Siempre tuve desde pequeña un especial aprecio por la medicina y la calidez humana de algunas personas profesionales médicos que he conocido a lo largo de mis años.
Siempre consideré que la Medicina le da una mano a la persona que realiza esta noble, maravillosa y a veces complicada profesión. Asimismo el Profesional que elige cumplir el rol de médico, extiende su otra mano como persona humana a la persona paciente que le confía su salud, entrelazando un vínculo que para el paciente es vital, cuando encuentra esa persona médico que escucha, con simpleza de corazón lleno y con su idoneidad profesional, le extiende la mano de persona humana junto con sus conocimientos. A veces el camino de la vida te lleva a cruzarte con esas “personas medicina” y es ahí donde uno debe ser agradecido y rendir un homenaje.
Nacida en la colorida Jujuy Capital, Nahir Reyes, niña estudiosa y decidida, de carácter fuerte y noble, adaptable a los cambios, recuerda como una pincelada de siete colores esas tardes de verano en la casa de su abuela en La Quiaca.
Esa etapa de juegos y travesuras entre montañas, valles y quebradas, escapándose al río sintiendo la frescura del agua en los pies o vivenciando el miedo del cementerio cuando caminaban de regreso a la casa. Esos recuerdos que guarda su corazón, cuando degustaba postres ricos que hacía su mamá y su abuela, el aprendizaje vivido en los siete colegios donde cursó en su amada provincia jujeña, cambios que la hicieron empática con el mundo exterior y con las diferencias que acarrea la vida. Recuerda con emoción y amor a su madre, maestra jardinera, de carácter pujante y fuerte y admira a sus dos hermanos más chicos, con los cuales comparte el cálido recuerdo de la niñez. Nahir, nombre de origen árabe que significa “como el arroyo manso” es una persona amable, armónica y sumamente independiente y decidida. Una amante de los fierros, algo que le inculcó su padre.
Nahir, del origen de su nombre, se vislumbra ese carácter decidido, y tras finalizar el colegio con honores y llevar la bandera en la secundaria de la Escuela Normal, sintió ese llamado interno de trabajar al servicio de las personas y de la gente. La empatía, respeto y humanismo que mostró una profesional médico en una internación de urgencia, fueron la luz que la motivó a tomar la decisión que ya estaba encarnada en su ser, la de ser Infectóloga.
Nahir ingresa a su querida Universidad de la Rioja, convencida de lo que quería estudiar: ¡Ella ya era “Médica Infectóloga” de corazón y entraña como la Pachamama misma! En los años de estudio en su amada UNLaR, compartió con maravillosos compañeros que se convertirían en amigos hasta hoy. Sus días de estudio, transitaban para ella con la felicidad de tener ese lugarcito en el mundo, arriba de su bicicleta yendo y viniendo a clases, el amor se le apareció a la vuelta de la esquina. Su Jorge, su amor compañero eterno a quien admira, y con quien comparte hoy sus días y quien es padre de sus dos hijos bellos Thiago y Francesca.
Seguir completando su formación fue y es parte de su progresar como persona y profesional idóneo que es. Transitó su residencia en el Hospital Vera Barros en nuestra Ciudad de la Rioja. Posteriormente, realizó un posgrado en la Sociedad de Infectología de Córdoba y se recibió de Especialista en Epidemiología en la Universidad Nacional de Córdoba. Con sus cortos 33 años de edad, pero eternos en longevidad llena de la sabiduría simple del esfuerzo, del respeto y amor por el prójimo, de la hermandad por los cercanos, de la calidad y calidez de profesional médico y de persona amable y amiga, hacen lógica la idea de pensar que es una persona feliz con las elecciones de vida que ha hecho; como así también con la siembra que la vida y la Pachamama le han devuelto en su cosecha.
Aunque no quiera, las lágrimas le afloran como la lluvia de verano que cae entre los cerros de su Jujuy natal y me cuenta que se le escapa una sonrisa soleada como los días de sol fresco del invierno jujeño, cuando mira con mirada de cielo el paso del tiempo hasta hoy.
Nahir Reyes, niña, mujer, hija, hermana, madre, esposa, amiga, médica y persona humana.
Doy Fe: ¡Es lo que ves! Amable, empática, simple, práctica, humilde en su gran sabiduría médica, decidida, concreta y principalmente una gran persona humana en alma y de escucha y buen trato a sus pacientes, con su sonrisa te recibe siempre y aunque como ella dice te reta y te tira de la oreja; en cada palabra que dice y acción que hace, se siente cómo se brinda al prójimo, siempre dando lo mejor de sí misma.
Jujeña de nacimiento. ¡Riojana por adopción!
Dra. Nahir Reyes, de la mano: ¡Persona y Medicina juntas!
¡Hasta la próxima Columna humana. como siempre, queridos lectores!
LA AUTORA
PAULA MONSBERGER ES: MAGISTER EN RELACIONES INTERNACIONALES. LIC. EN CIENCIA POLÍTICA, RELACIONES INTERNACIONALES Y COMERCIO INTERNACIONAL. PROFESORA DE ALEMÁN. MAESTRA EN DECLAMACIÓN Y RECITADO. CONDUCTORA DE RADIO Y TV. ACTRIZ.
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