban unos diez minutos para las 19.00 comenzó la Procesión con la Imagen cuatro veces centenaria de la Madre Morena, antecedida por la imagen del Beato Esquiú, y más adelante el obispo diocesano, mons. Luis Urbanc, sacerdotes, religiosos y religiosas y seminaristas. Detrás de Ella marchaban autoridades provinciales, encabezadas por el gobernador Raúl Jalil, los intendentes de Capital y de Fray Mamerto Esquiú, Gustavo Saadi y Guillermo Ferreyra, respectivamente, legisladores nacionales y provinciales, autoridades de las fuerzas de seguridad y pueblo en general.

Mientras tanto, usuarios de las redes sociales que transmitían la Solemne Procesión, expresaban su amor a la Virgen, elevaban ruegos y muchos, desde distintos puntos del país, lamentaban no haber podido llegar a Catamarca para estar junto a ella.

Durante la marcha se fueron desgranando los misterios de la Luz del Santo Rosario, con reflexiones sobre los sacramentos del bautismo, el matrimonio y la eucaristía, la misión y el discipulado de todos los cristianos, la sinodalidad y la oración, con ofrecimientos especiales y distintas intenciones, especialmente por el aumento de las vocaciones sacerdotales. Voces de niños y jóvenes se sumaron a las de quienes conducían esta ancestral convocatoria mariana, para rezar los padrenuestros, avemarías y glorias, como otras oraciones, en medio de vivas y cantos jubilosos.

Luego de recorrer el contorno del óvalo del parque, se rezó la oración por la Patria y se anunció que más de 140.000 peregrinos habían ingresado hasta las 14.00 de ayer.

Mensaje del Obispo

En el comienzo de su mensaje, mons. Urbanc se refirió a los peregrinos que llegaron a los pies de la Madre caminando, en bicicleta, en silla de ruedas… “Escucha, por favor sus ruegos, otórgales las gracias que necesitan para fortalecer la fe y la esperanza y reavivar el amor. Que vuelvan alegres y serenos a sus hogares y que los suyos estén bien. Acompaña en su regreso a todos los que vinieron a renovarte su amor incondicional y a adorar a tu divino hijo, Jesucristo”, expresó.

Luego pidió por una abundante lluvia, tan necesaria en estos días.

Seguidamente repasó el trabajo realizado en las distintas instancias diocesanas para “ejercitarnos y capacitarnos en el estilo sinodal que debe tener no sólo la Iglesia sino toda la humanidad, creada a imagen de la Trinidad”, señaló.

“Pero hay algo muy importante que quiero confiarte a tu corazón de Madre: las vocaciones al sacramento del Matrimonio y a la consagración total a Dios en el sacerdocio ministerial la vida consagrada y misionera”, manifestó, acotando: “Queremos, en los tres años venideros, hacer tomar conciencia de que todos somos fruto de un llamado de Dios, primero a la existencia y luego a una vida cristiana santa por el bautismo. Para esto nos valemos de la palabra vocación. Sin embargo, no todo queda allí, puesto que Dios ha dispuesto para cada uno una misión, una tarea para colaborar con Él en su obra creadora, redentora y santificadora”, indicó.

Después imploró a la Virgen “que nos ayudes a erradicar de nuestros corazones todo tipo de violencia, puesto que es una de las percepciones que más se ha resaltado en las diversas etapas de escucha. Constatamos que la violencia es pandémica, y que sin la ayuda de Dios y de la puesta en práctica de los valores del Evangelio, nos será imposible doblegarla y transformarla en energía creativa… Que aprendamos de ti y de Jesús a ser mansos, pacíficos, tolerantes, pacientes, magnánimos, dialogantes, perdonadores, conciliadores y humildes para que de verdad podamos construir un mundo nuevo de amor, verdad y paz, donde no haya excluidos, descartados, explotados y marginados”.

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